En marcha las obras en el polvorín de O Castro usado como un peligroso mirador

Esta parte de la muralla se reconstruirá en la musealización de túneles y galerías del monte

Vista del antiguo polvorín de la muralla de O Castro, con andamios para su reconstrucción.   | // JOSÉ LORES

Vista del antiguo polvorín de la muralla de O Castro, con andamios para su reconstrucción. | // JOSÉ LORES / Víctor P. Currás / A. Blanco

Fin a uno de los miradores más singulares de la ría de la ciudad. El Concello ha comenzado su actuación sobre el polvorín de la fortaleza de O Castro cuyo tejado se había convertido en una peligrosa terraza para decenas de vigueses. El pasado mes de mayo el gobierno municipal cerraba su acceso y ahora, con el proyecto de musealización de los túneles y galerías desde la ladera del monte, ha puesto fin definitivo a esta incívica práctica

Hace un año que en lo más alto del monte, dentro de la Fortaleza, se consolidó este mirador. Pese a la multitud de enclaves que hay en esta zona para deleitarse con la vista, para muchos parecen insuficientes. Quizás por ello optaban por acceder al tejado del antiguo polvorín poniendo en riesgo su vida (tiene una caída de hasta 10 metros por uno de sus laterales).

Esto provocó que buena parte de las tejas estuvieran ya rotas por la ingente cantidad de personas que se subían a él. Con el avance de los trabajos, este saliente de la fortaleza ya está recubierta de andamios para su reconstrucción por completo con paneles informativos y una nueva parte superior sin el tejado actual.

Nuevo aspecto en verano

El antiguo polvorín está ubicado al final de la galería, justo antes del acceso al patio de armas. Este tramo tendrá que ser reconstruido después de que se derrumbase dentro del proyecto de musealización de los túneles ubicados en la ladera del Monte de O Castro y que conectan con el interior del mismo.

En enero arrancaron estas obras que con un plazo de cinco meses y una inversión de 1.189.294 euros a cargo del Gobierno central permitirán a la ciudad reconciliarse con su pasado al tiempo que gana un nuevo atractivo turístico y cultural.

Este pasadizo de algo más de 60 metros de largo excavado en las rocas del monte será transformado en una galería interactiva con arcos de luz y “pequeños recovecos en los que van a pasar cosas”. De esta forma, los visitantes podrán vivir el ambiente del asedio con “el sonido, las luces y los fogonazos” propios de una batalla naval.

En la parte superior de la fortaleza se reconstruirán los baluartes defensivos con nueve nuevos vértices con cañones. También se acometerá una renovación de la iluminación en consonancia a la estrenada en noviembre de 2021.

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