Entrevista | Marta Losada Nutricionista en el centro de salud de Val Miñor

“Uno de cada diez casos que veo es de obesidad infantil”

Es una de las quince dietistas que se han incorporado hace dos meses a Primaria

Losada, en su 
consulta de Val 
Miñor.   | // RICARDO GROBAS

Losada, en su consulta de Val Miñor. | // RICARDO GROBAS / A. blasco

Los centros de salud del Área Sanitaria de Vigo incorporaron a principios de año la figura del nutricionista. Son 15 profesionales a los que los médicos, las enfermeras, las matronas o las odontólogas de Primaria pueden derivar por obesidad –con un índice de masa corporal de más de 30–, diabetes tipo II, hipertensión o dislipemias –colesterol y triglicéridos–. Cubren todo el territorio y también todas las edades. Uno de cada diez pacientes que pasan por la consulta de Marta Losada, en el centro de salud de Val Miñor, es un niño. Casi todos son casos “muy complicados” de obesidad infantil. ¿Cómo se abordan? “Hay que educar a nivel familiar”, destaca esta especialista en nutrición para menores.

Ha constatado que son los malos hábitos de los adultos y el desconocimiento en temas de nutrición lo que provoca el 99,9% de los casos de los niños que entran por la puerta de su consulta. El porcentaje residual son patologías raras, como algún problema de tiroides. Parte de la base de que “nadie hace daño a su hijo a propósito”. “O no le dan importancia, o creen que está bien o que no está tan mal”, describe Losada.

Además de explicarles las pautas de una dieta saludable y equilibrada, insiste en la influencia del entorno para el niño. “Por ejemplo, el refresco no puede ser la bebida habitual en casa y decirle ‘pero tú no bebas’ o ‘yo como pizza, pero a ti te pongo un pollo cocido’. Eso no es manera”, censura. Advierte que eso, “además, puede tener consecuencias a largo plazo”. “Te hago diferente, te hago sentir mal, lo que puede acabar en un trastorno de conducta alimentaria”, detalla.

Con esos cuatro motivos de derivación, el perfil mayoritario de sus pacientes son personas de más de 60 años. Y la obesidad también está presente en la gran mayoría de los expedientes que ha abierto en estos dos primeros meses. Sin embargo, en adultos suele venir asociada a hipertensión, a colesterol alto, a una diabetes tipo II “o simplemente a tener el azúcar al límite”.

¿A quiénes les derivan?

“Lo que le hemos pedido a nuestros compañeros es que nos manden a gente que tenga ganas, intención de cambiar”, cuenta y explica que se están encontrando con muchas personas, sobre todo mujeres, con mentalidad de dieta” que ya han pasado por tantos regímenes, muchas veces, “desde la adolescencia”, que están “hartas”. “Estar toda la vida a dieta es frustrante”, empatiza Losada.

Así que mejor eliminar elementos que provocan frustración si no aportan demasiado. Como la báscula. Aunque Marta posa apoyada sobre ella para este artículo, poco uso le da en su consulta. “Trabajamos el cambio de hábitos para que se encuentren mejor, para mejorar la salud, no para alcanzar un físico”, defiende. “Hay gente que me dice que no va a caminar porque le duelen las rodillas o los pies. El objetivo de cambiar mi alimentación debe ser poder ir a caminar, no bajar peso”, ejemplifica.

Y ese cambio de mentalidad “puede que cueste tres o cuatro consultas”, pero “la gente lo va entendiendo”. Esta nutricionista puede hacer seguimiento –según el caso y nunca con una frecuencia mayor de dos semanas– con los pacientes porque aún no tiene mucha demora. En estos dos primeros meses, Losada está viendo como “está aumentando bastante el ritmo de trabajo”, pero aún no está “saturada” como sí pueden estarlo alguno de sus otros 14 compañeros de especialidad en los centros de salud.

Actividad comunitaria

Además de las consultas y seguimientos –18 pacientes por día–, los nutricionistas incorporados a los centros de salud del área viguesa están haciendo sesiones clínicas con médicos y enfermeras de Primaria para formarlos en pautas dietéticas actualizadas y, así, que haya uniformidad en las recomendaciones. También realizan actividad comunitaria: charlas en colegios, grupos de trabajo con familias, cursos con pacientes...

La dieta saludable

“Hay mucha desinformación”, lamenta la nutricionista Marta Losada, que censura que “cualquiera” dé pautas de alimentación en redes y en medios, con contenidos como los “alimentos milagro”. “El objetivo es adelgazar y, a veces, se olvidan de la salud”, reprocha. Repasa para FARO algunas recomendaciones generales y básicas:

Plato de Harvard.

Para una comida o una cena equilibradas, el menú debe estar formado la mitad por vegetales –verduras, hortalizas y frutas–, un cuarto por proteínas –legumbres, carne, pescado y huevo– y otro cuarto por hidratos de carbono –cereales, azúcares, legumbres...–.

Legumbres.

Se deben comer entre tres y cuatro veces por semana.Es una proteína vegetal que permite sustituir a la animal. “No tiene que ser siempre en potaje, se puede hacer ensalada de garbanzos, lentejas salteadas...”. También los productos de soja.

Huevo.

Es un mito que cause colesterol si se toma más de tres veces a la semana.

Carne roja.

La recomendación es de una sola ración por semana –120 gramos–, incluidos los alimentos procesados como los embutidos. “El que desayuna con una loncha de jamón en la tostada cada día, es posible que ya cubra esa ración de toda la semana”, advierte.

Carne blanca.

Es el pollo, el pavo o el conejo. Se puede comer más que la carne roja, pero tampoco en exceso. Alrededor de dos veces a la semana.

Pescado.

Entre dos y cuatro veces a la semana. Mínimo, que dos de ellas sean de pescado azul.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents