Rehabilitadores vigueses prueban que es posible una vida sexual satisfactoria tras sufrir un ictus

Expertos neurológicos de la ciudad trabajan el aspecto cognitivo y conductual de las personas con daño cerebral y también con sus parejas para que puedan mantener relaciones

Una pareja recibe información en la consulta del rehabilitador Pablo Villarino.

Una pareja recibe información en la consulta del rehabilitador Pablo Villarino. / Carlos Ponce

El daño cerebral adquirido también repercute en la vida sexual de quienes lo padecen y sus parejas. Hay una creencia generalizada no obstante de que las personas que sufren un ictus, posteriormente no pueden ejercer determinadas actividades, entre ellas el sexo. Expertos de Irenea, Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Vigo, llaman la atención sobre la importancia de la sexualidad y la afectividad como una parte fundamental de la calidad de vida de las personas con daño cerebral. Aunque una parte de la sociedad sigue viendo la vida sexual de las personas con diversidad funcional como un tabú, los expertos en rehabilitación física, cognitiva y conductual de Vithas Vigo consideran importante recordar que “la sexualidad es una parte fundamental e inherente al ser humano y que contribuye de manera determinante a su sentimiento de bienestar personal”.

“Tras sufrir un ictus u otro tipo de daño cerebral, independientemente de la gravedad de su lesión, nuestros pacientes necesitan sentir atendida también su sexualidad y nosotros, como profesionales especializados, tenemos que ayudarles a estar preparados para el placer, para los afectos, para las relaciones eróticas e, incluso, para la decisión de ser padres, si así lo desean”, afirma Pablo Villarino, director de Irenea, Instituto de Rehabilitación Neurológica del Hospital Vithas Vigo.

Y es que, en el caso del daño cerebral, a consecuencia de un ictus u otro tipo de causa, diferentes estudios confirman que se genera un impacto que puede afectar, en distintos grados, a todos los ámbitos de la persona: físicos, cognitivos, de comportamiento y también a la personalidad. Esto conlleva, en muchas ocasiones, un proceso de duelo por los cambios corporales y la modificación de los roles de funcionamiento familiar y social, que afecta tanto a quien lo sufre como a todo su entorno familiar.

A todo ello, puntualizan los profesionales, hay que sumar que, a nivel físico, a las posibles dificultades motoras que pueden producirse se añaden los cambios en el aspecto físico corporal y en el funcionamiento de diferentes partes del cuerpo o de los órganos internos, lo que puede afectar a varias funciones, incluyendo las implicadas en el comportamiento sexual. Así como cambios en la autopercepción, el sentimiento de inadecuación y el hecho de necesitar cuidados en mayor o menor medida, lo que puede generar que la persona se sienta poco deseable y con menos posibilidades de recibir y proporcionar placer.

“Entre nuestros pacientes hemos observado que las mujeres que centran su feminidad en su cuerpo y en su capacidad para sentirse deseables y atractivas son más vulnerables a sufrir alteraciones en el aspecto afectivo y sexual y que, tras el daño cerebral o como consecuencia de los tratamientos farmacológicos, es frecuente que pueda modificarse su constitución física”, explica el responsable del Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Vigo.

Por su parte, en el caso de los hombres “proyectan su sentimiento de masculinidad en su órgano genital y su capacidad de erección, los cambios a partir del daño cerebral pueden conducir a una importante frustración ya que es frecuente que, tras la lesión, se produzcan alteraciones en la libido y también alteraciones conductuales en forma de apatía, que implica un embotamiento afectivo, o desinhibición”, afirma Pablo Villarino.

Los profesionales del Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Vigo abordan todos estos temas junto con la rehabilitación física, cognitiva y conductual, de forma holística, trabajando con la persona afectada y su pareja en la adaptación a la nueva situación, explorando las emociones en relación con la situación que ha generado el daño cerebral, facilitando el ajuste de actitudes y expectativas y potenciando todos los factores que permitan la vivencia de una sexualidad satisfactoria.

Hay que recordar que la Organización Mundial de la Salud recuerda que la sexualidad es un aspecto central del ser humano, que está presente a lo largo de toda la vida y que incluye las diversas conductas sexuales, al igual que el erotismo, las fantasías, el placer o la forma concreta que tiene cada persona de sentir su identidad sexual y de manifestar su vivencia del rol de género.

Casi 6.000 gallegos sufren cada año este accidente cerebrovascular

El ictus golpea de forma súbita, sin avisar. Cada año, unos 6.000 gallegos sufren este accidente cerebrovascular, de los que más de la mitad sufre secuelas discapacitantes. De hecho, el ictus es la causa de casi el 80% de los casos de daño cerebral adquirido (DCA), que afecta a unos 35.000 pacientes de Galicia. Según un estudio elaborado por la Federación Gallega de Daño Cerebral (Fegadace), realizado hace unos años a más de 300 pacientes de los hospitales gallegos, el 91,97% de las personas encuestadas fue atendido antes de que pasaran nueve horas del ictus, límite máximo de tiempo recomendado para tratarlo con éxito. Además, casi la mitad de estos pacientes fueron atendidos en menos de una hora y algo más del 30% recibieron atención entre una y tres horas después del ictus.

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