La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una de las principales causas de ceguera e investigadores gallegos especializados en Óptica y Optometría sospechan que las personas en edades muy avanzadas, casi centenarias, y sin problemas oculares severos “tienen unas características genéticas diferentes a los que padecen esta enfermedad”. Con el objetivo de constatar si sería posible predecir si una persona está en riesgo de sufrir DMAE o no, investigadores de la Universidad de Santiago y de la Complutense de Madrid están inmersos en la actualidad en el desarrollo de un estudio multidisciplinar para el cual han escogido a una decena de mayores vigueses como sujetos principales del mismo.
La óptico-optometrista gallega Nery García fue la responsable de tomar ayer muestras de lágrimas y células conjuntivales de varios usuarios mayores de 95 años de la residencia CleceVitam Pardo Bazán de Sárdoma, con el fin de disponer de material genético que posteriormente será analizado por una experta en bioquímica para evaluar así biomarcadores a nivel de superficie ocular en personas con DMAE y en un grupo de control de adultos mayores sin patología ocular.
Sin que afectara a la visión de los participantes y pasando diez minutos con cada usuario, Nery García tomó las muestras necesarias durante la mañana de ayer, mientras indicaba que “el proceso de envejecimiento está asociado a la expresión de genes inflamatorios, lo cual genera un estado de fragilidad que puede propiciar la aparición de enfermedades oculares. El objetivo de nuestro estudio es evaluar el envejecimiento ocular saludable en personas de edad muy avanzada en comparación con personas que presentan degeneración macular asociada a la edad”.
El hecho de que se haya escogido a vigueses para llevar a cabo la compilación de muestras radica en las importantes dificultades que tuvo el grupo de investigación gallego a la hora de dar con personas que cumplieran los criterios de inclusión, unos criterios exigentes y que implicaron serias complicaciones para avanzar en el proceso. En este sentido, Nery García afirmó que “la idea inicial era tomar los datos en Santiago, pero tuvimos muchas dificultades para encontrar centenarios y fue entonces cuando una compañera del grupo se lo comentó a la técnica de Farmacia de la residencia de Sárdoma, Noemi Vidal, que lo comentó en el centro y, tras la aprobación para llevarlo a cabo, nos facilitó mucho el trabajo ocupándose de ver qué usuarios cumplían los criterios”, apunta la investigadora.
El objetivo de nuestro estudio es evaluar el envejecimiento ocular saludable
En este sentido, Nery García agradeció el trabajo extra de todo el personal de la residencia de Sárdoma y de familias y usuarios, puesto que la participación en el estudio “era totalmente voluntaria”.
La óptico-optometrista también señaló que entre las principales patologías oculares asociadas a la edad se encuentran las cataratas, el glaucoma, la retinopatía diabética o el ojo seco, sin embargo, el motivo de seleccionar a sujetos con DMAE para el estudio es que es una de las enfermedades más frecuentes e incapacitantes en personas mayores: “Es una enfermedad que afecta a la visión central, dificultando tareas cotidianas como leer, conducir o ver la cara de las personas con las que hablas, y es una de las principales causas de baja visión y ceguera en Europa, en donde actualmente la padecen 67 millones de personas ”, concluyó García.
