Más abortos privados a mujeres de más de cuarenta años que a menores en Vigo

Menos del 5% de las interrupciones de embarazo realizadas en la ciudad son a menores de edad | El precio del método farmacológico y de la intervención quirúrgica con anestesia local es de 480 euros

Una doctora le enseña la ecografía del feto a una mujer embarazada.

Una doctora le enseña la ecografía del feto a una mujer embarazada. / Carlos Ponce

El debate sobre el aborto ha vuelto a la palestra por la polémica medida planteada por Vox en Castilla y León de que las mujeres embarazadas deban escuchar el latido del feto antes de tomar la decisión de interrumpir su embarazo, algo que además podría romper el Gobierno de esa comunidad y adelantar las elecciones. Pero mientras unos y otros se tiran los trastos a la cabeza y se vuelve a opinar sobre la ley y los derechos de las futuras madres y del bebé que todavía no ha nacido, son muchas las mujeres que se enfrentan a este momento crucial en sus vidas.

En la sanidad pública viguesa se cubre tanto la intervención quirúrgica para la interrupción voluntaria del embarazo (algo que se hace aproximadamente a partir de la séptima semana), como también la pastilla abortiva, un método farmacológico que se plantea para las primeras semanas desde el inicio de la gestación y del que se encarga el Centro de Orientación Familiar de Vigo. La cobertura del aborto en la sanidad pública en el área sanitaria es por tanto total.

No obstante, la ciudad cuenta con la única clínica privada del sur de Galicia autorizado por la Xunta para interrumpir la gestación antes de las catorce semanas. Se trata de la clínica Castrelos. Es más, el Sergas tiene un concierto con esta clínica mediante el cual le deriva a mujeres embarazadas de las áreas sanitarias de Ourense, Lugo y Pontevedra. A esta clínica viguesa llegan también mujeres del norte de Portugal y de otras zonas de Galicia.

El volumen de personas que acuden a la privada en Vigo a abortar es más o menos el mismo en los últimos años. Aunque no hay cifras oficiales, tal y como explica la trabajadora social de la clínica Castrelos, María José García, "nos llegan mujeres desde los 18 hasta los 48 años”. Algo que llama especialmente la atención, tal y como apuntan desde el centro, es que acuden más mujeres de cuarenta años a interrumpir su embarazo que menores de 18. Es más, menos del 5% de las atendidas en esta clínica están por debajo de esa edad.

El método elegido para la interrupción del embarazo lo elige siempre la paciente. Hay que tener en cuenta que el farmacológico, es decir, la pastilla abortiva, solo se ofrece hasta la séptima semana de gestación y el precio es de 480 euros. La otra opción es la intervención quirúrgica, que si es con anestesia local es con el mismo precio que la pastilla pero que si requiere la sedación completa (algo que depende de la valoración médica), el coste asciende hasta los 680.

El proceso que se realiza en los casos de intervención quirúrgica es en primer lugar una consulta con el ginecólogo del centro y a la mujer se le practica una ecografía para determinar con exactitud el número de semanas de gestación. La operación (ya sea con anestesia total o local) es ambulatoria, es decir, no requiere de hospitalización y únicamente se permanece en la sala de recuperación unas dos horas mientras la sedación va desapareciendo. Lo que se hace concretamente durante la intervención es dilatar el cuello del útero para proceder posteriormente a su vaciado. Quince días después se realiza una ecografía de revisión para comprobar que todo esté bien. La cirugía por tanto es sencilla, y los efectos secundarios suelen reducirse a las primeras horas posteriores a la operación: vómitos o náuseas, dificultades para orinar, alguna molestia en la zona...

Afortunadamente, la clínica Castrelos no ha vivido ningún conflicto serio relacionado con antiabortistas. Sí se encuentran desde hace años cada lunes, cuando entran a trabajar, una vela encendida en la entrada del centro, presumiblemente dejada por alguna persona en contra de las interrupciones del embarazo.

¿Y por qué hay mujeres que acuden a abortar a clínicas privadas si la sanidad pública viguesa cubre de forma gratuita esta práctica? Según los especialistas de pago, porque las pacientes consideran que tendrán una mayor discreción. Aunque en todo caso, los motivos para abortar y el lugar donde decide hacerlo siempre son anónimos y la paciente no tiene que justificar su decisión.

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