El “taller” de piedra más antiguo del mundo

Arqueólogos de la UVigo registran la evolución humana en el yacimiento etíope Simbiro III-Melka Kunture, de más de 1,2 millones de años, e identifican un lugar donde tallaban

Los arqueólogos Andrea Serodio y Eduardo Méndez en el yacimiento etíope.

Los arqueólogos Andrea Serodio y Eduardo Méndez en el yacimiento etíope. / FdV

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Durante el Paleolítico, y también en las etapas más antiguas, el ser humano se ha caracterizado por fabricar sus propias herramientas con el objetivo de emplearlas en función de sus necesidades. El yacimiento Simbiro III-Melka Kunture, situado en Etiopía, es una de las secuencias arqueológicas más completas y dilatadas en el tiempo de la evolución humana y es, precisamente en ella, en donde dos arqueólogos de la Universidad de Vigo han logrado identificar el ejemplo más antiguo conocido de un taller de fabricación de piedra especializado.

La revista internacional “Nature Ecology & Evolution” se acaba de hacer eco de un artículo que recoge este hallazgo efectuado por un equipo internacional, en el que los arqueólogos de la Universidad de Vigo Eduardo Méndez y Andrea Serodio han tenido un papel protagonista. En dicha publicación, los expertos describen el ambiente en el enclave etíope, de más de 1,2 millones de años, y en el que se avanza la “capacidad de planificación y anticipación” del Homo erectus, un comportamiento que no se creía tan antiguo.

Arriba, Andrea Serodio con los bifaces. Abajo, Méndez trabajando en el yacimiento.

Eduardo Méndez trabajando en el yacimiento arqueológico. / Carolina Sertal

En plena estancia en Etiopía, Eduardo Méndez saca algo de tiempo para explicar por teléfono que “este yacimiento ya se conocía desde hace años, pero el hallazgo que hemos realizado todavía no se había divulgado, y es que en un sitio concreto de este paisaje, se daba la circunstancia de que había obsidiana, y lo que hicieron durante un tiempo determinado fue fabricar en este lugar, de forma continua y deliberada, una herramienta muy característica de esta época que llamamos bifaz”. Según indica el arqueólogo, dichas piezas eran talladas por ambos lados, en forma de hacha y rematadas en punta, que posteriormente transportaban con ellos para dar respuesta a sus necesidades.

Eduardo Méndez destaca que el interés de este tipo de “taller” radica en “el tipo de comportamiento que tenía lugar en él, puesto que los humanos que habitaban la zona, tenían acceso al recurso de la piedra, la tallaban y la llevaban a otro lado para usarlas. Esto es algo que no se conocía en cronologías tan antiguas de África y, por lo tanto, del mundo”.

En este sentido, el arqueólogo de la Universidad de Vigo insiste en que “el valor de este lugar radica en que es el primer sitio en el mundo, y el más antiguo, en donde podemos documentar un comportamiento tan especializado. Es el primer caso conocido a nivel mundial en el que se fabrican este tipo de herramientas, bifaces exclusivamente, y que después se llevaban con ellos para cortar la carne de un hipopótamo, un ñu o cualquier animal que hubieran cazado”.

La investigadora Andrea Serodio con los bifaces.

La investigadora Andrea Serodio con los bifaces. / FdV

Haber sido partícipes de este hallazgo, es para Andrea Serodio y Eduardo Méndez “todo un orgullo” y el arqueólogo gallego hace referencia a que, “por desgracia, no hay muchos españoles que puedan trabajar en algunos de los principales yacimientos de África, porque los yacimientos africanos siempre han sido coto de ingleses o americanos. Que, de repente, un grupo en el que está presente la Universidad de Vigo acabe codirigiendo este tipo de yacimientos es una cosa entre extraña y de gran valor, puesto que estamos hablando de uno de los principales yacimientos del mundo para conocer el desarrollo de la evolución humana. Es un motivo de orgullo”.

A este respecto, Eduardo Méndez indica que, a nivel arqueológico, “África es la Champions, porque la calidad y cantidad de yacimientos que podemos encontrar aquí es exponencial. El centro de todos los procesos culturales y evolutivos están aquí y ahora nosotros podemos documentar por primera vez en el registro de la evolución humana un comportamiento tan altamente especializado, que se pensaba que era mucho más reciente, se asociaba a los neandertales, pero resulta que era mucho más antiguo”.

Con más de 60 años de investigación continuada, en la actualidad, el trabajo en este yacimiento se desarrolla desde un proyecto italo-español, codirigido por Margherita Mussi, el propio Eduardo Méndez, por parte de la Universidad de Vigo, y Joaquín Panera. Además, el proyecto aglutina a más de una veintena de investigadores europeos y vigueses, como Andrea Serodio o Patricia Bello.

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