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Pablo Vicente | Neurólogo de la Unidad de Ictus del Hospital Álvaro Cunqueiro

“La tromboectomía mecánica es lo que ha cambiado el manejo del ictus”

El doctor Pablo Vicente Alba. FdV

El área sanitaria de Vigo creó en el año 2015 una unidad de atención específica al ictus que desde entonces ha prestado asistencia a un total de 4.783 personas y cuenta con la dedicación exclusiva de tres profesionales y la implicación del resto del servicio de Neurología. El doctor Pablo Vicente Alba es uno de los facultativos que trabajan en ella día a día.

–¿Cuál es el volumen de actividad de la unidad actualmente?

–En lo que llevamos de 2022 han ingresado en la unidad 524 pacientes, de los cuales un 81% acudieron por un ictus isquémico, que son aquellos en los que la arteria se obstruye; la segunda causa más frecuente fueron las hemorragias intracraneales, cuando la arteria se rompe y se produce el sangrado, y un 4% ingresó por accidente isquémico transitorio, que son aquellos casos en los que una arteria se tapona durante un tiempo determinado, se vuelve a abrir y el paciente se recupera.

–¿Han aumentado estas cifras en los últimos años? ¿Cuál es el perfil habitual de los pacientes?

–Más o menos las estadísticas reflejan que siempre se cumplen, la variación de un año a otro es mínimo. Lo que sí estamos haciendo es tratar más casos debido a los cambios en los criterios y que se ha avanzando en ese sentido. Con respecto al perfil de pacientes, un 54% son varones, la media de edad se sitúa por encima de los 65 años y suelen ser pacientes que presentan factores de riesgo cardiovascular: consumo de tabaco, alcohol, obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus o dislipemias (colesterol y otros lípidos aumentados).

–Con respecto al tratamiento, ¿cuáles han sido los principales avances?

–En un ictus isquémico, el tiempo es muy importante, así que cuanto más rápida sea nuestra capacidad de respuesta, mejor para el paciente. Tenemos dos alternativas en un caso agudo, la administración vía intravenosa de un fibrinolítico, que es un fármaco que vuelve la sangre completamente líquida para intentar deshacer los trombos que haya - en lo que va de año hemos hecho 127- y la tromboectomía mecánica, mediante la cual introducimos un catéter en la femoral para llegar hasta el cerebro, hasta la arteria en la que está el trombo, y con el catéter lo extraemos. Sin duda, esta técnica es lo que ha cambiado el manejo del ictus por completo, porque pacientes que quedaban en una situación muy mala tras el ictus, ahora, en general, el resultado es espectacular. En 2022 hemos realizado 145 y desde que se puso en marcha la unidad, 750, así como 945  fibrinólisis.

Gracias a la tromboectomía mecánica ya nos movemos en un espectro más amplio, la  fibrinólisis da un margen de hasta cuatro horas y media, pero la tromboectomía nos da un margen de hasta seis o 24 horas en función del paciente, no todos pueden ser candidatos a este tratamiento, depende por ejemplo de si hay tejido que se pueda salvar, entre otros. Es el mayor avance que tenemos en cuanto a tratamiento y nuestra unidad tiene ya mucha experiencia en su aplicación.

–¿En dónde radica la importancia de contar con una unidad específica?

–Esta unidad era necesaria porque la unidad de ictus es sinónimo de tratamiento: el paciente ingresa, se monitoriza, se vigila clínicamente, se le controla la tensión, temperatura, glucosa, oxígeno en sangre... y solo esta monitorización ya es tratamiento. Se ha demostrado que los pacientes que ingresan en una unidad específica se benefician de estas medidas y, en segundo lugar, es fundamental porque tener a personal que se dedica exclusivamente a esta unidad lo que genera es que vaya todo más rápido y que exista una buena coordinación con el 061 y el resto de profesionales.

–¿De qué forma se debe actuar ante la sospecha de un ictus?

–Lo primero es reconocer los síntomas, que son cualquiera que empiece de forma brusca y fijarse en las tres “f” de “forza, fala e faciana”, que se corresponden a la pérdida de fuerza, alteración del habla o asimetría de la cara, aunque también pueden darse problemas de visión o inestabilidad para caminar, entre otros. Ante cualquier síntoma brusco y sospecha de que pueda ser un ictus, lo que hay que hacer es llamar al 061, y ya discriminarán los profesionales si se trata de un ictus o no, pero ante la más mínima duda lo mejor siempre es llamar.

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