Entrevista | Paz Padilla Actriz, presenta su obra “El humor de mi vida”

“En el escenario tiro de oficio porque si tiro del alma, me rompo”

El Auditorio Mar de Vigo acoge el 10 y 11 de febrero esta oda a la muerte desde el humor

Padilla en un instante de su representación.

Padilla en un instante de su representación. / e. villanueva

Ciento treinta representaciones después y 80.000 espectadores, “El humor de mi vida” llega al Auditorio Mar de Vigo; el nuevo espectáculo de la actriz Mari Paz Padilla –como ella misma dice para diferenciarla de la Paz presentadora–, donde rinde homenaje a su esposo fallecido, pasando de las páginas de su libro al escenario. “El humor de mi vida” es un espectáculo para reír y llorar y para aprender a enfrentarse a los golpes que da la vida sin perder el humor.

–A mayores de esta buena acogida del espectáculo, a nivel personal, qué le ha aportado a nivel personal, para afrontar este duro y oscuro episodio por el que atravesó.

–Yo escribí el libro y la obra de teatro con la misma ambición; visibilizar el acompañamiento y la muerte. Antepongo mi misión, el querer ayudar a otra persona que lo que yo pueda llegar a sentir. En el teatro tiro de oficio, porque si tiro del alma me reviento. Son dos horas y cuarto en la que gente ríe y llora, pero yo también río y lloro. Entonces cuando termina la obra me dice que entran y salen diferentes y que a veces salen como diciendo ‘quiero vivir’, voy a darle importancia lo que realmente la tiene. Eso me calma el alma.

–Ejerce de ese hombro en el que mucha gente necesita apoyarse.

–Sí, pero porque yo me llegué a encontrar muy perdida. Cuando el oncólogo te dice ya no hay nada que hacer y te mandan para casa, a morir ahí. Y qué hago yo ahora, yo cómo voy a aceptar eso, y cómo lo voy a asimilar, y cómo lo voy a superar y cómo lo voy a ayudar. Sobre todo dejas de pensar en ti para pensar en él. Y te sientes muy perdida. Imagínatelo, te enseñan a vivir, te enseñan a parir, pero no a enfrentarte a tu muerte a cómo va a ser tu muerte, a cómo vas a morir; ¿a que no? Y falta ayuda, porque la gente a tu alrededor tiene tanto miedo a la muerte...

–Quizá por esta falta de aceptación o asimilación en vida, no se sabe cómo ayudar.

–Claro, ¿cuántas veces has pensado en tú en tu muerte?

–Pocas, o casi ninguna.

–Entonces cuando te pase, ¿qué haces? Lo primero es no creérselo y a partir de ahí la gente no sabe cómo tratarte. Te dicen falsas mentiras, que todo va a ir bien, que vamos a superarlo. Yo aún el otro día pensaba en el teatro porqué me mentían tanto.

–No se hace con la finalidad misma de mentir, pero es un engaño a los demás.

– Sí, te están engañando y están evitando que tu llegues al proceso de aceptarlo que es a donde tenemos que llegar. En cuanto lo aceptas, empiezan a vivir cada día como un regalo. Que luego sí encontré a amigos y profesionales que me orientaron, y es lo que quiero hacer yo. Es que sino te puedes tirar meses y meses divagando, en vez de decir venga Padilla, quiérele, quiérete y disfruta cada segundo.

–Sentía que nadie la ayudaba.

–No me ayudaba nadie, si todo ese tiempo “de se va a salvar, se va a salvar” no me dijeran eso, hubiera llegado antes a este momento. Hasta una amiga que me decía ‘solo se mueren los buenos’, no, se muere todo el mundo. La gente no sabe cómo ayudar porque no piensa en la muerte. Y no lo hacemos porque implica saber qué sentimos, y no queremos.

–Fue ese momento en el que aceptó la situación, en la que empezó a vivir la vida como un regalo cuando decidió traspasar estos recuerdos de tristeza al escenario.

–Esto no es una conferencia, yo no salgo y cuento lo que he vivido. Sino que a través de lo que yo he vivido te llevo por tu propio mundo, pero sin olvidar que es una obra de teatro; con una escenografía, una iluminación, una banda sonara... Como si fuera una película de la que sacar tus conclusiones. Y cuento una historia de amor con un trasfondo y una profundidad, y todo en plan metafórico. Por eso soy de oficio y tiro de actriz. Porque estoy jajaja y al los dos minutos lloro y hago que tú llores. Y son 80.000 personas en pie, no hubo una obra en laque la gente no se haya levantado.