Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ribera accede a revisar los planes energéticos y abre la puerta a la alta tensión para Vigo en 2023

Renuncia a un calendario inflexible, que frustraba el proyecto de la subestación de Balaídos hasta al menos 2024, y la hoja de ruta de Red Eléctrica se evaluará ahora cada año | La Xunta, “satisfecha” tras la reunión en Madrid

Vista aérea del polígono industrial de Balaídos. // Marta G. Brea

Vigo, la única gran ciudad española sin suministro de muy alta tensión, había perdido toda opción de corregir esta anomalía a corto plazo. Y no por falta de interés. Los nuevos puntos de conexión y subestaciones los habilita Red Eléctrica Española (REE) a través de planes quinquenales, que a su vez se aprueban en el seno del Gobierno central de turno.

En la planificación 2015-2020, por ejemplo, sí se había incluido la construcción de una subestación en Balaídos, que permitiría tanto a Stellantis (antes PSA) como a todo el ecosistema de fabricantes de componentes disfrutar de una potencia de 220 kilovoltios (kV), en sustitución de los 132 kV actuales. Aquel proyecto se denominó Nuevo Vigo y conllevaba una inversión en conjunto de 66,8 millones de euros. No solo no se llevó a cabo –con dos partidos distintos en Moncloa–, sino que desapareció de la planificación de REE para el periodo 2021-2026. Ahora, por primera vez y tras múltiples y sonadas negativas, el Ministerio para la Transición Ecológica ha accedido a flexibilizar el calendario y a elaborar una revisión anual de los proyectos, como trasladó este martes su titular, Teresa Ribera, al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Es la palanca que permitirá introducir la obra de una nueva subestación en Balaídos en la agenda más inmediata, ya para el año 2023.

Es un cambio determinante para el ecosistema industrial de la ciudad, sobre todo el de automoción, que evidencia un súbito acercamiento de posturas entre Ribera y su homóloga en el Ministerio de Industria. Reyes Maroto, durante una sesión en el Senado hace solo cinco semanas, reconocía que la factoría de Stellantis “tiene unas necesidades, un suministro eléctrico que se tiene que reforzar”. Una realidad, la de una calidad deficiente del servicio, que la titular de Transición Ecológica nunca había reconocido. Solo un día antes de la intervención de Maroto en la Cámara Alta (5 de octubre), Ribera era tajante en una carta remitida al vicepresidente primero de la Xunta, Francisco Conde: “La justificación argumentada para solicitar una conexión a 220 kV relativa a una supuesta calidad de suministro deficiente en 132 kV, debido a numerosos huecos de tensión, carece de las evidencias necesarias que demuestren que la calidad en el actual punto de conexión sea particularmente deficiente”.

Eloy Díaz: “En 220 kV hay muchos menos huecos de tensión y son menos perjudiciales”

decoration

Cualquiera que haya sido el motivo que haya precipitado un cambio de parecer en Teresa Ribera, la construcción de una subestación en el entorno de Balaídos reducirán a la mínima expresión los apagones y huecos de tensión que sufren la factoría de Stellantis y todas las compañías del sector, que dan empleo en Galicia a más de 23.000 personas. Como publicó este periódico, el clúster Ceaga estima en un 6% la pérdida de producción anual derivada de los microcortes y huecos de tensión. Las irregularidades en la tensión de la red de 132 kV no solo anula las líneas de producción –Stellantis Vigo pierde cientos de vehículos al año por esta causa–, sino que provoca graves averías en los sistemas de software y hardware y la desprogramación de unos dispositivos autómatas cada vez más importantes en esta actividad.

Eloy Díaz es el coordinador del informe encargado por la antigua PSA al Grupo de Electrotecnia y Redes Eléctricas del departamento de Ingeniería Eléctrica de la UVigo. “Los cortocircuitos asociados al rayo provocan la caída de tensión en toda la red, pero cuanto más lejos se está del rayo, menor es el efecto. Desde el punto de vista eléctrico, lejos no es solo por distancia, sino que afecta la longitud de los cables, su sección, pero sobre todo, cuántos transformadores hay por el camino. Si los rayos caen en líneas de media tensión (15kV o 20 kV) o en alta tensión (66kV o 132 kV) –expone Díaz, doctor ingeniero industrial y profesor titular de la UVigo– el efecto en la red de 220 kV se ve muy reducido por los tranformadores de las subestaciones que hay entre esas redes. Es decir, en 220 kV hay muchos menos huecos de tensión y, cuando los hay, son menos perjudiciales, ya que la tensión cae menos”.

El del acceso a la muy alta tensión será uno de los puntos a abordar en el encuentro que mantendrá Stellantis con el Gobierno el día 21, en el que también se pondrán sobre la mesa los fondos europeos que requiere la factoría para la nueva plataforma industrial o una disminución en las cuotas que abona a Zona Franca. De momento, fuentes del Ejecutivo gallego se han mostrado “satisfechos” por la flexibilidad exhibida por Teresa Ribera, aunque son planes que todavía han de ser evaluados por el Gobierno. La planta de Vigo no alcanza el el umbral mínimo exigido para la conexión a la red de muy alta tensión, de 50 megavatios (MW), un factor que no es óbice para que le sea concedida la misma excepcionalidad que sí benefició, en Cataluña y con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno, al laboratorio de luz Sincrotrón Alba.

Las claves 

1 Una anomalía para la industria y la ciudad

Vigo es la única gran ciudad española que no goza de una conexión directa a un suministro de 220 kilovoltios; Stellantis Vigo, única fábrica de coches en España sin acceso a red de muy alta tensión.

2 Un proyecto que sí estuvo en agenda

La planificación de Red Eléctrica para el periodo 2015-2020 incluía la construcción de una subestación en Balaídos, por importe conjunto de 66,8 millones de euros.

3 Las deficiencias en la red para el sector

La red actual, de 132 kV, sufre múltiples apagones, microcortes o huecos de tensión. Ceaga estima que esta deficiente calidad del suministro causa una pérdida del 6% en la producción.

Compartir el artículo

stats