“¿Anda por ahí el hombre del Porsche?”

Los presuntos narcos del alijo del “Simione” se reunían en gasolineras, bares y hasta en pistas forestales y tuvieron una “actividad frenética” cuando el pesquero inició la travesía

La droga viajaba a bordo del “Simione”, que fue interceptado en aguas canarias. |   // C.W. LAURITSEN

La droga viajaba a bordo del “Simione”, que fue interceptado en aguas canarias. | // C.W. LAURITSEN / m. fontán

Marta Fontán

Marta Fontán

El domingo 18 de diciembre de 2022, a las puertas de las navidades, las fuerzas antidroga interceptaban en alta mar, en aguas canarias, el pesquero Simione. En su interior, como sospechaban, se encontraron con un alijo de cocaína digno de la macrooperación policial que tenían entre manos: 3.300 kilos repartidos en 115 fardos. La incautación de la droga y las 16 detenciones que vinieron después fueron el colofón a una investigación que se llevaba cociendo desde hacía casi un año con Vigo como epicentro. En la ciudad olívica está el juzgado que dirigió el operativo y de esta urbe son los dos presuntos cabecillas de la organización criminal, el joven empresario Pablo G.F. y el veterano traficante José R.R., Pepe.

Los pinchazos telefónicos y vigilancias constataron como en los meses anteriores al viaje de la droga por la ruta africana de la cocaína los encuentros entre los supuestos narcos que se aliaron en este entramado habrían sido “constantes”: reuniones rápidas y con“inusuales medidas de seguridad” que se desarrollaron en gasolineras, cafeterías y hasta en una pista forestal bajo un puente de una vía rápida “en una zona boscosa”. Y cuando el Simione empezó su singladura desde Dakar (Senegal) la actividad del grupo en Galicia se tornó “frenética” de cara a asegurar la descarga de las tres toneladas de polvo blanco. Pero ya no dio tiempo al transbordo de la droga. El operativo policial dio al traste con el ilícito y millonario plan.

Cinco meses después del golpe policial el Juzgado de Instrucción 1 de Vigo está inmerso en una investigación a la que aún le queda recorrido y que ahora, entre otras diligencias, está pendiente del volcado y análisis del contenido de los dispositivos electrónicos –teléfonos móviles, ordenadores, etc.– incautados. Los dos presuntos líderes vigueses, confirman fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), siguen desde diciembre en prisión provisional. Ambos se declararon inocentes desvinculándose del alijo, ahondando el empresario en que se dedica a la pesca y que nada tiene que ver con la travesía en la que se cargó la droga ya que, alegó, se la encargó a un intermediario. Junto a ellos, la medida privativa de libertad también se adoptó en su día con respecto a otro detenido en tierra y a los tres tripulantes del pesquero.

Si a Pablo G.F. se le sitúa en la cúspide de la red, José R.R. también habría jugado, siempre según el sumario judicial, un papel principal. Este septuagenario –condenado en el verano de 2022 tras una macrovista de conformidad contra una red de narcos galaico-turco-albanesa de tráfico de heroína– recurrió en apelación la decisión de la jueza instructora de decretar su prisión preventiva en la causa del Simione, pero la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, en un auto que ya tiene fecha del pasado 3 de febrero, desestimó el recurso. Y ello por existir una “base sólida suficiente” para constatar, esgrimieron los magistrados, la existencia de “indicios racionales” de la presunta comisión de un delito de tráfico de drogas en el seno de un grupo criminal. Esa resolución cita, entre otros, los encuentros que desde agosto de 2022 José R.R. vendría manteniendo con Pablo, a quien presentan como el “propietario de la embarcación” y quien presuntamente “marcó la ruta, punto de carga y descarga”, viajando personalmente a Angola y Dakar.

Indicios

El auto enumera una serie de indicios existentes, a dicha fecha, en el sumario. Uno es precisamente la “regularidad” de esos encuentros, que empezaron en agosto de 2022 y continuaron en septiembre, octubre y noviembre, los meses anteriores a la travesía del Simione de diciembre. Unas citas marcadas por “las medidas de seguridad” y que, por las características de los lugares donde fueron, “las alejan de la consideración de encuentros cotidianos entre quienes puedan tener relación cordial o de amistad”.

La Sección Quinta recoge además una conversación del septuagenario vigués el 12 de noviembre con otro presunto miembro del grupo en un vehículo en el que le pregunta por “el hombre del Porsche”, dándose la circunstancia, agregan después, de que el empresario presunto líder del entramado disponía de un vehículo de esta marca de alta gama con el que supuestamente iba a los encuentros.

Fue a finales de noviembre cuando todo se aceleró. El inicio de la singladura del Simione derivó en una “actividad frenética” en tierra “en busca de disponibilidad de medios a fin de salir al rescate de la carga” y en una serie de contactos “sobre los que ninguna explicación plausible” se ofreció, apunta el auto de la Audiencia, que también concreta que los investigados –sin citar a quiénes se refieren– disponían de un buque en Marín “que podría estar en disposición de salir al encuentro” del pesquero de la droga. Pero todo se frustró con el operativo policial. Junto a Vigo, otros puntos donde hubo detenciones fueron O Salnés, Boiro, A Cañiza, Cangas do Morrazo o Ourense.

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José R.R. se definió en esta causa judicial como un jubilado “que vive de su pensión”, citándose también unos negocios de minería que, para los magistrados que confirmaron la prisión provisional, no aparecen “justificados”. Frente a los alegatos exculpatorios de la defensa de este vigués, los jueces ven “indicios racionales” de su presunta participación en el entramado del transporte de cocaína del Simione, sin “obviar” además su vinculación anterior con el narcotráfico, “con una condena firme de fecha reciente” de casi cinco años de cárcel. Por último, el auto judicial dictado el pasado febrero que desestimó su puesta en libertad provisional aprecia como “evidente” el riesgo de fuga y de reiteración delictiva.

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