Todo el apoyo y cooperación para el traslado de la estación de autobuses pero con una premisa básica: “la intermodal es para mejorar el tráfico de la ciudad” y no para entorpecerlo. Así de tajante se ha mostrado este jueves el alcalde de Vigo, Abel Caballero; ante el nuevo mapa de rutas que implicaría la llegada de los interurbanos al complejo de Vialia a través de la Gran Vía y Lepanto.

La respuesta del regidor llega después de que FARO adelantase los nueve subcorredores propuestos por las concesionarias y la Consellería de Infraestructuras para llegar a la nueva terminal.

En dicha propuesta destaca la creación de nuevas paradas en Gregorio Espino, Plaza de España y Povisa así como la apuesta por efectuar la salida a través de la calle Cervantes.

“La estación no puede suponer un empeoramiento en zonas tan sensibles como el cruce con Urzáiz”, aseguró Caballero mientras recordaba que se trata de una zona “crítica” en la que ya están trabajando para reducir el uso del vehículo y la emisión de gases.

Es por ello que desde el Concello se enviará al gobierno autonómico “tres métodos de acceso alternativos” para que elijan el mejor itinerario que permita a los ciudadanos del área metropolitano acceder directamente al centro urbano.

Los nueve subcorredores de autobús que cruzarán Vigo hasta la estación intermodal. Hugo Barreiro

Apertura el 5 de diciembre

Este mismo jueves la Xunta de Galicia notificaba de forma oficial el nuevo mapa de rutas al Concello, así como su intención de que sea el lunes 5 de diciembre la fecha del traslado.

Este hito queda condicionado a la finalización por parte del Concello de los apeos del ascensor HALO en el tramo final de la AP-9 que han condicionado esta operación.

Paralelamente, la Consellería de Infraestructuras ha puesto en marcha con las concesionarias el calendario de información a usuarios que permitiría estrenar el edificio de Praza da Estación seis meses después de su finalización.

No es la primera vez que se fija una fecha en el calendario para esta puesta en servicio. A comienzos de verano propusieron a Concello y Ministerio de Transportes tres condiciones para operar desde el 1 de agosto, aunque las obras en el túnel de Lepanto –que abrirá a comienzos de diciembre– lo impidieron. Esta vez, sin embargo, parece viable.