Un conflicto vecinal parece estar detrás del crimen de María Jesús, la mujer de 56 años de la calle Zamora asesinada ayer por un vecino de su mismo edificio, Pablo, de 63. Los vecinos se mostraban hoy consternados. Un residente que es testigo clave y que de hecho esta mañana fue a declarar a la Policía Nacional escuchó los gritos de auxilio de la víctima, un golpe y el portazo que dio el asesino tras abordar y matar a la víctima cuando llegaba a su domicilio, donde fue apuñalada. Sospecha que tenía controlados sus movimientos. Cuando llegó la Policía Nacional, relató, el asesino salió de su piso con las manos manchadas de sangre, chupándose un dedo y diciendo “está muerta, está muerta”. “Salió así sin más, sin arrepentimiento”, describió.
La acosaba, cuenta, dejándole notas por debajo de la puerta de su apartamento. Considera que lo hacía por el “ruido”, y no cree que fuese un acoso sexual como afirman otros residentes del inmueble que califican al supuesto homicida de “baboso”.
El crimen ocurrió en un edificio de más de 70 estudios y pequeños apartamentos. Sus vecinos dicen que los conflictos son habituales. “El señor (por el presunto agresor) no estaba bien, pero en este edificio hay mucha gente que no está bien”, decía una mujer lamentando el trágico final de María Jesús, que trabajaba como empleada de la limpieza en Alcampo. “Era muy buena, muy suya, decía ‘hola y adios’, hacía su vida; qué pena lo ocurrido”, resumía otra vecina.
Regreso al escenario
Poco después de las 13:30h de este lunes, el autor del crimen regresaba en medio de un gran dispositivo policial al lugar de los hechos, bien para una reconstrucción o para un registro del inmueble.
Estaba también su abogado de oficio y el secretario del juzgado de guardia, además de la Policía Nacional. El arrestado salió del inmueble con una ropa diferente a la que llevaba cuando entró.
