El pasado 26 de julio, un vecino de Vigo de 19 años regresaba de un viaje procedente de Santa Cruz de La Sierra, en Bolivia, de donde es natural, acompañado por su hermano pequeño, de siete años. Al aterrizar en el aeropuerto luso de Sá Carneiro lo esperaba su madre para llevarlo de vuelta a casa. Pero terminó subiendo en un coche de la Policía Judiciaria camino a los tribunales tras ser requisadas de su maleta de mano 1,2 kilos de hojas de coca, producto que según se recoge en el auto del juez de Instrucción de Matosinhos “destinaba a su comercialización” y cuya conducta “es prohibida y penada por la ley penal”.
Penas de prisión
El joven, estudiante de Bachillerato, en la modalidad de Humanidades, en un colegio religioso de Vigo ingresó en prisión provisional por un delito de tráfico, penado según el Código o Decreto Ley portugués con penas de prisión de 4 a 12 años de cárcel. Tras casi tres meses en prisión, su abogado Paulo Pimenta presentó un recurso ante el Tribunal da Relaçao de Oporto, que acabó estimando su petición y dejando en libertad provisional al joven, primero por considerar desmesurada la medida privativa de libertad y, segundo, por el propio uso que se le podían dar a esas hojas de coca.
Delito de tráfico o importación
Exactamente, en el recurso se explica que no es posible a estas alturas del procedimiento determinar “cuánta cantidad” de cocaína se puede extraer de dichas hojas de coca, por lo que no se le puede atribuir “con seguridad” un delito de tráfico de drogas o un delito de “importación y transporte de sustancias prohibidas para consumo propio” . Y es aquí donde su abogado hizo hincapié en el recurso penal.
Hojas de coca no es cocaína
Pimenta, en un comunicado, explica que hojas de coca y cocaína “no son lo mismo”. “La jueza de Primera Instancia tenía la obligación de saber que, aunque las hojas de coca aprehendidas tuviesen la virtualidad de generar cocaína, eso implicaría un proceso de transformación química muy elaborado cuyo resultado sería ínfimo”, matiza el abogado de la defensa del joven vigués, quien lamenta que esta reclusión “lo marcará de por vida” .
"La jueza debía de saber que las hojas de coca y la cocaína no son lo mismo"
Esta argumentación queda recogida en el recurso en diversas ocasiones. Para que esas hojas de coca se transformen en cocaína deben pasar por un proceso químico del que es necesaria una cantidad de hojas de coca muy superior a la aprehendida para obtener la droga en sí. “El nivel de concentración de cocaína en las hojas de coca es de entre 0,1% y 0,8%. [...] Según informes periciales recientes, una tonelada de hojas de coca, después de ser debidamente manipulada, apenas produce un kilo de cocaína. Haciendo las cuentas en este caso se trataría de una cantidad diminuta de cocaína, lo que equivale decir que tal comercialización sería mera ficción”, explica el letrado en el recuso, con fecha de este pasado día 4 de octubre.
A mayores, el abogado incide también en la vertiente cultural e histórica que tienen las hojas de coca para los bolivianos. “Es habitual que se adquieran para uso familiar y casero”, asegura.
