¿Atasco burocrático? Un mes para el padrón, horas para pagar multas

Los trámites administrativos suponen uno de los grandes quebraderos de cabeza para los vecinos, incluso en la era de la atención telemática. Y es que las resoluciones burocráticas en el Concello de Vigo se ha convertido en una gymkana que, incluso después de la pandemia, puede demorarse durante más de mes y medio.

A través del portal de Solicitudes de Cita Previa se puede comprobar que el edificio de Praza do Rei es, todavía, el punto de referencia para estas gestiones. Y es que ni la oficina de la Avenida de Martínez Garrido ni la extensión de Urbanismo, Información e Rexistro permiten “descentralizar” la actividad del recibidor de la casa consistorial.

Dentro de los 22 trámites que se pueden realizar en la lonja del Concello, la lista de espera varía sensiblemente. La espera más larga se produce en el padrón, que según los datos del Concello superó los 300.000 habitantes por primera vez tras la pandemia hace dos semanas. En estos momentos es imposible lograr una cita previa antes del 1 de marzo al estar ocupados todos las franjas –de entre diez y catorce minutos– para los cambios o altas en el empadronamiento.

Suerte similar corre uno de los objetos más preciados este año: la PassVigo. A la espera de que la tarjeta municipal se pueda emplear en otros servicios como el pago de espectáculos culturales, préstamo de libros y la O.R.A., la ampliación de los descuentos en el uso del autobús urbano ha acentuado la diferencia entre la tarifa ordinaria y las que reciben subvención del gobierno local.

El precio del Vitrasa vuelve a bajar en 2023 con la PassVigo

Si subirse al Vitrasa cuesta ya 1,40 euros para quien no disponga de la Pass Vigo, sus beneficiarios pagarán como máximo 51 céntimos y pueden hacer transbordos. A pesar de que se pueden atender 70 citas diariamente –una cada seis minutos– no es posible encontrar el primer hueco hasta el 28 de febrero.

También la atención para las ayudas a los libros de texto cuelga el cartel de completo hasta el 5 de febrero, fecha en la que finaliza el plazo de solicitudes, o el registro general, con tres semanas de espera.

En el lado opuesto, todos los servicios económicos municipales, incluyendo los tributos y multas. Para estas últimas es posible encontrar citas previas sin antelación en el mismo día, situación que se repite en el caso del IBI, los vados, embargos, domiciliaciones o tasas de ocupación de la vía pública.

El Comité de Empresa del Concello inicia movilizaciones para la reposición de personal

También el catastro, el impuesto sobre vehículos o los recibos de la basura rozan la plena disponibilidad en el calendario.

La semana pasada el Comité de Empresa del Concello iniciaban una serie de movilizaciones para denunciar el abandono y “desmantelamiento” de los servicios públicos, especialmente los relacionados con la atención directa a los ciudadanos.

Según los cálculos de los siete sindicatos presentes en este órgano, actualmente existen unas 300 vacantes sin cubrir dentro de la plantilla municipal, lo que representa aproximadamente la quinta parte de la misma.

Según denunciaron en la rueda de prensa, los 11 millones de euros que anualmente no se ejecutan dentro del capítulo 1 de personal de los presupuestos municipales provocan que no se puedan cubrir las bajas por maternidad, las vacaciones y otras libranzas; por lo que directamente se suspenden dichos servicios durante estos periodos.

Sin tiempo para votar

Uno de las consecuencias de este atasco burocrático se prolongará durante los próximos cuatro años. Este martes 31 de enero finaliza el plazo para la inscripción en el padrón para poder votar en las elecciones locales del mes de mayo.

Es por ello que el portavoz del Partido Popular en el Concello, Alfonso Marnotes, reclamó que se refuerce el servicio de atención para “evitar que se vulnere este derecho constitucional”.

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