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El efecto Navidad espolea al comercio local pese al vendaval de la inflación con nuevas aperturas

Vaticina una buena campaña en ventas y ocupación, con el eje Príncipe-Porta do Sol como principal exponente | La nueva tienda de Zara, en su cuenta atrás | El apagado de las luces, arranque de una “dura” cuesta de enero

Exterior de la futura tienda de Zara en Príncipe, en la esquina con Eduardo Iglesias. Alba Villar

La economía española muestra ya síntomas evidentes de agotamiento. Pero el ahorro embalsado durante la pandemia y el tirón del empleo –eso sí, cada vez más tenue– han logrado sostener el consumo de las familias pese al revés de la inflación. El gasto de los hogares avanzó entre julio y septiembre un 1,1%, solo una décima por debajo de los registros del segundo trimestre, con la alimentación o las energías por las nubes. La curva que ayer dibujó el Instituto Nacional de Estadística (INE) es descendente, sin ambages, aunque en Vigo esta caída llegará más tarde. Lo dan por hecho en el comercio local, que anticipa un buen final de año gracias al consumo de los vigueses, a la desestacionalización del turismo y al efecto de la Navidad. Buenas perspectivas que son las que permitirán prolongar hasta enero contrataciones que antes eran solo de verano, como constatan en la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería de Pontevedra (Feprohos). Y con nuevas aperturas que reforzarán el eje comercial de la calle Príncipe con Porta do Sol, plenamente peatonalizada y que acogerá un árbol que se iluminará en poco más de veinte días.

El punto de inflexión en cuanto a la nueva oferta lo marcará el regreso de Zara a Príncipe, donde contará con su mayor tienda en la ciudad. Los trabajos de rehabilitación del local, que antes ocupaba C&A, se han demorado, principalmente debido a los impactos de la invasión de Ucrania en la cadena logística. La plantilla de esta compañía de Grupo Inditex desconoce todavía la fecha concreta de apertura, pero apuntan que “estará para Navidades”. La reforma íntegra del espacio comercial fue asignada a Incoga, una de las empresas de las que más echa mano la multinacional que preside Marta Ortega, con actuaciones como la reforma del recinto comercial Westfield-Forum des Halles de París o el Hotel Four Seasons de Casablanca. Zara ocupará, en esta esquina con Eduardo Iglesias, unos 2.900 metros cuadrados. Inditex se convertirá en el grupo con mayor presencia en Príncipe, que ya cuenta con alguna de sus marcas más emblemáticas, como Oysho, Pull&Bear o Massimo Dutti. Y en una enseña que ha apostado por la milla de oro de la ciudad, en lugar del cotizadísimo centro comercial Vialia.

Más allá del efecto luces de Navidad, el panorama es mucho más incierto. No solo por la previsible retracción en el consumo de los hogares y el apalancamiento del mercado laboral, sino por la propia estabilidad financiera de los comercios. Aunque la llamada excepción ibérica ha rebajado de forma notoria el coste del megavatio en el mercado mayorista, la compensación por ese tope al gas está pasando factura a los negocios. “Muchos –expuso el presidente de Feprohos, César Sánchez Ballesteros– no van a poder repercutirlo”.

Echar mano del ahorro para aliviar la cuesta de enero

Las extraordinarias cifras de ocupación hotelera registradas en la ciudad, tanto en verano como en los meses de septiembre (81%) y octubre (casi plena, con la feria de Conxemar como baluarte principal) han dejado un buen colchón del que esperan tirar muchos negocios a la vuelta de las vacaciones de Navidad. Para entonces se prevén meses complicados, tanto a nivel de demanda interna como por el pinchazo de los países a los que exporta la industria olívica. “Estamos haciendo caja ahora”, resume el responsable de un establecimiento de restauración en el centro. Las perspectivas de noviembre también son buenas, con cinco fines de semana a explotar, con el encendido de las luces programado para el día 19.

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