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Los colegios se preparan para evitar plagios del nuevo sistema de inteligencia artificial ChatGPT

Esta herramienta es capaz de realizar trabajos académicos enteros | Centros de la ciudad organizan reuniones tras la vuelta de las vacaciones para gestionar la situación: “Puede provocar que los alumnos trabajen menos”

Alumnos frente a sus ordenadores en el IES de Teis. Marta G. Brea

Todo avance tecnológico supone una amenaza y una oportunidad a partes iguales. Ocurrió con la llegada a las aulas de Google, con los smartphones y con la Wikipedia en sus respectivos años. Ahora, es un nuevo programa de inteligencia artificial con una capacidad única para ofrecer respuestas el que desafía a la enseñanza mundial: el ChatGPT, capaz de realizar trabajos académicos enteros simplemente aportando una serie de instrucciones. Colegios, institutos y centros de Formación Profesional de Vigo acogen esta recién estrenada herramienta digital entre la incertidumbre y la aceptación tras la vuelta de vacaciones de Navidad. Por lo pronto, Nueva York ya la ha prohibido en todas sus escuelas ante el temor de que los niños la usen para hacer los deberes.

“La herramienta es una pasada, es mejor que buscar en Google, pero puede provocar que los alumnos trabajen menos”, explica a FARO José Rodríguez, profesor en el CIFP Valentín Paz Andrade. De momento, prefiere esperar y prepararse ante la duda de que algún estudiante la utilice de forma errónea: “Este año no se la voy a proponer porque no harían nada ellos, simplemente le dirían al chat que les hiciese el trabajo y listo”. Con todo, este docente se aleja de la idea de vetarla. “El día que se la enseñe, no me importaría que la usasen, pero combinaría el trabajo con una exposición ante la audiencia”, precisa.

“Es importante que los alumnos puedan emplear todas las herramientas posibles que tengan a su alcance, siempre que se usen de manera adecuada"

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El IES Valadares mantendrá tras este regreso a las aulas después de las vacaciones de Navidad una reunión para abordar las posibilidades del ChatGPT en el centro. “Como en su momento ocurrió con el móvil, nosotros apostamos no por prohibir, sino por que el profesorado se forme para luego ir viendo cómo vamos incorporando la tecnología a las programaciones de aula”, esgrime la directora del instituto, Eva López. De hecho, ella se ampara en la vocación de la Consellería de Educación de introducir la inteligencia artificial en la enseñanza gallega para observar con buenos ojos este reto. “Es importante que los alumnos puedan emplear todas las herramientas posibles que tengan a su alcance, siempre que se usen de manera adecuada; es un tema de ensayo-error y todo avance siempre es positivo”, finaliza.

En la misma línea se muestra el director del IES Audiovisual de Vigo, Miguel Anxo Fernández. “En realidad, es como cuando apareció internet y, de repente, la información que antes se buscaba en la enciclopedia, se comenzó a procurar en buscadores y en Google especialmente”, explica. Por entonces, este fenómeno digital “fue recogido con reticencia”, aunque más tarde acabó integrándose en el día a día. “Luego vimos que era un recurso más”, manifiesta. Tres décadas más tarde, la idea permanece intacta: “Primero, el alumno debería demostrar que es capaz de hacer algo, como, por ejemplo, redactar un texto de manera X. A partir de ahí, que para un trabajo más complejo ciertas tareas simples se puedan hacer a través de esta herramienta… no veo por qué no, pero sin perder de vista que el alumnado tiene que demostrar que adquirió competencias”, prosigue.

“Lo que debemos hacer como docentes es (...) no depositar toda la confianza y todo el peso en un único trabajo académico”

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El problema podría surgir cuando algún estudiante optase por abusar del chat. “Para este sistema, quizás no haya un software actualizado para detectar plagios”, se muestra preocupado Miguel Anxo Fernández. De todos modos, con la finalidad de atajar este contratiempo, apuesta por “agudizar la forma de evaluar”. “Lo que debemos hacer como docentes es diseñar diferentes instrumentos de evaluación, es decir, no depositar toda la confianza y todo el peso en un único trabajo académico”, concreta.

