Mirlos, conejos, topos y lagartos repoblarán con árboles autóctonos las Cíes

Aves, mamíferos y roedores sembrarán este año carballos, madroños, laureles o perales | El proyecto del Parque se desarrolla inicialmente en la isla de Faro

Zona en la que el Parque desarrolla el proyecto, en la isla de Faro de las Cíes.

Zona en la que el Parque desarrolla el proyecto, en la isla de Faro de las Cíes. / Borja melchor

Restaurar los hábitats a través de dispersores de semillas de carballos, cerquiños o laureles como las aves –el mirlo, la paloma torcal o la tarabilla– conejos, lagartos, musarañas, topos y pequeños roedores –la rata negra–. Es el proyecto que se lleva a cabo en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas con el objetivo de potenciar la biodiversidad de esta joya natural, una meta clave para preservar su elevado valor biológico. Los trabajos se centran en la isla de Faro, en Cíes, en la vaguada este, pero la intención es extenderlos a más zonas del archipiélago en adelante. “Se trata de un proceso ecológico importante para el mantenimiento de la biodiversidad de los ecosistemas y para la regeneración de las comunidades vegetales”, detalla el director del Parque Nacional, José Antonio Fernández Bouzas, “Pepín”.

Las especies seleccionadas por el equipo del Parque Nacional son el Quercus robur (carballo), Quercus pirenaica (cerquiño), Laurus nobilis (laurel), Arbutus unedo (madroño), Crataegus monogyna (espino blanco), Ilex aquifolium (acebo) y Pyrus cordata (peral silvestre atlántico). Se incluyen tanto especies productoras de frutos carnosos como del género Quercus. Las primeras pueden ser dispersadas por las aves frugívoras –las que se alimentan de fruta de forma total o parcial–, como el petirrojo europeo, la curruca cabecinegra o el mirlo. Una gran ventaja de la dispersión de semillas por aves es que el paso de la semilla por su tracto digestivo elimina o debilita la cutícula o estructura externa, lo que, en muchos casos, incrementa la proporción y velocidad de la germinación de semillas de ciertas especies.

El caso de las quercíneas es más problemático, ya que sus principales dispersantes, principalmente, el Garrulus glandarius (arrendajo), Apodemus sylvaticus (ratón de campo) y Sciurus vulgaris (ardilla) no están presentes en las islas de Faro y Monteagudo. La única especie que podría dispersarlas es la exótica Rattus rattus (rata negra).

Existen diversos tipos –o síndromes– de dispersión, los cuales están determinados según la forma en que las semillas son transportadas a sitios potenciales de establecimiento. Por gravedad (barocoria), por viento (anemocoria), por agua (hidrocoria) o por animales (zoocoria), la cual se presenta en dos tipos: exozoocoria, que consiste en la adhesión de semillas al pelaje o plumaje de animales; y endozoocoria, directamente en su ingestión. En el proyecto de las islas Cíes, se darán zoocoria, endozoocoria, exozoocoria y anemocoria.

La acción en la isla de Faro se plantea en tres ejes. El primero: el uso de perchas artificiales –postes de madera de unos 3 metros de altura con ramificaciones horizontales– y naturales –ramas de arbustos y árboles– para atraer a las aves frugívoras y, así, incrementar el número de semillas dispersadas. El segundo: la revegetación de la zona de trabajo por medio de la nucleación, consistente en crear núcleos aislados de vegetación de porte arbóreo y arbustivo con especies productoras de frutos carnosos que puedan funcionar como atrayentes de animales frugívoros y como punto de origen para la regeneración natural de la zona. El tercero: el control continuo de la Acacia melanoxylon, ya “eliminada totalmente de la zona de actuación, al igual que el eucalipto”, como destaca Vicente Piorno, técnico del Parque Nacional.

Los tres tipos de perchas.

Los tres tipos de perchas. / eNeBaDa-Xunta de Galicia

El proyecto propone tres tipos de núcleos diferentes de plantación, que solo se diferencian en el elemento que constituye el punto central de atracción. Percha: el punto central de cada núcleo está ocupado por una percha natural; no hay producción de frutos mientras el crecimiento de las especies plantadas alrededor no lo permita. Plantado: el punto central lo ocupa un laurel plantado con el fin de ofrecer una cierta disponibilidad de fruto y una buena percha a las aves frugívoras. Y translocado: el centro del núcleo se corresponde con un laurel translocado desde otro punto de la misma isla de Faro o de la isla de Monteagudo; se trata de ofrecer una cierta disponibilidad de fruto y una buena percha a las aves frugívoras sin tener que esperar a que haya árboles adultos.

Cada núcleo estará compuesto de hasta 26 plantas y 52 semillas de las especies seleccionadas. En total, se propone la plantación de 43 núcleos en la isla del Faro. Las plantas se colocarán en tres círculos concéntricos dispuestos a distancias regulares, estando el círculo exterior a 6,5 metros del centro. Este círculo exterior albergará, además de plantas de las dos especies de Quercus, Arbutus unedo (madroño) y Crataegus monogyna (espino blanco), bellotas de los dos Quercus y semillas de espino blanco. El resto de las semillas se sembrarán siempre en los espacios entre las líneas concéntricas citadas y entre estas y el elemento central.

Hasta la fecha, se han colocado los postes y se han recogido las semillas. “La dispersión por parte de aves, roedores y demás empezará este mismo año”, avanza Fernández Bouzas. El deseo de los responsables del Parque Nacional es llevar esta iniciativa a Ons, Sálvora y Cortegada una vez se supere con buena nota la prueba en Cíes.

algunos dispersores de semillas

  • El lagarto

    Habita en las islas

  • El petirrojo

    Presente en Cíes

  • Un conejo

    en las islas Cíes

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La proliferación de especies exóticas invasoras supone a menudo un impacto sobre las comunidades nativas que puede llegar a causar la extinción de especies de fauna y flora o provocar la desaparición de ecosistemas enteros. Esta huella es más acusada en ecosistemas de islas, puesto que, generalmente, presentan redes de interacción más simples, donde las especies carecen de adaptaciones de defensa idóneas debido a la falta de depredadores terrestres en muchas islas.

El Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia alberga un número importante de especies invasoras, tanto de fauna como de flora. Hay 215 taxones de flora identificados, de los cuales 54 son considerados invasores, siendo 13 de ellos de carácter prioritario de alto impacto.

La acacia negra y el eucalipto son especies prioritarias. El trabajo de control por parte del Parque Nacional supuso el tratamiento de más de 100.000 metros cuadrados en las distintas islas en los últimos años. Esta lucha es un trabajo a largo plazo debido a la permanencia de semillas en el suelo durante años y la elevada capacidad de rebrote de estas especies, lo que requiere un seguimiento de las actuaciones para asegurar que su ausencia se mantenga en el tiempo.

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