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Un Halloween-Samaín para pasarlo de miedo en Vigo

Centenares de niños disfrutaron de las actividades del Halloween-Samaín con talleres, queimadas, “trucos y tratos”

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El Samaín vigués es cosa de niños... y de mayores. Alba Villar

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas... y hasta princesas, calacas mexicanas, payasos, superhéroes y zombis. El binomio entre Halloween y Samaín, en cualquier caso, es un éxito. Porque poco parece importar si tiene sus orígenes en la cultura celta y romana que celebraba el final del verano y las cosechas en esta noche, si fueron los católicos los que la vincularon a los difuntos, si ya se celebraba en algunos puntos de Galicia o si el globalismo la ha popularizado en su versión más americana: lo importante era pasarlo bien.

Si algo ha quedado constatado a pesar de que la pandemia obligó a olvidar durante los dos años este tipo de celebraciones es que está ya ampliamente arraigada, de una forma u otra, en todo Vigo. Los comerciantes de Zona Náutico llenaban Rosalía de Castro mientras otros barrios como Hispanidad o Coia contaban con grupos de hasta una treintena de niños pidiendo caramelos por las calles con sus padres. Esta iniciativa también se replicaría en algunas comunidades de vecinos “auto-organizadas”, aunque aún muy lejos del nivel de las casas del terror típicas de Estados Unidos.

Uno de los centros neurálgicos de esta celebración fue O Berbés, donde presumen de ser veteranos en estas fechas. Hace veinte años que la Asociación de Veciños del Casco Vello comenzó a organizar estos talleres que también incluyen música en directo y cantina, algo muy valorado por algunos de los padres presentes. Vaciado y decoración de “calacús”, partidos de fútbol, queimadas y, por supuesto, un taller de maquillaje para completar los disfraces que llegaban de casa.

Candela transformada en la niña de la curva. Alba Villar

En él los pequeños podían escoger entre alguno de los más de veinte diseños que había en un catálogo de fotografías y así, en unos minutos, estar ya listos para pasarlo de miedo con la caracterización completa. Una de las maquilladoras de la asociación vecinal, Sabela, reconocía que las telarañas y las pinturas relacionadas con la sangre eran claramente las más empleadas. Sin embargo, cree que a pesar de que la tarde destacó por el cielo despejado y el sol, las fuertes lluvias de la mañana desanimaron a algunas familias a participar. En cualquier caso, el goteo de familias por el centro fue constante desde las cinco de la tarde, sumándose de esta forma a las tres jornadas de fiesta del fin de semana en las que ya se pudieron ver decenas de disfraces por las calles mientras otros aprovechaban y se iban de puente.

El portavoz de la Asociación Cultural Casco Vello, Fiz Axeitos, recordaba aquellos primeros años en los que colocaban las calabazas en las ruinas de algunos edificios generando estampas de auténtico terror cuando desaparecía la luz del sol. Sin embargo, la proliferación de las fiestas de este tipo le ha arrebatado al barrio marinero una hegemonía que sí que mantiene en la Reconquista o la noche de San Juan.

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La Santa Compaña se pasea por el Casco Vello Alba Villar

En la Praza da Ribeira do Berbés solamente hubo que lamentar un pequeño accidente de un niño que quedó encajonado en un balancín del parque infantil, requiriendo la intervención de los Bomberos aunque no sufrió daños reseñables. La fiesta continuaría con la salida de la procesión de la Santa Compaña a las ocho de la tarde, comenzando una hora más tarde los conciertos y actuaciones en vivo en el escenario montado para la ocasión. Al mismo tiempo, decenas de adolescentes se reunían en centros comerciales y otras calles del casco urbano en pequeños grupos. En la mayoría de ellos también se constataba una diferencia clave respecto al Halloween “yanki”. Si en los Estados Unidos está admitido casi cualquier tipo de disfraz, la importancia del Carnaval en Galicia reduce la muestra a aquellos que puedan dar algo de miedo. Sin embargo, no faltó quien incorporando algunas cicatrices, telarañas o gotas de sangre pudo reciclar algún modelo empleado con anterioridad.

Ya con el cielo completamente oscurecido, los más adultos tomarían el relevo en una noche en la que hubo tiempo para homenajes cinematográficos, humor y varios muertos vivientes que prolongaron la fiesta hasta altas horas. Incluso a riesgo de no conseguir resucitar en Todos los Santos, ninguno quiso desaprovechar la ocasión para espantar a los malos espíritus; sea a través de la queimada u otros licores.

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