“Los estudiantes precisan entrenar capacidades a través del sufrimiento”

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María Sío, profesora de Bachillerato en el IES de Beade, encarna la postura más escéptica. “Soy bastante crítica con el uso y el abuso de las herramientas digitales en la enseñanza, no es tanto el qué como el dónde se emplean. Estamos en una sociedad en la que, por culpa de nosotros, los padres, hay una cultura del esfuerzo cero y nula tolerancia a la frustración; la mayoría de la gente, cuanto más se le da hecho, menos va a hacer”, dilucida. En este sentido, cree asimismo que el ChatGPT podría ser una zancadilla en el desarrollo de los más jóvenes. “La permeabilidad y la plasticidad del cerebro no vienen de la nada, uno necesita entrenar ciertas capacidades y poner a funcionar ciertos resortes que se adquieren con la práctica y el sufrimiento”, explica. Le intranquiliza, igualmente, que estas nuevas tecnologías profundicen tan solo en la búsqueda de un fin: “Los niños piden resultados aquí y ahora, que se adapten a sus expectativas, al margen de si los merecen o no, y ellos van a buscar el camino más rápido de llegar a su objetivo, que no siempre es el camino más acertado ni el más justo”.

Al hilo, la docente se muestra sorprendida con el “desconocimiento de léxico muy básico” del que adolece cierto sector del alumnado. “Me preguntan por palabras como innato o por cómo se hace un comentario de texto. ¿Por qué? Porque todo está en internet, unos se copian a otros…”. Llegados a este punto, relegaría el ChatGPT a pequeñas aplicaciones como la “corrección automática de exámenes –aunque con reticencias–” y la “elaboración de tutoriales”, sentencia.

Otro de los brazos de la educación viguesa, la Federación Olívica de Nais e Pais de Alumnos de Vigo (Foanpas), se posiciona a favor del programa de inteligencia artificial y descarta cualquier preocupación. “Va a ser un elemento de utilidad que ayudará a simplificar muchas búsquedas; además, es bastante fácil para que los niños puedan interactuar”, comenta la presidenta del colectivo, Iria Salvande. Habla en futuro porque, por ahora, “los niños de Primaria no están, al menos, familiarizados con la herramienta, aunque ya está empezando a ser conocida”.

Sobre la posibilidad de que los estudiantes echen mano del ChatGPT para engañar a los docentes, Salvande es tajante: “No creo que sea capaz realmente de hacer trabajos enteros, para eso también estaba Google Academy, donde había mogollón de soluciones con esa misma finalidad; además, si un profesor pone la misma pregunta en el chat, le aparecerá la respuesta tal cual, entonces, será fácil de detectar, y, aparte, hay herramientas que ayudan a ello”, termina.

Otras dudas que surgen en el ámbito académico acerca de este nuevo sistema virtual en continua mejora es la fiabilidad de las fuentes de información que maneja. De hecho, varios usuarios ya han detectado faltas de veracidad y datos equivocados en algunas de sus respuestas.

claves destacadas

  • Un servicio con múltiples opciones

    La potencia del ChatGPT es tal que consigue desde escribir un poema a resolver una operación matemática.

  • Adaptarse como se hizo con Wikipedia

    El profesorado de Vigo, en general, opta por formarse primero para luego adaptar el sistema a las aulas.

  • Primeros casos de prohibiciones

    Nueva York ha decidido vetar la herramienta para evitar que los alumnos realicen los deberes con ella.

Un sistema de conversación ‘humana’

ChatGPT se trata de un sistema de inteligencia artificial que funciona por medio de conversaciones al cual se puede acceder desde cualquier navegador de internet. El usuario escribe una pregunta o le da una orden y la herramienta responde en cuestión de segundos simulando un diálogo natural, pues tiene la capacidad incluso de “admitir sus propios errores, cuestionar premisas incorrectas y rechazar solicitudes inapropiadas”, según reza la página web de OpenAI, la empresa creadora.

El programa puede incluso “admitir sus propios errores”

La potencia de este nuevo instrumento virtual es tal que consigue escribir código web, redactar un cuento infantil e, incluso, resolver operaciones matemáticas a través de su modelo de lenguaje GPT-3 (Generative Pre-training Transformer - 3). Otra de sus virtudes es su facultad para mejorar sus contestaciones recolectando la información que va recibiendo en los diálogos con las personas.

Su éxito ha sido tal que, desde su lanzamiento el pasado 30 de noviembre –en realidad, ya existía, pero ese día se publicó una versión mejorada y totalmente accesible– ya suma millones de usuarios, tantos que, durante la tarde de este domingo, por ejemplo, resultó imposible acceder a él. Expertos vaticinan que, en un futuro, ChatGPT se integrará en navegadores y aplicaciones móviles, con lo que estará presente en los teléfonos móviles de buena parte de la sociedad.

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