Garantizar al titulado en cualquier disciplina artística su transición a la vida profesional. Este es uno de los objetivos por el que ha trabajado a lo largo de toda su trayectoria el doctor en Historia del Arte y actual director cultural de la Biblioteca Nacional de España, Ángel Martínez Roger, y que ahora se ha traducido en la elaboración de un ensayo que desgrana los planes de acceso al mercado laboral de estos egresados.

Egresados

Licenciado también en Interpretación por la Real Escuela Superior de Arte Dramática, Martínez Roger, de forma premia al acto de apertura del curso 2022/2023 en la Escuela Superior de Arte Dramático de Vigo (ESAD) en el que participó, habló con FARO para abordar el escenario con el que se encuentran estos jóvenes artistas cuando acaben su formación y posibles soluciones de cara a esta integración.

Especialización

Una de las propuestas más ambiciosas pasa por la creación de un sistema de especialización en centros culturales o educativos públicos, a la manera del MIR de los médicos. “Si a un joven que termina interpretación, por ejemplo, se le garantiza que después de su formación tendrá como una especie de MIR con 90 o 100 funciones por toda Galicia, estamos utilizando a nuestro profesional en su momento de juventud y de foguearse, el más ilusionante para él, y no le dejamos caer así. Prolongaríamos en 3 temporadas o años una especie de MIR de las enseñanzas superiores artísticas, y en ese tiempo, en una especie de vivero de empresa, como si de un coworking se trata podría ver qué hacer con su futuro laboral”, esgrime Ángel Martínez.

Centros municipales y escolares como eje

Los centros municipales como auditorios, teatros, centros de exposiciones o incluso centros de día, y por supuesto, centros educativos acogerían estas funciones, beneficiando a ambas partes: por un lado los artistas cogen experiencia mientras se nutren de un público novel. “Cada centro cultural municipal o autonómico podría acoger durante un mes, por ejemplo, esta programación compuesta por egresados de titulaciones artísticas, titulados de la ESAD, músicos del Conservatorio, monólogos de teatro, una compañía fundada por 4 o 5 actores recién licenciados... Y que los escolares y los niños fueran a ver estas actuaciones. Sería como montar una mini temporada de artistas egresados de las enseñanzas superiores que les permitan foguearse al mismo tiempo que formamos un futuro público”, valora el director.

Políticas educativas y culturales

Y es que uno de los puntos débiles que aprecia en el sistema en la falta de coordinación y articulación entre las políticas educativas y las culturales. “Hay un muy buen sistema educativo y buenos estamentos de instituciones culturales en las administraciones pero lo que no se ha hecho bien es coordinar y ensamblar laboralmente a estos titulados. Si a un chico no lo llevas de pequeño a ver danza, es imposible que de mayor llegue a comprar una entrada. No digo que salga una cantera, pero si configurar un público cuidado y formado. Con ellos se evitaría la marcha de muchos titulados al extranjero; en esta fuga de cerebros también entra el de los instrumentistas”, concluye Martínez Roger.