Entrevista | Joana Carneiro Directora invitada principal de la Real Filharmonía de Galicia

“Estudié música y medicina dos años, pero era claro que mi vida sería la dirección”

“En una orquesta todos trabajamos por construir algo bonito, algo que está más allá de nuestra experiencia terrenal y que nos transporta de inmediato a un lugar muy especial”

Joana Carneiro, durante un ensayo en el García Barbón junto con la Real Filharmonía de Galicia

Joana Carneiro, durante un ensayo en el García Barbón junto con la Real Filharmonía de Galicia / Alba Villar

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Que una mujer alce su batuta sobre el escenario todavía sigue siendo noticia en pleno siglo XXI. Solo el 8% de las orquestas españolas, tal y como han constatado la SGAE y Clásicas y Modernas, tienen una directora al frente. Y según la agencia France Press, apenas el 6% de los directores invitados en Europa son mujeres. La lisboeta Joana Carneiro forma parte de este grupo de profesionales que inspiran a las siguientes generaciones. Ha sido directora invitada y principal de formaciones como la Filarmónica o la BBC Symphony and Philharmonia en Londres, la Orquesta de Cámara de Los Ángeles, las Filarmónicas de Helsinki y Hong Kong, la Sinfónica de Sao Paulo o la Orquesta del Centro Nacional de las Artes de Canadá. Y desde 2021, es la directora invitada principal de la Filharmonía de Galicia, con la que ayer actuó en el Teatro Afundación.

–¿Cómo es su relación con la Real Filharmonía como directora invitada principal?

–Para mí es una experiencia muy bonita porque puedo mantener una relación artística con una orquesta durante algunos años. Es más que ser invitada, por eso se puede profundizar en esa relación a través de programas diferentes y llegar a conocer bien a los músicos. Y así el trabajo es cada vez más fácil, fluido y natural. No tienes las mismas responsabilidades que un director principal, pero es muy bonito y durante esos años se crea una intimidad y una empatía, una naturalidad a la hora de hacer música. Y eso es muy bueno. Para mí es un privilegio tener una relación así con la Filharmonía de Galicia.

–¿Cómo definiría a la formación?

–Es una orquesta que es muy buena musicalmente, que quiere trabajar y que está siempre buscando la perfección. Hay un diálogo muy natural durante los ensayos. Cada temporada tiene una programación con una identidad propia y está formada por personas muy interesantes y que siempre quieren hacer la mejor música, tanto en los ensayos como en los conciertos.

–Siempre se dice que la música es un lenguaje universal. En su caso, que ha dirigido grandes orquestas de todo el mundo e integradas por músicos con culturas y maneras de trabajar muy diferentes, resulta aún más evidente.

–Es una cualidad muy importante del arte en general y de la música en particular. La música como experiencia en grupo tiene una característica muy especial que es la construcción de algo en comunidad. En una orquesta no importa de dónde venimos ni cómo nos sentimos ese día. En ese momento todos trabajamos juntos para construir algo bonito. Es una cosa maravillosa. Algo que está mucho más allá de nuestra experiencia terrenal. Nos transporta de inmediato a un lugar muy especial, espiritual. Y eso se logra intentando hacer en cada minuto cosas bonitas. Ésa es la razón del músico. No importa lo que pase en nuestra vida, en ese momento hacemos algo juntos.

–Y eso trasciende al público, aunque no sea experto.

–Sí. La música es una forma de hablar de nuestra experiencia humana, de nuestros sentimientos, de la historia o del momento actual. Y de una forma bonita. Cuántas veces los compositores han escrito cosas bellas a partir de momentos históricos muy horribles. Para los músicos y el público es una manera de reflexionar sobre quiénes somos o qué sentimos. Nos trasciende a ese lugar que está muy muy fuera de nosotros. Puede ser en un plano espiritual, de felicidad, de tristeza… Pero la música nos transporta inmediatamente.

Joana Carneiro, este viernes, durante un ensayo

Joana Carneiro, este viernes, durante un ensayo / Alba Villar

–¿Qué papel debe jugar el director en todo este proceso?

–La primera cosa que debe hacer es tener un respeto máximo por el texto musical y el compositor. Y en cada momento del ensayo intentar encontrar, si no la perfección, sí la verdad de ese texto a partir de la experiencia con la orquesta. Eso es lo más importante. Y cuanto más seguros estemos de cuál es esa perfección, mejor vamos a inspirar a los músicos. La inspiración viene del conocimiento del texto y también de saber comunicarte con la orquesta y conocer cómo pueden llegar a ese ideal. Y eso se adquiere con la experiencia, con mucha preparación y pensando bien cuál es el sonido ideal y cómo llegar allí a partir de la materialidad de tocar los instrumentos.

–¿En qué momento de su carrera dio el salto a la dirección?

–Mis instrumentos de base son la viola y el piano, pero siempre quise ser directora, desde niña. Y a los 18 años empecé a estudiar dirección de orquesta en la universidad. Al mismo tiempo entré en la Facultad de Medicina porque no sabía si podría dirigir una orquesta. Y estudié música y medicina durante dos años, pero era claro que mi vida sería la dirección.

–Y se convirtió en la primera directora de Portugal y una de las pocas en todo el mundo. Sigue siendo un ámbito muy masculinizado.

–No hay tantas mujeres como hombres, pero creo que ahora es mucho más fácil. Cuando yo estudiaba nunca sentí ningún problema por ser mujer. La generación de los 70 y 80 es muy diferente a la anterior, especialmente en Portugal. Yo nací después de la Revolución y el país ya era muy diferente. Las mujeres de mi generación y de todas las demás si tienen interés pueden hacerlo. Y cada vez más es así. Si he tenido problemas en alguna orquesta siempre han sido en lo musical, nunca sentí que por el hecho de ser mujer.

–¿Es diferente el liderazgo femenino?

–Solo tengo mi experiencia, pero creo que no, depende de la persona.

–¿Anima a las niñas a seguir su ejemplo?

–¡Claro! Como cualquier otra actividad. Si quieren, por qué no.

–¿Cómo definiría el repertorio elegido para el concierto de Vigo?

–Son dos compositores con obras muy diferentes. En la 4ª Sinfonía de Mahler hay una sensación de música de cámara muy bonita y la obra de Britten es compleja. La soprano María Hinojosa Montenegro lo hace muy bien y es un concierto lleno de color, ideas musicales y textuales muy bonitas y mucha imaginación.

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