El alquiler de una vivienda se “come” ya casi todo el salario medio de los jóvenes vigueses

El ingreso mensual más común de un trabajador entre 16 y 35 años es de 980 euros, mientras que la renta de un apartamento es de 864 | Solo hay cuatro estudios disponibles en la ciudad por debajo de los 400

El alquiler de una vivienda se “come” ya casi todo el salario medio de los jóvenes vigueses.

El alquiler de una vivienda se “come” ya casi todo el salario medio de los jóvenes vigueses. / Marta G. Brea / FDV

El acceso a una vivienda se ha convertido en una misión imposible para buena parte de la ciudadanía, especialmente para los más jóvenes. Los precios no han dejado de crecer en los últimos años hasta llegar a una situación como la actual, con un mercado completamente desbocado e inabordable para aquellas personas que se quieren independizar. Actualmente, la renta media de una vivienda en alquiler en Vigo asciende a 866 euros, una cifra completamente impactante y que era impensable hace no tanto tiempo. Pero es que el coste por metro cuadrado ha ido ascendiendo de forma progresiva hasta llegar a la situación actual. Y si estos guarismos se ponen en relación con los salarios, directamente saltan todas las alarmas. Porque según los últimos datos oficiales del Instituto Galego de Estatística (IGE), a fecha de finales del año 2020, durante la pandemia, cuando se destruyó por aquel entonces muchísimo empleo y por tanto los contratos que se mantuvieron fueron los más consolidados y probablemente los más elevados, el salario medio de los jóvenes (entre 16 y 35 años) es de unos 980 euros, es decir, solo 114 euros más que lo que cuesta de medio una vivienda de alquiler en Vigo.

Este dato es demoledor y es una de las grandes demostraciones de las dificultades que afrontan los vigueses a la hora de poder independizarse. Obviamente, a la hora de irse de casa, los jóvenes buscan los pisos más baratos, especialmente en caso de que quieran irse solos. Pero es difícil encontrar apartamentos que con los salarios actuales de las personas que están entrando en el mercado laboral se lo puedan permitir. Por ejemplo, solo hay cuatro viviendas de cuatrocientos euros o menos disponibles en el mercado actual inmobiliario de la ciudad en el portal Idealista, y son todos estudios de muy pocos metros cuadrados.

Hay que tener en cuenta otras variables. Si una pareja que cobra unos mil euros cada uno de sus miembros se quiere independizar y se van a un apartamento que cuesta 800 al mes, deberán aún así destinar casi la mitad de su salario a pagar el alquiler, a lo que hay que sumar las correspondientes facturas por los suministros básicos (electricidad, agua...).

Si se pudiera seguir la recomendación del Banco de España, solo se debe destinar como máximo el 35% salario al pago del alquiler, algo completamente imposible a día de hoy para los jóvenes por la falta de oferta a precios inferiores a quinientos euros. El Observatorio da Vivenda de Galicia, adscrito al Instituto Galego da Vivenda e Solo, el barrio más asequible de Vigo es el de Teis, pero ahora mismo en esta zona no hay pisos disponibles, y tampoco en Matamá, Comesaña, Candeán, Cabral, Valadares o Beade. Sí hay disponibilidad en la zona de Coruxo, Oia o Saiáns, pero a precios prohibitivos para la mayoría. Es más, es habitual encontrarse pisos, que no chalés, que superan ampliamente los 1.200 euros mensuales de alquiler. Es decir, emanciparse se está convirtiendo en una quimera. Muchas personas que quieren independizarse optan por hacerlo en pisos compartidos, pero tampoco es barato: es difícil encontrar una habitación en Vigo en apartamentos con otras personas (desconocidas) por menos de trescientos euros.

Los efectos colaterales de los prohibitivos precios de los alquileres son diversos. Entre ellos destaca un afloramiento cada vez mayor de lo que se puede denominar como un mercado negro precisamente de pisos compartidos. Es decir, un propietario arrienda una vivienda a un inquilino y éste, para conseguir una “ayuda” para el pago de la renta mensual e incluso en ocasiones para lograr algún beneficio, subarrienda habitaciones a otras personas, que le pagan en dinero negro el coste de la habitación al carecer de contrato. Esta práctica, precisamente, suele estar prohibida por prácticamente todos los propietarios, que incluyen en el contrato de alquiler inicial una cláusula que especifica que no está permitido el subarriendo de habitaciones. Pero lo cierto es que cada vez este tipo de situaciones es cada vez más común.

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Para conseguir un piso en arrendamiento ahora mismo las condiciones son ya casi tanto o más duras que para firmar una hipoteca. Una de las principales novedades de los últimos tiempos es el veto que muchos propietarios están ejerciendo sobre las familias con niños. En primer lugar, precisamente, porque consideran que una pareja con dos hijos por ejemplo tiene unos gastos mucho mayores.

Y relacionado precisamente con el tema económico, ese veto se debe también a que los propietarios temen que, si finalmente deben iniciar un proceso de desahucio por impagos continuados de la renta mensual, al haber niños en la unidad familiar el proceso es mucho más complicado. En el momento de la ejecución del lanzamiento judicial, si el inquilino no quiere salir de la vivienda, los miembros del juzgado pueden pedir ayuda de la policía, y en caso de haber menores de edad, se concede un plazo de 1-2 semanas para que se desaloje la vivienda.

A las personas separadas con hijos también les está costando, y mucho, encontrar una vivienda en alquiler en la que poder alojarse.

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