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Crimen en Rosalía de Castro: la exmujer de Salgado y su exnovio siguen investigados al reabrirse el caso

Por ahora es solo un automatismo formal derivado de la reactivación de la causa y ya tienen abogados | El detective, citado para diciembre, en el punto de mira tras la comparecencia de los primeros testigos

El abogado de la familia de la víctima, con los criminólogos que colaboran en el caso. Alba Villar

La exmujer de la víctima y el que en su momento fue su pareja sentimental mantienen en la actualidad su condición de investigados en el procedimiento judicial que se sigue por el crimen ocurrido en abril de 2004 en un garaje de la calle Rosalía de Castro de Vigo, cuando Manuel Salgado Fernández, un extrabajador de banca de 56 años, fue asesinado tras recibir un certero disparo en la cabeza. Ambos fueron detenidos tras los hechos y resultaron exonerados cuando, en 2006, se sobreseyó provisionalmente la causa: había “sospechas” y “posibles móviles”, pero ningún “dato objetivo” contra ellos.

Sin embargo, tras la reapertura judicial de 2021, han vuelto automáticamente a adquirir la figura de investigados, ya que el dictado en su día no fue un archivo libre o definitivo. Aunque a día de hoy, y a la espera de lo que depare la nueva investigación, es una cuestión meramente “formal”, lo cierto es que ambos se han personado en la causa, cada uno con su abogado defensor, letrados que este miércoles participaron en las primeras tomas de declaración que se producen tras reactivarse el caso. En total comparecieron cuatro testigos, aunque el determinante, el detective que fue condenado por las escuchas ilegales a la víctima por encargo de su exesposa, lo hará el 2 de diciembre. Este investigador privado siempre estuvo en el punto de mira de la Policía Nacional y, en los interrogatorios de ayer, según las fuentes consultadas, su nombre salió a colación en diversas ocasiones adquiriendo así un “papel importante” en esta fase de las pesquisas.

La sospecha policial sigue siendo hoy la misma que en 2004: que a Manuel Salgado lo mataron personas de su “entorno próximo”, bien como “autores materiales” o como “inductores”. Entre los cuatro testigos que acaban de comparecer en el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo estaba un vigilante de seguridad que es sobrino del detective. No trascendió el contenido de su testimonio de ayer, el más largo de la mañana, al durar casi dos horas, pero en su día, en sus declaraciones ante la Policía Nacional en 2006 y 2007, este hombre contó sobre su tío que tenía un revólver y un rifle Winchester –aunque nunca le vio una pistola– y que llegó a preguntarle de forma directa si tenía algo que ver con el homicidio de Salgado, a lo que él le contestó que no, si bien recordaba que al día siguiente del crimen no paraba de repetir: “joder el marroquí de los cojones la que me ha montado”.

Otro testigo relevante que comparecióante el juez, la fiscal y los abogados de la acusación particular y de la defensa, quien también declaró en dos ocasiones ante los investigadores policiales, en 2006 y en este 2022, fue un amigo de la víctima que conocía al detective y a la exmujer de Salgado y al que el fallecido le habría contado las amenazas de las que fue objeto.

El tercer testigo fue una mujer que, tiempo después del crimen, mantuvo una relación sentimental con la expareja de la exesposa de la víctima y, por último y acompañado por una abogada, lo hizo un hombre al que se citó en relación con una furgoneta alquilada que fue vista frente al domicilio de Manuel Salgado, testigo que según el atestado policial conocía a los dos investigados del caso y al detective. Ya ante la Policía Nacional, y ayer volvió a reiterarse, manifestó que él simplemente alquiló dicho vehículo para hacer una mudanza y que nada sabe de estos hechos.

Valoraciones

A la espera de la cita judicial clave del detective del 2 de diciembre –no declaró ante los investigadores policiales alegando que solo lo haría en el juzgado–, el equipo de criminólogos que asesora a los familiares de la víctima y a sus abogados –letrados que fueron quienes propusieron la prueba practicada ayer– se mostraron satisfechos con el resultado de las testificales, considerando que durante las mismas ha adquirido un “papel importante” la figura de este investigador privado. En todo caso, hubo testigos que, por el paso del tiempo, aseguraron no recordar extremos sobre los que se les preguntaba. Mientras, fuentes próximas a las defensas de los investigados consideran que en las mismas “no se ha aportado nada nuevo”. Pendientes de la testifical marcada para diciembre y de si se proponen y acuerdan nuevas diligencias, no descartan solicitar ya a corto plazo que el procedimiento vuelva a ser archivado.

Los criminóloga que asesora a la familia de la víctima: “Es un asesinato clarísimo”

“El objetivo es el que llevamos buscando desde hace ya muchos años, saber quién mató a Manuel Salgado”. Carmen Balfagón forma parte del despacho criminológico jurídico Balfagón & Chippirrás que asesora a los familiares de la víctima y a su equipo de abogados. A su juicio, este caso es un “asesinato clarísimo”: hubo “premeditación” e “intención ” de matar. Tras el “hito” que ha supuesto la reapertura judicial de la causa en torno a un crimen ocurrido hace 18 años y las propias declaraciones de testigos fijadas este miércoles, esta experta considera que hay que intentar “por todos los medios” que el procedimiento no prescriba. Por eso, pese a la complejidad, confían que este asunto desemboque en una sentencia donde figuren el nombre y apellidos del autor o autores.

Por ahora Carmen Balfagón no aventura cuáles serán las próximas diligencias o pasos que plantearán al juzgado, más allá de las testificales: “Vamos a ver qué nos cuentan los testigos”. Será clave lo que diga el detective: esta es una prueba de “mucha importancia” que esperan que ayude a aclarar las “zonas oscuras” que hasta ahora han impedido resolver el crimen. Falta encontrar al culpable, pero los hechos, afirma la criminóloga, “están claros”. A Salgado lo mataron cuando salía de su coche, en el garaje de Rosalía de Castro, para ir su trabajo. Cree que el asesino bajó por la rampa del aparcamiento y ve evidente que ya estaba allí cuando la víctima se apeó del vehículo. Junto a los criminólogos, a los juzgados también fueron los sobrinos del fallecido que luchan junto a su madre por la resolución del caso, si bien quisieron mantenerse en un segundo plano.

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