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Gran Vigo

Una reaparición de maestros

El pintor Secundino Diz y el escultor José Molares vuelven a exponer públicamente en el Círculo de Empresarios

Secundino Diz y José Molares, ante sus obras en el Círculo de Empresarios. | // JOSÉ LORES

Como dos viejos amigos que durante lustros se han buscado pero que todavía no se conocían. “Por fin, maestro” era la banda sonora del abrazo entre Secundino Diz (Vigo, 1931) y José Molares (Vigo, 1961), dos artistas que si bien llevaban tiempo sin mostrar su obra en la ciudad, son indispensables para entenderla. La sede del Círculo de Empresarios de Galicia se transformó desde ayer en una sala de exposiciones bajo el título de “Transiciones Estilísticas”.

El escultor es el padre de símbolos de la ciudad como el Julio Verne de As Avenidas o el Paseo de los Peces de Bouzas. Después de que muchos amigos se interesaran por su trabajo de los últimos años aceptó la invitación a participar en esta atípica muestra.

El principal atractivo de su docena de obras es Cepa, la más reciente de todas y que preside el recibidor del Club Financiero. En ella recrea a “una diosa del vino” con un busto de gran tamaño acompañado de parras y uvas, siendo la principal de un espacio limitado y ajustado.

También muestra su interés por los nuevos tiempos con su línea Nature, en la que apuesta por la ecología “en consonancia con los nuevos tiempos”. A través de diferentes volúmenes y materiales, Molares asegura que es capaz de inspirarse con “cualquier mirada, gesto o noticia” y que pese a sonar a tópico, es su obra “más íntima”.

El escultor José Molares ante su obra Cepa en el Círculo de Empresarios JOSE LORES

Rodeando la escena y perfectamente integrada en el vestíbulo y la cafetería del club empresarial de García Barbón, más de veinte obras de Diz en la que es su primera muestra en la ciudad en 48 años.

Durante este tiempo a lo único que ha renunciado es a encorsetarse en algún estilo o movimiento artístico.

Fiel a su tabaco, a caminar por la naturaleza, a sus amistades, a su ron cola y a su interés por la noche. “Hay menos luz y también menos ruido”, algo que agradece debido a su sordera, “pero te desnudas más y hay menos tabúes.”

La suya es la historia de un hombre que comenzó haciendo grafismos en FARO hace 63 años y que desde entonces no ha dejado de pintar, ni siquiera cuando le tocó hacerlo en la mayor plataforma petrolífera del mundo en Holanda y el vértigo hizo acto de presencia.

El pintor Secundino Diz ante uno de sus cuadros en el Círculo de Empresarios JOSE LORES

Diz se refugió en las paredes del Nuevo Derby de la calle Urzáiz como sala propia en la que ha ido renovando anualmente sus encargos. Sin embargo, la aparición y amistad de uno de los directivos del Club Financiero permitió su reaparición en la escena pública medio siglo después, dejando las acuarelas para volver al óleo en cuadros cubistas, impresionistas y clásicos.

“Como creo en las brujas, a las musas les dejo un espacio también” apunta al confesarse bohemio aunque su indumentaria inviten a lo contrario. A sus 91 años, no renuncia al “gramo de locura” que es para él la creación.

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