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Una decena de bajos comerciales de Vigo se convertirán en viviendas: ¿a qué precio salen?

Están en barrios, parroquias o el centro: Alcabre, Martínez Garrido, As Travesas, Policarpo Sanz o Bolivia - Sus dimensiones van desde los 62 m2 hasta los 256 m2

Bajo comercial en la avenida de Martínez Garrido que será convertido en vivienda. Pablo Hernández

Encontrar una vivienda en Vigo a un precio que se ajuste al bolsillo y con unas condiciones que nos convenzan es una tarea cada vez más complicada. Una salida que están encontrando ciudadanos que quieren residir en el municipio vigués es la conversión de bajos comerciales en hogares. Y es que hay pocos pisos en alquiler y venta y muchos bajos sin uso: según los datos ofrecidos por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) y la Asociación de Empresas Inmobiliarias de Vigo (Asemi), más de un millar repartidos por toda la urbe. De este modo, se coloca una pequeña tirita en dos grandes heridas: la falta de oferta residencial y la existencia de plantas bajas a la espera de inquilinos, que afean las calles y les restan vida.

El Concello de Vigo ha concedido recientemente diez licencias para ejecutar obras que permiten transformar bajos comerciales en viviendas –o para entrar a vivir–, un paso que será más sencillo cuando entre en vigor la modificación de la norma por parte de la Xunta de Galicia, que se está redactando en el Comité Asesor de Habitabilidad. Están ubicados en la avenida de Martínez Garrido, Baixada á Salgueira, Baixada a Mestre Chané, Alfonso X el Sabio (zona de As Travesas), Bolivia, Camiño Sobreira (Alcabre), Tomás A. Alonso, Policarpo Sanz, Caleira (entorno de Fragoso) y Fotógrafo Irmáns Sarabia (Coia). Destaca la variedad de emplazamientos: en barrios, parroquias y el centro de la ciudad.

“Una nueva utilización de locales comerciales que permite seleccionar o bien bajos comerciales o bien viviendas”, resume el alcalde, Abel Caballero, sobre esta práctica, que cobra protagonismo en las urbes y ya se advierte en localidades del resto de España. Las dimensiones son similares a las de los pisos en plantas superiores. Según recogen las licencias emitidas por el departamento de Urbanismo del Concello olívico, van desde los 62 metros cuadrados hasta los 256 metros cuadrados, pasando por cifras intermedias de 79 m2, 98 m2, 100 m2, 108 m2, 129 m2 o 140 m2. En uno de los casos, se reforma un bajo para alumbrar tres estudios que superan los 60 m2 dos de ellos y los 70 m2 un tercero. El coste de las obras oscila entre 23.000 y 109.000 euros.

Como destacan desde Fegein y Asemi, la necesidad de contar con un arquitecto para transformar la propiedad en una vivienda encarece los costes, pero pueden ser inferiores a los de los pisos en altura. Todo depende de lo que el interesado se desembolse por el bajo comercial. En los portales web, los hay de precios muy diferentes: algo más de 18.000 euros por casi 50 metros cuadrados en Fátima, 33.000 euros por 74 metros cuadrados en la calle Cristo, 35.000 euros por cerca de 80 metros cuadrados en Lavadores, 35.000 euros por 90 metros cuadrados en la Travesía de Vigo, 36.000 euros por 110 metros cuadrados en la calle Alonso Ojeda o 62.000 euros por 239 metros cuadrados en Alcalde Portanet.

Es cierto que no todos los bajos son válidos para reconvertir en viviendas. La Xunta, con la intención de evitar tener estos espacios desocupados dentro de las urbes y villas, modificará las normas de habitabilidad para facilitar la transformación, pero siempre se deben garantizar las condiciones de luz y ventilación. Ahora, si un bajo comercial se quiere transformar en vivienda, tiene que ajustarse a unas normas muy estrictas: se debe preservar la intimidad, es decir, que los espacios interiores del inmueble no sean visibles desde la calle. La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda anunció que flexibilizará estas reglas: se prevé que los concellos puedan establecer zonas específicas –calles, manzanas o bloques– donde, mediante la aprobación de un “anexo de habitabilidad”, se exima a estos bajos del requisito relativo a que se preserve la intimidad de sus residentes si se transforman en pisos o estudios.

Esto se aplicará en los municipios con cascos históricos, en núcleos rurales y en zonas de suelo urbano “donde existan motivos urbanísticos para hacerlo” –la Consellería de Medio Ambiente pone de ejemplo aquellas áreas con una elevada demanda de vivienda, por ejemplo–. En el resto de concellos, también se relajarán las normas de habitabilidad para transformar bajos en viviendas, pero la flexibilidad será menor. En estas áreas, no quedarán totalmente exentos del requisito de preservar la intimidad, sino que esta exigencia seguirá siendo obligada cuando el local disponga de más de dos estancias. En todo caso, los anexos de habitabilidad que autoricen los concellos deberán recibir el visto bueno del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS). Además, la comunidad de propietarios tiene que autorizar que el bajo se convierta en vivienda.

Las ventajas y desventajas

Algunas desventajas de vivir en bajos comerciales son la mayor exposición a los ruidos de la calle y la suciedad, así como la merma de la intimidad y el mayor riesgo de que pueda acceder alguien sin permiso en caso de dejar alguna ventana abierta, lo que exige reforzar la seguridad. Entre las ventajas: la facilidad de acceso, un aspecto valorado especialmente por las personas con problemas de movilidad. Esta conversión de plantas bajas en pisos ayuda a paliar la falta de vivienda nueva y la escasa oferta de alquiler, pero no hace olvidar la necesidad de que se apruebe el nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), que prevé ampliar el parque residencial en más de 50.000 viviendas, con más de 14.500 de protección.

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