Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ingenieras y jefas... la ecuación casi imposible

Solo un tercio de los grupos de la UVigo en la rama tecnológica están liderados por mujeres | Y las catedráticas son el 10%

De izquierda a derecha, Belén Riveiro, Carmen Pérez, Belén Díaz, Ángeles Sanromán y Rebeca Díaz, ayer. ALBA VILLAR

La brecha de género se convierte casi en un abismo en las ingenierías. Las alumnas rondan el 23% de la matrícula en los grados de este ámbito en la UVigo, las docentes e investigadoras solo suponen el 22% de la plantilla y las catedráticas apenas rozan el 10%. Sin duda, son cifras preocupantes, pero tras ellas hay mujeres que persisten en sus carreras profesionales y que se convierten en inspiración para las siguientes generaciones brillando en ámbitos mayoritariamente masculinos y liderando sus propios grupos de investigación.

Según el último informe de I+D de la institución, referente al año 2021, solo un tercio de los directores y coordinadores de los laboratorios son mujeres –puede haber más de uno–. Y, en la rama tecnológica, se contabilizan 10 jefas frente a 47 colegas masculinos.

La catedrática de Ingeniería Química Ángeles Sanromán lidera el grupo de Bioingeniería y Procesos Sostenibles (Biosuv) y el año pasado fue galardonada por la Real Academia Galega de Ciencias, que también entregó otra de sus medallas a Isabel Pastoriza, experta en nanotecnología. Ambas son dos de las investigadoras con mayor impacto de toda la UVigo.

“Parece que se va muy lento, pero se ha conseguido mucho. La primera ingeniera industrial en España, Pilar Carreaga, acabó sus estudios en 1929. La segunda, Isabel Trabal, lo hizo veinte años después y era la única mujer en clase. Y la primera catedrática en mi área lo logró en 1984. Nuestra historia en las ingenierías es reciente, pero hemos avanzado gracias a todas estas mujeres que nos allanaron el camino”, reconoce.

Sanromán participa activamente en todas las actividades organizadas desde el centro Cintecx, al que está adscrito su grupo, y por la propia UVigo para visibilizar el trabajo de las mujeres en la ciencia y la tecnología y brindar referentes a las niñas. Porque gracias a mujeres como la leonesa Sara García Alonso, pone como ejemplo, ven más real el sueño de ser científicas o astronautas.

En su grupo la presencia femenina es mayoritaria, pero está acostumbrada a impartir clase en aulas muy masculinizadas y, en el peor de los casos, “con dos o tres chicas”. “A pesar de lo que hemos avanzado, aún hay hombres a los que le cuesta asimilar que las tareas deben ser compartidas. Y ahí nosotras también tenemos que ser activas y trabajar en cambiar esos roles. Nuestros hijos deben ver que las labores cotidianas son cosa de todos y esto irá generando una sociedad diferente”, confía.

Sanromán obtuvo su cátedra en 2019, el mismo año que Carmen Pérez, una de las investigadoras principales del grupo Encomat (Ingeniería de la Corrosión y de Materiales). “Cada vez hai menos mulleres nas carreiras tecnolóxicas, mentres nas do ámbito sanitario son a maioría. É algo que me sorprende porque a educación cada vez, ou así debería ser, é menos sexista. Pero os números son claros e non sei se faltan referentes ou se é unha cuestión de capacidades, pero normalmente as mellores alumnas son elas. Aínda que tamén vexo que eles teñen máis tendencia a tocar as máquinas ”, comenta.

En su grupo y en su departamento la presencia de mujeres es más elevada pero hay otros como los de Ingeniería Mecánica o Eléctrica donde apenas hay profesoras. En el caso del primero, solo 3 frente a 51 colegas. Y una de ellas es Concepción Paz, miembro del grupo GTE y que también rompe barreras como investigadora principal del grupo de Biofluidos del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur y como directora del Cintecx. 

Belén Riveiro, Carmen Pérez, Belén Díaz, Ángeles Sanromán y Rebeca Díaz, ayer. ALBA VILLAR

“A maternidade segue freando a nosa implicación profesional, continuamos máis involucradas nas tarefas que os homes, pero penso que co tempo haberá máis catedráticas e xefas. Quero ser optimista e vexo que as mulleres que están agora sobre os 40 anos teñen máis ambición no bo sentido da palabra e son capaces de compatibilizar mellor, aínda que non é doado. Véxoas máis dinámicas”, celebra Carmen, que incluye en esa promoción a Belén Riveiro, líder del grupo Resilient Structures. Acaba de recibir un Premio Nacional de Investigación y en una entrevista anterior con FARO se refería a la “responsabilidad” que tienen las investigadoras de estas áreas para “demostrar que el género no debe frenar el desarrollo profesional de nadie”.

“Tenemos que decidirnos”

Entre esas nuevas líderes también incluye a su excompañera en Encomat Belén Díaz, que ahora coordina el equipo de Electroquímica e Ingeniería de Materiales. “Lo de ser jefa surgió de manera natural y todos me apoyaron y animaron para dar el paso, pero hasta ese momento no me lo había planteado. La conciliación está ahí y puede ser un motivo para que otras mujeres no den el paso. Y también el síndrome de la impostora, sí. Tendemos a tener menos confianza o miedo a hacerlo mal, pero hay que intentarlo. A veces quizá le damos demasiada importancia, tenemos que decidirnos y salir adelante”, anima.

Y respecto a la brecha en la matrícula, cree que los bajos números de alumnas, en un círculo vicioso, pueden ser un hándicap para atraer a más: “En Industriales y en Minas tengo grupos solo de chicos. Y les pregunto en broma que dónde están las chicas. Realmente sí que hay una diferencia y, en general, ellas son más trabajadoras”.

Despertar vocaciones por las carreras tecnológicas y que las mujeres tengan acceso a las profesiones que diseñarán nuestro futuro y tendrán los mejores salarios es uno de los objetivos principales de Rebeca Díaz, la segunda directora en la historia de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación. La matrícula femenina ronda el 20%, pero celebra que dos de los tres mejores alumnos con mejor expediente que empezaron la carrera este año son mujeres.

Díaz coordina además el grupo Information and Computing Lab, donde dos de las tres investigadoras principales son mujeres, y es una de las tres catedráticas en el área de Ingeniería Telemática que hay actualmente en toda España.

Rosa Graña recibiendo el premio Uviguala 2023 (en grande) y chocolatada en Minas (en pequeño). Duvi

La UVigo demanda “una sociedad igualitaria”

El edificio Miralles acogió ayer el acto oficial de la UVigo con motivo del 8M. El rector reconoció que queda camino para alcanzar “una sociedad justa e igualitaria” e hizo entrega del premio Uviguala 2023 a Rosa Graña, jefa del servicio de Ayudas al Estudio, Bolsas y Precios Públicos. Varios centros se sumaron a las celebraciones y en Minas (en pequeño) las delegaciones de alumnos organizaron una chocolatada solidaria a favor de la asociación MUM contra el maltrato.


Compartir el artículo

stats