Aquellos gallegos que tengan pensado cumplir con la tradición de volver a casa por Navidad desde fuera de la comunidad se han topado con un doloroso golpe de realidad. En unas fechas tan señaladas en las que la nueva línea de Alta Velocidad cumplirá un año de servicio, acortando el tiempo de viaje y facilitando los regresos más a menudo, los billetes para la misma seguirán la estela del resto de trenes AVE.

Renfe desbloqueaba esta semana la venta de billetes a través de su página web para los días previos a Nochebuena con un aumento inusual respecto a las tarifas habituales, siendo el precio base para un trayecto entre Madrid y Vigo de unos 104 euros.

Precios para un billete entre Madrid y Vigo

Esta tarifa "sencilla" supone multiplicar por cuatro las ofertas habituales a dos meses vista y por dos los precios medios para un fin de semana con cierta antelación.

Actualmente solo aparecen disponibles los cuatro trenes directos entre las estaciones de Chamartín y Urzáiz ya que la venta de los servicios de Media Distancia que permiten realizar otros cuatro enlaces en Santiago de Compostela y Ourense sigue bloqueada ante el caos de los bonos.

Sin embargo, esos billetes hacia otros puntos de Galicia se encuentran en una situación similar. Solamente si buscamos plazas para después de Nochebuena y Navidad -que caen este año en fin de semana- encontramos ofertas más "normales".

¿A qué se debe este aumento de precio?

Desde el inicio de la pandemia Renfe dejó atrás su política tarifaria "tradicional" en la que fijaba el precio por los kilómetros recorridos por el tren. Desde ese momento optaba para sus servicios comerciales -aquellos que opera sin subvención, como es el caso de los de Larga Distancia- por el mismo sistema que las aerolíneas: el revenue management.

Esta política "premia" al viajero que compra en antelación, permitiendo los "chollos", mientras que penaliza al que llega a última hora. Y es que como que apuntan varios expertos: para que alguien viaje por quince euros, otro lo debe hacer por doscientos.

Tampoco la inflación deja libre a la operadora pública al ser la mayor consumidora de electricidad de toda España. Un problema, a pesar de la congelación de los cánones ferroviarios de Adif y el aumento de la demanda, que duplica el coste por viajero.

Al mismo tiempo, la entrada de nuevos competidores (la francesa Ouigo y la hispanoitaliana Iryo) en los corredores hacia Barcelona y Valencia le han obligado a rebajar los precios en sus dos líneas más rentables.

Es por ello que la compañía presidida por Isaías Táboas ha subido los precios en el resto de corredores, especialmente en Andalucía y Galicia donde tienen una demanda garantizada.

Y es que los dos servicios AVE -uno de ellos transversal hacia Alicante- y los ocho Alvia que circulan entre la estación de Ourense-Empalme y Madrid-Chamartín han colgado el cartel de completo casi todos los fines de semana de los últimos meses.

Ahora, con un previsible y masivo desplazamiento de miles de gallegos a sus hogares para las primeras fiestas sin COVID-19; la compañía pública ha decidido asegurarse unos ingresos extraordinarios al saber que los llenará igualmente.

¿No bajarán nunca estos precios?

La secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana reconocía en su entrevista a FARO DE VIGO que "las previsiones en el análisis y en los criterios cuando se hizo el estudio del acceso a Galicia se han quedado cortas no, muy cortas".

Isabel Pardo de Vera, que participó en las fases de construcción de la línea hacia la comunidad, señalaba que la llegada de los trenes Avril para el primer trimestre de 2023 permitirá mitigar esta carencia de plazas gracias a sus 521 asientos y mayores prestaciones de velocidad.

Al mismo tiempo, apuntó a que varias operadoras privadas han mostrado su interés en comprar trenes de rodadura desplazable para poder llegar a las ciudades atlánticas mientras no se completa el cambio de ancho de vía.

Al mismo tiempo que la alianza entre Trenitalia y Air Nostrum (Iryo) ultima su estreno en otros corredores e insiste en que quiere ampliar su mercado, Renfe deshoja la margarita para saber si implantará los trenes low cost Avlo (presentes hacia Barcelona y Valencia) en la línea gallega.

Mientras tanto, los viajeros gallegos seguirán pagando más por el tren por el que tuvieron que esperar durante 15 años de retrasos y promesas incumplidas.