14 meses de prisión y tres años de prohibición de tenencia de mascotas. Esta es la pena que el Juzgado de lo Penal 2 de Vigo ha impuesto a un joven vecino de la ciudad por la muerte de dos perras, cruce de chihuahua, a las que maltrató, golpeó, cortó e incluso arrancó los dientes. La magistrada, en una sentencia contra la que cabe recurso de apelación, determina que fue el acusado quien “propinó diversos golpes a ambas perras, causando la muerte de ambas, en uno de ellos casos por edema pulmonar provocado por traumatismo” y el otro por “hemorragia interna”.

Maltrató, golpeó, cortó e incluso arrancó los dientes a los animales

El condenado residía en casa del dueño de las dos perras, de nombre Blanquita y Jose, y aprovechó la ausencia de este y otra compañera de piso para maltratar a los canes. Para la jueza, la declaración de las veterinarias que atendieron a las perras así como la de su dueño es suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia. El joven no se personó en la vista al no solicitar para él la Fiscalía una pena inferior a los dos años. Su defensa pedía la libre absolución.

La jueza sostiene que si bien no hay una prueba directa de su autoría, “existe una prueba indiciaria suficiente; tanto la muerte de las dos perras, así como el corte en el lomo se produjeron en el ínterin comprendido en los días en que el acusado se quedó solo en casa con los animales, sin que se hubiere planteado alguna otra versión alternativa o plausible”. Incide además en la declaración de las veterinarias que aseguraron que las heridas que presentaban las dos perras “es imposible que se hubieran producido los golpes y las muertes por una pelea entre las perras, por su tamaño y escaso peso, sino que las muertes vinieron motivadas por diferentes traumatismos; los animales tenían golpes por todo el cuerpo, con hematomas internos y externos, resultando necesarios varios golpes para producir los hematomas”.

Por todo ello, aprecia la jueza la existencia de dolo en sus acciones y que este “existe de manera especialmente reprensible al golpear las perras hasta la muerte”.

A mayores de la pena de prisión y la inhabilitación para la tenencia de mascotas, la magistrada también le impone una multa de 1.000 euros en concepto de daño moral. “Son múltiples las resoluciones judiciales que estiman procedente la concesión de indemnización en concepto de daño moral causado por la muerte dolosa de un animal al que se le tiene cariño y forma parte del entorno familia”, justifica en el fallo.