La casa de las afueras donde la Navidad brilla tanto como en el centro de Vigo

Un vecino de Valadares decora su casa con cerca de 8.000 luces led, hinchables, un trineo y proyectores. Ya recibe visitas de fuera de la ciudad y abre su casa a los curiosos para sacarse fotos

La casa de las afueras donde la Navidad brilla tanto como en el centro de Vigo

Ricardo Grobas

Saliendo de Vigo rumbo a Gondomar, en la Estrada de Valadares, poco antes del centro vecinal de esta parroquia, una casa brilla más que sus vecinas. Mucho más. Tanto que hasta recibe visitas. Y es que cerca de 8.000 luces led decoran una de las viviendas más iluminadas de la ciudad. “Soy un fanático de la navidad”, explica Juan Alberto Estévez, artífice del espectacular alumbrado.

Este vecino de Valadares relata que el fervor por la iluminación navideña le viene desde niño, cuando disfrutaba de los montajes de su padre. "Desde muy pequeñito mi padre me enseñaba a pintar las bombillas de colores para hacer el árbol, que para mí era tan grande que parecía tocar las nubes. Cuando lo encendía, me echaba horas mirándolo embobado", compartió en redes sociales con una imagen de su casa adornada.

Al fallecer su padre, hace diez años, Juan Alberto apagó las fiestas a pesar de la insistencia de su madre, que le animaba a mantener encendida la tradición familiar.

Una vez superado el duelo, y con la energía renovada de quien rinde homenaje y disfruta poniéndole color a las fiestas más familiares del año, Juan Alberto volvió a decorar su casa, esta vez con nuevas aliadas que dieron alas a su ilusión: su hija, su mujer, su suegra, y especialmente, la madre de esta última, a quien cariñosamente se refiere como su “abuela Pachi”, de 82 años.

Juan Alberto Estévez, con su hija y su "abuela Pachi" ante su casa con una espectacular iluminación navideña.

Juan Alberto Estévez, con su hija y su "abuela Pachi" ante su casa en Valadares con una espectacular iluminación navideña. / RICARDO GROBAS

8.000 leds, hinchables, un trineo y proyectores

Esta tradición vivió su propio bum hace cuatro años cuando ellas le “dieron rienda suelta” a Juan Alberto para montar un gran árbol en el que hoy en día se iluminan 1.600 ledes. Además de él, en su casa brillan un hórreo, una pajarera, el cierre de la piscina, el gran balcón, las escaleras… hasta 8.000 bombillas. Todo este despliegue de luz y color se complementa con dos proyectores, dos Cascanueces hinchables de 2,80 metros y un trineo con Papá Noel. “El hórreo es el santo grial de la casa. Siempre tiene que estar iluminado”, comenta entre risas.

Por todo ello, la casa se ha convertido en una referencia en Valadares. Tanto, que hasta hubo un encendido oficial con pinchos, cuenta atrás y fuegos artificiales el pasado 9 de diciembre. Gracias a las redes sociales, su alumbrado navideño ha atraído visitas no sólo de Vigo, sino también de Santiago, Moaña, A Guarda, Ponteareas… Algunos de esos inesperados visitantes han llegado a plantarse ante su puerta a la espera de que lleguen las 19 horas y comience el espectáculo. Es más, Juan Alberto les abre y les deja sacarse fotos. “Me encantan los niños. Tengo una niña de tres años y, en parte, esto lo hago por los ellos”, confiesa.

Este sábado, día 7, pondrá fin a la Navidad, con la mente ya en el próximo año, para el que planea aumentar la decoración con un belén. “Caballero juega a otro nivel, pero que vea que en las parroquias también hacemos cosas bonitas”, bromea.

Una ilusión a prueba de facturas y temporales

Ni el precio de la electricidad ni el mal tiempo han hecho mella en la ilusión de Juan Carlos Estévez. El desorbitado valor del kW/h no ha sido un impedimento a la hora de desplegar la espectacular iluminación navideña. “Somos tres viviendas en una misma casa, así que hacemos bote. Cada una pone 150, por lo que tenemos un presupuesto de unos 450 euros. Que este año seguramente se quedarán cortos y tendremos que poner más, hasta 600 euros seguramente”, detalla el vecino de Valadares.

La iluminación se enciende entre las 19 horas y la 1 de la madrugada, salvo en Nochebuena y Año Nuevo que se mantuvo hasta las 8 de la mañana.

Tampoco el temporal desanimó a este joven, que previsor, ya tenía la instalación protegida. Aún así, se le quemó el motor de un muñeco de Papá Noel que tuvo que retirar. Fue la única baja a pesar de las persistentes lluvias y los vientos que azotaron Galicia tanto en Navidad como en Nochevieja