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El crimen machista de Clotilde: 18 puñaladas porque su marido “no soportaba” la idea de morir antes que ella

Ángel, vigués de 83 años, se enfrenta a 22 años de cárcel acusado de asesinar a su esposa en Tenerife | Obsesionado con un dolor de oídos que creía "irreversible", la apuñaló con unas tijeras y un cuchillo

El funeral celebrado en Vigo por Clotilde, la víctima de este crimen machista ocurrido en Tenerife. Marta G. Brea

Tras más de 50 años de convivencia en la que había irrumpido la violencia machista con “vejaciones, humillaciones y violencia física y verbal”, la situación se volvió “insoportable” en mayo de 2022. En esa época el matrimonio de Vigo formado por la pescantina Clotilde Rodríguez, de 82 años, y Ángel Martínez, de 83, estaba en Tenerife, donde pasaban largas temporadas. Obsesionado él con un “fuerte dolor de oídos” que creía “irreversible”, el maltrato verbal y la crispación hacia su esposa se volvieron una “constante”. Y la tarde del 11 de mayo presuntamente la mató. El acusado, concluye la Fiscalía, decidió acabar con la vida de su mujer “porque no soportaba la idea de fallecer” antes que ella: primero la atacó con unas tijeras metálicas cuando la víctima estaba “adormecida” en el sofá del salón y después, cuando ella “ya mortalmente herida” logró a duras penas refugiarse en el patio de luces, la “remató” con un cuchillo de grandes dimensiones. En total, la mujer recibió 18 puñaladas de diferente profundidad.

La víctima, Clotilde Rodríguez.  // R. GROBAS

La víctima, Clotilde Rodríguez. // R. GROBAS

Este relato forma parte del escrito de calificación provisional que, finalizada la instrucción en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Arona (Tenerife), acaba de presentar el fiscal en el caso de esta vecina de Teis asesinada en la localidad tiñerfeña de Los Cristianos, donde el matrimonio, aunque residía de forma habitual en Vigo, pasaba temporadas en un apartamento que alquilaban. En prisión provisional desde los hechos, Ángel Martínez está ahora a la espera del juicio: el Ministerio Público le acusa de un delito de asesinato, con las circunstancias agravantes de género y parentesco, y pide que sea condenado a 22 años de prisión y a indemnizar a las dos hijas que tenía en común con la víctima con 100.000 euros a cada una por los “daños morales” que les causó con el crimen de su madre.

"Subyugada" a su marido

El fiscal arranca relatando que el matrimonio, casado desde 1966, llevaba, a la fecha de los hechos, 56 años de convivencia. “En los últimos tiempos la relación afectiva se había ido deteriorando” ya que el acusado “vejaba, despreciaba, dominaba y sometía a violencia física y psíquica” a su esposa, que, “resignada”, soportaba la situación “a la que la tenía subyugada su marido”.

Todo se precipitó en mayo del pasado año. “Los días anteriores al fatídico desenlace [el procesado] estaba aquejado de un fuerte dolor de oídos”, continúa la acusación pública, lo que le llevó a ir a varios centros médicos de la zona: “Esta dolencia, según su creencia de carácter irreversible, provocó un sucesivo incremento de la intensidad de la violencia verbal que dirigía a su esposa”.

Instalada en la pareja “una cada vez más insoportable atmósfera” de maltrato verbal y crispación, agrega, la mañana del 11 de mayo el presunto agresor fue al servicio de urgencias del centro médico de Los Cristianos, donde, tras explorarlo, le pautaron el tratamiento que semanas antes le habían administrado, le fijaron nueva cita para 9 días después y le dieron el alta.

El acusado, Ángel Martínez.

El acusado, Ángel Martínez. FdV

Indefensión

Ángel regresó a su casa y esa tarde fue cuando presuntamente decidió matar a Clotilde porque “no soportaba la idea de fallecer” antes que ella. “Aprovechando la situación de indefensión de la víctima, que estaba tumbada y adormecida en el sofá del salón de su hogar, sin permitir reacción alguna y a sabiendas de su imposibilidad de escapar al ataque que se disponía a acometer”, el procesado le propinó supuestamente varias cuchilladas a la altura del cuello con unas tijeras metálicas de punta redonda con mango de 9,5 centímetros y hoja de 8,5 centímetros.

El ataque no acabó ahí. “Ya mortalmente herida”, prosigue el Ministerio Público, la víctima se dirigió “tambaleándose” hacía la única vía de escape que tenía, el patio de luces de la vivienda. Pero su marido, “con el fin de rematar el crimen que había comenzado”, fue hacia la cocina y, “portando un cuchillo de grandes dimensiones” –31 centímetros de largo en total–, abrió la puerta de dicho patio que la mujer intentaba cerrar sin éxito mientras pedía auxilio a gritos. El acusado “la silenció” asestándole más puñaladas en abdomen y costado hasta que su esposa cayó desplomada.

Los exámenes forenses desvelaron que la víctima tenía 18 lesiones incisas o inciso-punzantes de distinta morfología y profundidad: nueve en la región facial y cervical, siete en el tórax (costado izquierdo) y dos en el miembro superior izquierdo, “heridas éstas incompatibles con la vida” que derivaron en su fallecimiento. Tras el ataque, el agresor, con el fin de eludir las responsabilidades derivadas de lo que acababa de hacer, se “autoinfligió” varios cortes en los antebrazos, ninguno de los cuales puso en peligro su vida.

El fiscal pide también que se deduzca testimonio a los juzgados de Vigo para esclarecer el posible delito de maltrato habitual que sufría la víctima antes del crimen. El caso por el asesinato se juzgará este año en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

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