“Recurriré, quiero recuperar mi imagen”, dice el ya exalcalde pedáneo de Bembrive

Marcos Castro dimitió ayer tras la sentencia que lo condena a 12 años de inhabilitación por el caso de la sidra | Su cargo lo ostentará la teniente de alcalde Patricia Otero

El pleno celebrado ayer en la entidad menor. A la derecha, Marcos Castro. |   // ALBA VILLAR

El pleno celebrado ayer en la entidad menor. A la derecha, Marcos Castro. | // ALBA VILLAR / e. villanueva

Lo que partió de una denuncia anónima acabó con la dimisión del hasta ahora alcalde pedáneo de Bembrive, Marcos Castro, tras la sentencia de la Audiencia Provincial que lo condena a 12 años de inhabilitación por un delito continuado de prevaricación administrativa al considerar que en 2019 y 2020 adjudicó el contrato de compra a la empresa Sidra Angelón “de forma directa y sin cumplir el procedimiento legal”: lo hizo, se concluye, “con conocimiento y conciencia” de su ilegalidad.

La sentencia aún no es firme y, de hecho, el condenado y su abogado Tomás Santodomingo avanzan que apelarán ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Pero, en cumplimiento de la misma, Castro hizo efectiva ayer su dimisión en un pleno extraordinario en la entidad menor, donde tomó relevo del cargo la hasta ahora teniente de alcalde Patricia Otero. “Vamos a recurrir, el objetivo es llegar hasta el final. Se ha dañado mi reputación sin tener culpa alguna y quiero recuperar mi imagen”, reconocía ayer Marcos Castro.

“Desproporcionada” e “injusta” fueron los calificativos con los que el hasta ayer alcalde pedáneo de Bembrive definió a la sentencia. “A los condenados por los ERES en Andalucía que robaron millones les imponen 9 años de inhabilitación y a mí 12 por un trámite administrativo”, lamentaba ayer Castro.

Y es que sostiene que su labor al frente de la pedanía viguesa solo fue en pos de servir a los vecinos de la parroquia. “Estuve ahí sin tocar un duro, solo trabajar por y para la parroquia”, amplía con la voz casi entrecortada.

“Mi único interés ha sido trabajar para mejorar mi parroquia, por lo cual me siento orgulloso en mi gestión y me voy con la cabeza bien alta y mi conciencia bien tranquila”, ha relatado Castro, no sin antes agradecer, entre lagrimas, a sus compañeros su compromiso y apoyo, a los cuales ha deseado “la mejor de las suertes”. Además, el dirigente socialista dio las gracias a los vecinos que le han apoyado. “Ha sido un honor ser alcalde pedáneo de Bembrive”, concluyó. Es más, hoy se celebrará en el Centro Cultural Helios una asamblea informativa para “despedirse” de sus vecinos.

Hechos

Durante la vista celebrada en la Audiencia de Vigo, Castro sostuvo en el juicio que todo fue “legal” y que la entidad solo actuó de intermediaria entre los vecinos y la empresa a la que llevaban adquiriendo la sidra desde hacía dos décadas. La gente, defendió, solo quería “esa sidra”.

Pero la Audiencia, en sintonía con la fiscal, lo condena: concluye que adjudicó la adquisición de la sidra “actuando con la intención de atentar contra los principios de transparencia, libre concurrencia e igualdad de oportunidades y a sabiendas de su ilegalidad”, sin cumplir el procedimiento legal para los contratos de suministro superiores a 15.000 euros. La compra de la bebida se elevó en 2019 –año en que el acusado tomó posesión de su cargo– a 120.000 euros y, en 2020, a 130.000 euros.

Aunque el dinero lo ingresasen los vecinos interesados en la bebida, los jueces dicen que quién “contrató” la sidra, “trató” con la empresa y la “adjudicó” de forma “verbal” fue el acusado, lo que vulneró el principio de libre concurrencia y privó a otras empresas de optar al contrato. Y ello pese a las “reiteradas” advertencias “de ilegalidad” de la interventora.

Se da la circunstancia que su antecesor en el cargo, Roberto Ballesteros, fue condenado tres veces por prevaricación y dimitió en 2018.

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