Pasaban pocos minutos de las 21.00 horas de la noche del domingo 5 de febrero, cuando Ángel Rodríguez da Costa, más conocido como ‘Lito’, acudía al domicilio de su exmujer Beatriz Lijó Gesteira, ubicado en el barrio baionés de Percibilleira acompañado por sus dos hijos menores de 7 y 9 años con los que había pasado el fin de semana. Llamó al timbre de la vivienda y Beatriz salió a abrirle y a recibir a sus pequeños cuando fue asesinada por ‘Lito’ de un fuerte traumatismo en la cabeza, no sin antes tratar de huir por una de las puertas de la finca. Para ello, empleó un cuchillo de cocina que dejó junto al cadáver y un hacha de pequeñas dimensiones. Tras esto, Ángel Rodríguez se llevó a sus hijos y los dejó con un familiar antes de darse a la fuga. Pasadas doce horas, se entregó en la Comisaría de la Policía Nacional de Ourense.
Desde entonces, este profesor de Matemáticas de 46 años natural de Sabarís, se ha mantenido en el más absoluto silencio, mostrando –o simulando– primero un estado catatónico y una posible amnesia o lagunas de memoria después. Ni una, ni otra. Pasados doce días, y tras una evaluación psiquiátrica en el que los profesionales del Álvaro Cunqueiro denotaron que no padecía ningún tipo de trastorno ni impedimento cognitivo o intelectivo, Ángel Rodríguez terminó confesando el crimen de su exmujer, supuestamente motivado por haber perdido la custodia de sus dos hijos tan solo dos meses antes.
Declaración planteada
Y lo hizo en su tercera comparecencia ante la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº 1 de Vigo, en una vista celebrada ayer en virtud del artículo 25 de la Ley del Tribunal del Jurado, en el que las acusaciones plantearon los delitos por los que Lito será investigado a lo largo de la instrucción. Tras negarse en las dos citaciones previas a declarar y aunque no se trataba del momento procesal para hacerlo, la defensa planteó su declaración que fue acogida por la titular del órgano especializado en malos tratos.
Dos armas distintas
Así, durante toda la mañana, –Rodríguez fue trasladado desde A Lama hasta los juzgados de Vigo a las 09.00 horas y esta práctica concluyó poco antes de las 15.00 horas–, el varón reconoció haber dado muerte a su mujer y haber empleado para ello dos armas blancas. Se desconoce si las portaba él en su vehículo o las cogió del domicilio de la víctima.
Testificales
Tras esta comparecencia, la magistrada acordó la continuación del procedimiento y la práctica de las diligencias que solicitaron las acusaciones. Fuentes próximos al caso explican que ahora se citarán a todos los testigos que figuran en los atestados de la Guardia Civil, para tomarles declaración al respecto.
Delitos
Tanto la Fiscalía como la acusación particular como la popular ejercida por la Xunta solicitaron que Rodríguez da Costa fuese investigado por un delito de asesinato así como dos contra la integridad moral en relación a los dos menores que presenciaron la muerte de su madre. Precisamente, fue uno de los pequeños el que confesó a su abuelo como “papá mató a mamá”.
Armas
Reconoció que empleó un cuchillo pequeño, de cocina, “de 10 centímetros”, y un hacha pequeña “de entre 30 y 40 centímetros, con mango de madera”. Sobre el cuchillo, admitió haberlo dejado en el lugar de los hechos, mientras sobre el hacha apuntó que la arrojó en un sitio, en medio del monte, entre “una localidad y otra que no se acordaba exactamente”.
Atenuantes
Para tratar de mitigar las posibles penas de prisión en caso de condena, la defensa de Rodríguez ha solicitado una serie de atenuantes que deberán ser aceptados por la magistrada; por un lado el de arrebato, el de confesión y también el de reparación del daño; esto es la consignación de la posible cantidad en concepto de responsabilidad civil que pudiera corresponderle a los hijos o familiares de la fallecida. El hombre carecía de antecedentes ni tampoco denuncias por violencia de género, si bien Beatriz, abogada y funcionaria de Hacienda llegó a confesarles a sus amigas que ‘Lito’ llegó a perseguirla en varias ocasiones por Baiona tras el divorcio.
En busca de una conformidad
Este cambio de estrategia de Rodríguez rompe por completo la fachada de varón ausente, amnésico o catatónico que mostró durante los primeros doce días una vez fue arrestado. “No habla, no gesticula, no reacciona, tiene la mirada fija en el suelo... No fui capaz de hablar con él ni media palabra. Está como ausente”, declaraba su abogado, Saúl Vidal, tras su primer encuentro con ‘Lito’.
Este radical cambio empezó a fraguarse hace tan solo tres días, cuando decidió comunicarse con un familiar de cara a poder hablar con su letrado. Y es que reconoció que sin poder hablar o entablar un contacto con él, su defensa era prácticamente imposible.
Precedente: el parricida de Sárdoma
El reconocimiento de los hechos, aunque posterior al inicio del procedimiento penal podría encajar en el atenuante planteado por la defensa de confesión, así como los de arrebato u obcecación. También favorecería una disminución de la pena en cuanto a la posibilidad de llegar a un acuerdo de conformidad con las partes y evitar así la celebración del juicio, que sería por Jurado Popular, tal y como apuntó su abogado. Hay que recordar, que el último caso en Vigo previsto para juicio por asesinato no llegó a celebrarse por alcanzar un acuerdo con la Fiscalía. Manuel Alonso, el parricida de Sárdoma, fue condenado a 11 años y medio por matar a su padre a finales de 2018. Este compareció ante la Audiencia y, tras reconocer los hechos, aceptó la pena de prisión en una vista por conformidad. El Ministerio Fiscal le benefició con las atenuantes de confesión y alteración psíquica.
Por otro lado, también queda descartada la realización de un diligencia de reconstrucción de los hechos.