El Puerto da un año extra a San Enrique para ejecutar la inversión comprometida en Vulcano

La propiedad del astillero tendrá hasta 2024 para destinar 2,45 millones a la reforma de las instalaciones | Sin carga de trabajo, deberá alcanzar los 10 millones de facturación

Panorámica aérea de las
instalaciones de la antigua
Factorías Vulcano.   | // R. GROBAS

Panorámica aérea de las instalaciones de la antigua Factorías Vulcano. | // R. GROBAS / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

Astilleros San Enrique se postuló, junto con Armón y Gondán, para la compra de la unidad productiva del mayor astillero privado de España. Su oferta por la desaparecida Hijos de J. Barreras fue descartada por la jueza de lo Mercantil Amelia Pérez, la administración concursal, los gestores de la propia empresa y la representación social, al considerar que no ofrecía garantías suficientes para sostener su actividad. Para entonces, la compañía fundada por el veterano José Alberto Barreras ya se había adjudicado la concesión portuaria de la también liquidada Factorías Vulcano. Su compromiso de inversión le permitió estirar el plazo para el usufructo de estos terrenos hasta los 15 años, frente a los 10 fijados de partida en los pliegos.

En febrero se cumplirá un año de la resolución de este concurso, pero el equipo que dirige Juan Moreno no tendrá que preocuparse de inmediato por completar la inversión comprometida: la Autoridad Portuaria de Vigo le ha concedido un año extra. Así lo había solicitado la propia San Enrique y así se acordó en el consejo de administración, como constatan fuentes de Praza da Estrela.

Hasta la fecha, el astillero ha completado un único pedido, consistente en ensamblar un túnel de viento para una empresa sueca de automoción y por importe inferior al millón de euros, según fuentes próximas a la compañía. El encargo fue entregado el mes pasado, a bordo del carguero Wilson Monsoon. Durante la pasada feria de Navalia, San Enrique anunció la firma de un arrastrero congelador para Pesca Chile –antigua filial de Pescanova–, sobre el que anticipó un valor de 35 millones de euros y 18 meses de plazo de ejecución. Es un barco que no ha entrado en vigor –está sin firmar– y que tendría que reemplazar al vetusto Cabo de Hornos (antiguo Arosa Diez), construido por Navantia en Cartagena a mediados de los años 70. Entonces, además, la dirección del astillero anunció que contaría con “entre 40 y 50 trabajadores” en el plazo de un mes; siete meses después, apuntan desde la plantilla, hay nueve personas en nómina.

Los pliegos del concurso fijaron un volumen de negocio mínimo anual de 10 millones de euros, pero es un umbral que se requerirá para finales del año 2023, no para cuando se cumplan doce meses de la adjudicación. Eso sí, San Enrique deberá apurar su trabajo comercial para no incurrir en causa de incumplimiento. Su hombre fuerte para estas tareas es Ángel Valhondo, ex responsable Comercial de Metalships & Docks. Deberá también acelerar las inversiones previstas –entre ellas, la instalación de una plataforma fotovoltaica–, que tendrán que ascender hasta los 2,452 millones de euros para finales de 2024. “De lo contrario –abundan desde la entidad que preside Jesús Vázquez Almuiña–, podría haber penalizaciones y, en último caso, estar en causa de caducidad de la concesión”.

El ralentí en la actividad de la antigua Factorías Vulcano contrasta con el programa de inversiones anunciado por la empresa para Nuevo Astillero de Huelva, de la que también es propietaria y que adquirió, de igual modo, tras un proceso concursal. En este caso ha garantizado obras por 13 millones de euros, que ya han arrancado, y en una concesión aprobada por 40 años. San Enrique dispone en Teis de una superficie de 18.000 metros cuadrados de área concesionada, con otros 36.721 metros privados. Deberá abonar 190.000 euros anuales en concepto de tasas.

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