Ni siquiera las inclemencias metereológicas escapan del enfrentamiento entre Concello y Xunta en Vigo. En medio de una jornada marcada por las precipitaciones, los paraguas y los fuertes vientos propios de esta época del año, el alcalde de la ciudad volvió a cargar contra el ejecutivo autonómico por los problemas de abastecimiento de agua en el área viguesa.

Durante su rueda de prensa diaria, Abel Caballero aseguró que este jueves "el señor Rueda tiene un disgusto porque llueve", acusando de nuevo al presidente del gobierno gallego de "trabajar activamente para que nos quedemos sin agua".

Al mismo tiempo que anunciaba una inversión de 1,2 millones de euros para la mejora en la canalización del agua desde la presa de Eiras y mientras las propuestas de una toma de emergencia en los ríos Oitavén y Verdugo continúan paralizadas, el regidor apuntó a que de esta forma "estamos resolviendo el problema de la sequía por la lluvia".

Lo cierto es que la situación de pre-alerta en la que está inmersa toda la cuenca hidrográfica del sur de la provincia desde el invierno ha sido motivo de reproches y acusaciones entre ambas administraciones mientras se esperaba, literalmente, que la solución cayera del cielo.

En esta ocasión, el primer edil ha llegado a afirmar que "Alfonso Rueda le pone velas a San Antonio para ver si Vigo se queda sin agua", asegurando que hoy "está de mal humor porque se arregla un mal importante".

Según la estación de MeteoGalicia ubicada en el centro del casco urbano, a lo largo de este jueves se han registrado 31 litros por metro cuadrado de lluvia; un valor nada desdeñable.

Y es que excluyendo al domingo 16 y el lunes 17, con 38'5 y 35'1 litros por metro cuadrado; las precipitaciones recogidas hoy son más que las acumuladas durante las tres semanas anteriores.

El último Boletín Hidrológico que recoge la evolución de los recursos hídricos publicado por Augas de Galicia este lunes ya reflejaba una ligera mejoría en los embalses de Eiras (67,16%), Zamáns (36,50%) y Baíña (31,98%).

Sin embargo, habrá que esperar a la próxima semana para confirmar si se revierte de forma significativa la situación de las presas de las que bebe el área metropolitana de Vigo.

La "batalla del agua" por los problemas de abastecimiento que sufre la ciudad en esta materia -y que ya llegaron a una situación límite en 2017- prometía ser uno de los temas más candentes de este otoño, a tan solo seis meses de las elecciones municipales y con numerosas restricciones al uso en todos los concellos afectados.

Sin embargo, la reducción del consumo por parte de los municipios y los cambios de previsiones ante una estación más seca de lo habitual han permitido sumergir esta cuestión o al menos, por el momento.