Entrevista | Ignacio Hortas Arquitecto

“La identidad de Vigo radica en el conjunto del Ensanche; hay que darle el valor que merece”

Considera necesario poner el foco en los edificios de la sociedad decimonónica que todavía se conservan para no perder ese legado

El arquitecto Ignacio Hortas.

El arquitecto Ignacio Hortas. / FdV

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Una charla-debate entre los arquitectos Ignacio Hortas y Ramón Viéitez para sensibilizar a los vigueses sobre la importancia del Ensanche de la ciudad, un conjunto urbanístico e histórico con un elevado valor que supuso la transformación integral de la urbe olívica, de la mano del aterrizaje de la industria conservera. Esta es la interesante propuesta que la Delegación de Vigo del Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) y el Ateneo Atlántico celebrarán en la jornada de hoy, a partir de las 19.00 horas, en la propia sede del colegio profesional. El arquitecto Ignacio Hortas aborda la necesidad de dar visibilidad y difusión al legado patrimonial de la sociedad que puso a Vigo en el mapa.

–El Ensanche decimonónico de Vigo guarda varias de las joyas arquitectónicas de la ciudad. Además de su valor urbanístico, ¿qué otros aspectos le dan relevancia?

–El Ensanche es la pieza urbana más importante que hay en Vigo, tanto por su calidad como por su extensión. Consideramos que es muy relevante porque, además de la calidad que atesora, representa a la sociedad industrial que transformó Vigo, puesto que gracias a ella pasó de ser un pueblo sin apenas peso en la comarca- en aquella época Baiona y Cangas eran los pueblos importantes de la época debido a sus puertos- y con unos 5.000 habitantes a acabar convirtiéndose en la ciudad más grande de Galicia, gracias a que la industria conservera la puso en el mapa. Es necesario incidir en que cuando hablamos del Ensanche de Vigo no estamos refiriéndonos a unos edificios sueltos, es todo un conjunto histórico que aglutina diferentes barrios con calles, fachadas, interiores, plazas, la Alameda, etcétera. Todo este conjunto es un patrimonio que tiene Vigo y al que hay que empezar a darle el valor que merecen. Es como por ejemplo lo que sucede en Santiago, que se identifica claramente con su casco viejo que es presidido por la Catedral. En el caso de Vigo, su identidad radica en el conjunto del Ensanche, en el que encontramos una serie de edificios en el que no hay uno predominante como es el caso de la Catedral en Santiago, pero hay varios que tienen una calidad importante, en torno a unos 20, y alrededor de ellos hay un casco con una calidad media.

–¿Qué características definen a ese conjunto?

–La principal característica que lo define es la armonía pétrea que se extiende por calles y edificios a lo largo de todo el conjunto. Las fachadas de granito, que los maestros canteros elaboraron con ese saber hacer, pretendían denotar ante sus vecinos el poderío económico del burgués promotor. Multitud de estilos se pueden observar a lo largo de esta pieza urbana, ya que el Ensanche se fue colmatando a lo largo de casi un siglo. Esos maestros canteros trabajaron en esas fachadas de lienzo liso, sin prácticamente salientes y que se remataban con una cornisa que no dejaba ver la cubierta, con balcones que salían de manera puntual y que se cerraban con una barandilla de forja. Otra característica particular son las galerías, que no son como las que podemos descubrir en A Coruña, que abarcan toda la fachada, sino que estas son individuales, muy preciosistas y muy detallistas. Todo ordenado, con una sección de calle, la relación que existe entre ancho y la altura de los edificios que la delimitan, permite un asoleamiento muy adecuado.

–Era un reflejo de la sociedad de aquella época.

–Sí. Es el legado de aquella sociedad industrial, del momento histórico en que Vigo se transforma y pasa de ser una sociedad artesanal a una sociedad industrial con la burguesía, que llega a la ciudad y monta todas esas conserveras, lo que produce una atracción masiva de obreros que llegan para trabajar en las fábricas. Aquí es precisamente cuando empiezan a darse la lucha de clases de la modernidad entre trabajadores y burgueses.

–Con el paso de las décadas, varios de los edificios que integraban el Ensanche se han perdido, ¿qué legado ha desaparecido?

–Sí que perdimos varias, pero la charla que daremos, precisamente, en lo que pretende incidir es en aquello que todavía conservamos, en que de una vez por todas empecemos a mirar hacia adelante, porque, por desgracia, los edificios se siguen perdiendo a día de hoy. Hay que empezar a pensar en una rehabilitación y en conseguir apoyo por parte de las instituciones para que los plazos de intervención sean más cortos. Insisto en que el Ensanche no solo son esas fachadas, sino también esos accesos en los portales y los interiores de la vivienda, con unos trabajos de carpintería, de forjas y de vidrieras impresionantes, reflejo de una manera distinta de vivir, que si se pierden, no se recuperarán.

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