Sin dirección y ni teléfono: los repartidores destapan dónde están las "cocinas fantasma" de Vigo

La gran mayoría de estos negocios clandestinos se ubican en zonas como O Calvario, Coia, Pizarro o Travesía | Muchos esconden su dirección y no tienen teléfono de contacto

Un repartidor recoge un pedido en la sede de "La Gran Familia Mediterránea" en Vigo.

Un repartidor recoge un pedido en la sede de "La Gran Familia Mediterránea" en Vigo. / Marta G. Brea

“Si lo que buscas es una opción sana, beneficiosa para la salud y mediterránea, con los mejores ingredientes, como el aceite de oliva, os cereales, las hortalizas o las legumbres…” Esta no es la descripción de un único restaurante de comida a domicilio de Vigo, sino que se puede encontrar en múltiples negocios que ofrecen sus servicios en plataformas como Glovo o Just Eat. Es decir, es una reseña genérica que utilizan en este caso múltiples “cocinas fantasma” para intentar convencer al consumidor de que son la mejor opción a la hora de elegir sus platos para comer en casa.

Este tipo de negocios clandestinos se cuentan por decenas en Vigo. La mayoría son particulares que utilizan locales habilitados como cocinas o sus propias viviendas, elaboran platos y los ofrecen a domicilio a través de esas aplicaciones. Pero también hay empresarios detrás de estas actividades dedicadas exclusivamente a la venta online, sin mesas, camareros ni un establecimiento acondicionado para servir al público.

Un simple vistazo a Glovo o Just Eat permite comprobar que las “cocinas fantasma” están ubicadas, en su mayoría, en los barrios de Vigo, lejos del centro de la ciudad. La mayoría están en zonas como O Calvario, Coia, Pizarro o Travesía de Vigo. Más del 90%, concretamente. Un simple vistazo a las direcciones que ponen estos negocios permite comprobar cómo desde fuera no parece que allí haya negocio alguno. Lo único que desvela la existencia de una cocina es la presencia de repartidores, que acuden a recoger pedidos para llevarlos a las personas que los piden. En muchos casos, además, ni siquiera hay una dirección.

El que sí está perfectamente ubicado, tal y como desveló FARO ayer, es La gran familia mediterránea, una “cocina fantasma” perteneciente a una cadena de negocios de este tipo del chef con tres estrellas Michelín Dani García. Concretamente, se encuentra en la calle Sagunto, en pleno barrio de O Calvario, en un anexo de una antigua tienda de muebles, que ha sido reacondicionado como una cocina en la que trabajan profesionales que preparan los platos que los vigueses piden a través de aplicaciones como Glovo o Just Eat. No obstante, como la mayoría de negocios de este tipo, no dispone de ningún teléfono de atención al cliente al que poder llamar.

Una vecina pasadelante de la “cocinafantasma” que el chefDani García tieneen O Calvario. // M. G. Brea

Una vecina pasadelante de la “cocinafantasma” que el chef Dani García tieneen O Calvario. / Marta G. Brea

El afloramiento de las” cocinas fantasma” se ha convertido en una importante competencia para los restaurantes que ofrecen comida a domicilio. El sector es consciente de que estas prácticas que se pueden considerar clandestinas están creciendo “a una velocidad desmesurada”. El presidente de la Federación de Hostelería de la Provincia de Pontevedra (Feprohos), César Ballesteros, explicaba esta semana a este periódico que “la normativa actual permite que cualquier particular que sepa hacer una croqueta pueda comercializarla a través de esas aplicaciones”.

“Lo que hay que preguntarse es dónde está la garantía sanitaria. Porque tengo claro que algún día habrá una intoxicación. ¿Y quién se hará cargo? Las grandes plataformas se lavan las manos en estos casos, y hay un alto desconocimiento de cuál es la situación de las cocinas fantasma. ¿Están emitiendo las facturas correctamente? ¿Alguien controla lo que hacen?”, se preguntaba el presidente de la patronal de los hosteleros. Los empresarios no han puesto ninguna denuncia al considerar que deben de ser las administraciones las encargadas de “verificar” que las cocinas fantasma cumplen con todos los requisitos financieros (pagos de impuestos, por ejemplo) y sanitarios para poder ejercer una actividad como esta.

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