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Los ingresos de niños por problemas de salud mental se duplican en dos años y rozan los cien

Aumentan principalmente los casos de trastornos alimentarios y de autolisis | Las seis habitaciones específicas para ellos estarán en 2023 | El Cunqueiro activará una vía rápida para menores con riesgo de intento de suicidio

Un menor ingresado en el Álvaro Cunqueiro. FDV

Los datos son para preocuparse. En solo dos años, los ingresos de menores de 16 años por trastornos de salud mental casi se han duplicado en el área sanitaria viguesa. Según los datos facilitados por el Servicio Galego de Saúde (Sergas), en el Álvaro Cunqueiro han pasado de las 49 hospitalizaciones en 2019, año prepandémico, a las 95 de 2021. No hay una explicación clara. En el Servicio de Salud Mental del Área de Vigo consideran que se debe a muchos factores y apuntan que lo que más ha aumentado son trastornos de la conducta alimentaria y autolesiones graves o intentos de suicidio. Otra de las lecturas que hacen en Sanidade es que “más gente pide ayuda y acude al sistema público”.

“La pandemia ha acelerado problemas que ya se veían”, aprecia el jefe de Salud Mental del Área Sanitaria de Vigo, el doctor José Manuel Olivares, y explica que “muchas cosas tienen que ver con una forma diferente de comunicarse y de haber estado dos años con pocos contactos” en una época de la vida en la que empiezan a intensificar sus relaciones fuera del núcleo familiar.

“Ese es un factor pero probablemente no sea el único”, advierte el psiquiatra y apunta al efecto nocivo de las redes sociales; a problemas económicos; o a “la estructura familiar, en cuanto a cambio de valores o formas de situarse”. “Nos encontramos con muchos adolescentes con falta de referentes y modelos claros”, aclara.

“No es tanto a nivel de enfermedad como tal [los brotes psicóticos o los trastornos bipolares, por ejemplo, no han sufrido demasiada variación en número], sino una disfunción en cómo adaptarse a las cosas”, puntualiza el doctor Olivares.

“La irritabilidad ha aumentado en general, no solo en adolescentes, y también hay más problemas para superar las dificultades”, ha observado. Reflexiona sobre cómo se ha pasado de un estilo de crianza de hace algunas generaciones basado en la autoridad a todo lo contrario: “el niño no puede sufrir”. Advierte de que los menores “tienen que aprender a gestionar las dificultades”. “Vemos a muchos jóvenes que les cuesta afrontar la más mínima contrariedad y responden de una manera desproporcionada. Eso sí llama mucho la atención”, describe.

Sobre el aumento de los intentos de suicidio que les llegan plantea que puede deberse a que haya los mismos que antes, pero se detecten más y les lleguen al hospital o a que el pico de insatisfacción se manifieste en esta generación de esta manera, mientras que en otras anteriores se derivaba por otras vías, como el mundo de la droga.

En esta línea, el Álvaro Cunqueiro estrenará en breve una vía rápida para la atención de intentos de suicidio en menores. En ella colaborarán Educación, Atención Primaria, Pediatría y Salud Mental. La idea es proporcionar una atención urgente a lo más grave y una atención preferente para otros casos serios, sin que se demore más de una semana.

En Salud Mental del Cunqueiro ven más patología en las niñas que en los niños, pero no le encuentran una explicación clara.

El aumento de los ingresos se enfrenta a un gran problema: en el área sanitaria no hay camas específicas de Salud Mental para niños –menores de 16 años, luego ya son considerados adultos por el Sergas–. El servicio ha peleado durante muchos años para conseguirlas y ya se han adjudicado las obras de creación de una zona de ingreso infanto-juvenil en el Cunqueiro con seis habitaciones inicialmente individuales, pero que se pueden hacer dobles. Pero las obras aún no han empezado. Se espera que se pueda abrir el próximo año ¿Qué hacen mientras? Se derivan al hospital de Santiago, pero allí solo tienen siete camas y atienden a toda Galicia.

Las obras de la zona infanto-juvenil están adjudicadas pero no empezaron

La espera por el ingreso en Compostela puede dilatarse más de un mes. Hay casos que pueden esperar y otros en los que valoran que es mejor ingresarlo ya en el Cunqueiro. ¿Y dónde lo hacen? A los más pequeños, en un espacio en Pediatría. A los adolescentes, en Psiquiatría de adultos. Los hospitalizan en habitación individual en una zona separada gracias a las obras de división que tuvieron que hacer para aislar a los pacientes COVID positivos en otros momentos de la pandemia. Lo que sí disponen ya es del personal de Psiquiatría y Psicología especializado que llevará la futura zona de hospitalización infanto-juvenil. “Estamos funcionando bastante mejor que antes”, asegura el doctor.

La apertura del hospital de día, en septiembre de 2021, es una nueva herramienta para abordar estos trastornos y frenarlos antes de que requieran ingreso. En los primeros siete meses de este año realizó 1.265 atenciones a menores. El doctor Olivares espera que “pronto” puedan poner en marcha el servicio de comedor para terapias de trastornos alimentarios y se sumen profesores a la unidad.

El jefe de Salud Mental lanza un mensaje: “La sanidad no pude arreglar todo; hay temas que implican a toda la sociedad”.

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