Entrevista |

“Nos falta culminar la organización política del planeta con un gobierno global”

“Es muy difícil, pero necesario y urgente. También lo fue en su día la UE. ¡Menuda utopía del siglo XX!”

El catedrático de la UVigo Argimiro Rojo, con un ejemplar de su nuevo libro.

El catedrático de la UVigo Argimiro Rojo, con un ejemplar de su nuevo libro. / ALBA VILLAR

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Su último libro constituye una llamada urgente a la Gran Transición para crear un gobierno democrático del planeta frente a las amenazas globales como el cambio climático, las guerras o la crisis migratoria. Y en esta nueva estructura, el catedrático Argimiro Rojo destaca el destacado papel de las entidades locales, cuyo “protagonismo en la gobernabilidad de nuestras sociedades” irá a más, así como el aprovechamiento de modelos “conocidos y contrastados” como la UE y la ONU. “La hora del Gobierno Democrático del Planeta”, editado por Gedisa, ya está empezando a poner este debate sobre la mesa.

–Hace un llamamiento urgente para la creación de un gobierno del planeta que parece una utopía, sobre todo, en un momento como el actual en el que alcanzar acuerdos parece tan complejo.

–Es muy difícil, pero también muy necesario y urgente. Y, al contrario de la quimera, que es imposible, la utopía sí es realizable. No me estoy inventando las razones, están ahí y las analizo de forma exhaustiva. También fue difícil crear en su día la Unión Europea. ¡Menuda utopía del siglo XX!. Pues ahí está. Como también fueron una utopía los derechos humanos, el estado de bienestar, la abolición de la esclavitud, el hecho de volar o la luz eléctrica. Y se cumplieron porque el ser humano aplicó su inteligencia, su voluntad y su energía. Este libro está causando impacto porque es absolutamente novedoso y muy valiente al plantear sin eufemismos el tema de un gobierno mundial. Y siempre construido sobre el modelo democrático. Está sacudiendo conciencias, haciendo reflexionar. Está dedicado a todas las personas del planeta y tiene una doble dimensión, académica y divulgativa. A todos nos incumbe evitar lo que hoy ya es algo obvio: la habitabilidad del planeta y la supervivencia de la humanidad están en grave peligro. Ante esto, hay que reaccionar y un politólogo como yo lo que hace es proponer una solución desde la ciencia política.

–¿Por dónde habría que empezar la consecución de un objetivo tan ambicioso?

–Lo primero es suscitar el debate sobre un tema tabú como la gobernabilidad del planeta. Reflexionar, debatir e investigar sobre esta opción que es necesaria para solucionar esas amenazas. Las sociedades que no tienen gobierno, en las que no hay política, no son viables. Por eso hemos construido gobiernos a nivel local, regional, nacional y, en algunos casos, continental como la UE o Mercosur. Pero nos falta culminar la organización política de la tierra, ese nivel global que yo propongo.

Argimiro Rojo.

Argimiro Rojo. / ALBA VILLAR

–Supondría un escalón más que integraría a los demás.

–Sería un gobierno democrático, representativo y basado en la teoría federal. No significa eliminar las otras instancias de poder subglobal. Es compatible e interactuaría con los gobiernos continentales, nacionales, regionales e incluso locales.

–Ante los retos globales como el cambio climático es lógica una respuesta global.

–El cambio climático, el hambre, la exclusión de millones de seres humanos, las guerras, la amenaza nuclear, la crisis económica, el terrorismo, el crimen organizado, la violencia y el trato discriminatorio contra la mujer, la infancia y demás colectivos vulnerables, la impunidad de gobiernos tiránicos y corruptos, el caos y desgarro migratorio, el descontrol demográfico, la escasez energética, la falta de control de los descubrimientos científicos, la inteligencia artificial o la biomedicina... ¿A alguien le parecen pocos argumentos? En la última parte del libro hago una serie de propuestas sobre cómo se puede ir avanzando en la construcción del gobierno democrático del planeta y hago referencia a la del movimiento federalista mundial para crear en el seno de Naciones Unidas una asamblea consultiva parlamentaria. Seguiría el mismo proceso que el Parlamento europeo, que hoy también tiene poder legislativo, fiscalizador y exterioriza el proceso de la gobernabilidad de Europa. Analizo otras muchas propuestas, pero donde pongo realmente el énfasis es en la necesidad de poner este tema en el centro del debate.

–También insiste en el papel de los gobiernos locales.

–Me declaro un gran federalista y es esto lo que me permite conjugar mi condición de gallego, español, europeísta y cosmopolita. El libro tiene este enfoque integral, no reduccionista, y también rebato todos los obstáculos y objeciones en relación con mi propuesta como los identitarismos o el comunitarismo. El tema del gobierno mundial me interesa desde los años 80 y ha sido recurrente en mi bibliografía. Este libro representa la culminación de toda esa trayectoria. Y mi aportación no está desvinculada de lo local, al contrario, lo ensambla en el conjunto e incluso propongo un consejo consultivo mundial de alcaldes. La interdependencia ahora es total. No puede haber compartimentos estancos. Es un error suicida y va en contra del movimiento de la historia, sin ninguna duda.

Ahora que está cerca un proceso electoral a nivel local, me pregunto por qué los partidos y los concellos no se dan cuenta de que sus problemas tienen un alcance global. Están ciegos en este sentido. Hay que reforzar los gobiernos locales dentro del gobierno global, darles más robustez y medios económicos, porque son los que mejor pueden ayudar a los colectivos vulnerables. Debería haber este refuerzo del poder local en todos los ámbitos.

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