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Desalojan al okupa que cambió la cerradura y realquilaba habitaciones en la calle Uruguay

Una empresa de desokupación exprés recupera la vivienda para la propietaria | El inquilino irregular ganó “miles de euros”

Calle Uruguay, donde un okupa realquilaba habitaciones. Pablo Hernández

Se acabó la pesadilla que llevaba meses sufriendo la propietaria de un apartamento ubicado en la calle Uruguay. Un okupa había tomado el piso, pero no solo eso, sino que cambió la cerradura para poder atrincherarse, hacía duplicados de llaves y realquilaba las habitaciones para sacar un beneficio económico. Ahora, todo eso terminó. La dueña decidió contratar hace unos días a la empresa Desokupa Exprés para recuperar la vivienda. Esta compañía se dedica precisamente al desalojo rápido de inquilinos morosos o irregulares y es contratada sobre todo por aquellas personas que quieren recuperar sus pisos y evitar tener que enfrentarse a un farragoso proceso judicial y seguramente a meses de espera. La empresa de desokupación, sin embargo, prometió a la propietaria que en unos días tendría lograría expulsar al okupa y poner la vivienda de nuevo a disposición de la propietaria. Y lo consiguió.

El proceso fue similar al de otras intervenciones: en primer lugar se visitó al inquilino irregular en varias ocasiones y se le intentó pedir “de forma amable” que abandonase la propiedad. Como no accedió, se procedió a montar un dispositivo de control de acceso al inmueble: no podía entrar nadie que no perteneciese a la comunidad de vecinos. El objetivo era aislar al okupa, y que terminase saliendo, lo que acabó funcionando a los pocos días. Es el proceso habitual que se sigue para desalojar a un inquilino irregular que se atrinchera en una vivienda.

Pero hay que tener en cuenta que este caso era más complejo. En primer lugar, porque el okupa hizo varias copias de llaves de la nueva cerradura que realquilaba a otras personas para que durmiesen en las diferentes habitaciones que tiene el apartamento. Es decir, durante meses estuvo haciendo negocio de una vivienda que no era suya y ganó, según fuentes conocedoras de la situación, “miles de euros”.

Pero la situación no era compleja únicamente por ese motivo. Y es que la intervención siempre se complica si hay drogas involucradas, y en este caso las había. Porque el okupa dejaba entrar, e incluso en ocasiones también realquilaba llaves, a personas que buscan un sitio en el que poder consumir algún tipo de droga. Por tanto, los responsables de la desokupación (que cuentan en sus filas con exmilitares, expolicías y también tienen un equipo jurídico propio) no sabían lo que se iban a encontrar en el momento de acudir por primera vez al inmueble a intentar entablar una conversación con el inquilino irregular.

La propietaria del piso, conocedora de lo que sucedía por lo que comentaban los propios vecinos, estuvo muy afectada por la situación. Afortunadamente, ahora ha podido recuperar ya la vivienda. Hay que tener en cuenta además que esto sucede en la calle Uruguay, una zona en pleno centro de Vigo llena de oficinas, empresas de todo tipo (clínicas de fisioterapia, aseguradoras, supermercados...) y también muy residencial. Afortunadamente, este episodio no está teniendo trascendencia más allá de la comunidad de vecinos, pero sí llama la atención que tenga lugar en una zona tan concurrida como esa, donde a diario pasan centenares de personas y de vehículos.

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