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Vigo gana un pulso en Madrid con la alta tensión: “Hay que reforzar el suministro”

Industria enmienda a Teresa Ribera y reconoce que la calidad que ofrecen los 132 kilovoltios actuales es escasa para factorías como Stellantis: “Tenemos que buscar la excepcionalidad”

Torres eléctricas que suministran a Balaídos. Ricardo Grobas

La sincronía no es lo que caracteriza el vínculo entre el sector industrial y el Ministerio para la Transición Ecológica. Actividades como la energética, la marítima-pesquera o la automoción han condenado en multitud de ocasiones la “cerrazón” del departamento que dirige Teresa Ribera respecto a las renovables, la prórroga de las concesiones portuarias o la electrificación del parque móvil privado. Una actitud áspera que no han encontrado en la cartera de Industria, con una Reyes Maroto más proclive –defienden– al diálogo y a la conciliación. En Stellantis Vigo conocen bien esta dicotomía en el Gobierno central: Transición Ecológica ha rechazado vehementemente la construcción de una subestación eléctrica en Balaídos para dotar a la antigua PSA-Vigo y a las fabricantes de componentes de una red de 220 kilovoltios, en lugar de la actual de 132, pese a sufrir constantes apagones de tensión. La última vez, como desveló FARO, el 24 de agosto: “ Se carece de evidencias de que la calidad [del suministro] sea particularmente deficiente”, espetó. Una decisión que unió las voces de la industria, el sector empresarial en pleno y las administraciones. El clamor se ha oído en Madrid, que ahora sí se aviene a corregir una anomalía: solo Vigo está fuera del acceso a la muy alta tensión entre las mayores ciudades de España, y ninguna otra fábrica de coches opera con una red eléctrica al ralentí.

Ha sido Reyes Maroto, precisamente, la que ha comunicado este cambio, con una enmienda a la totalidad de la gestión su colega en la mesa del Consejo de Ministros. “Hemos creado un grupo técnico con el que estamos analizando las propuestas que nos ha planteado Stellantis”, avanzó, durante una sesión de control en el Senado y tras la interpelación del popular Javier Guerra. El discurso del Ejecutivo ha mudado radicalmente: no solo admite que van a buscar una excepcionalidad legal que permita levantar una nueva subestación, sino que reconoce que la calidad del suministro en Vigo es de mala calidad. “Compartimos el contexto de la importancia que tiene Stellantis Vigo, que es la fábrica de coches más grande de España y está a la vanguardia de las más competitivas. Tiene unas necesidades, un suministro eléctrico que se tiene que reforzar”. Hasta en dos ocasiones, y por escrito, el Gobierno había negado los problemas, aludiendo a una “supuesta calidad deficiente del suministro” y negando tanto la información aportada por la industria de automoción como por el Grupo de Electrotecnia y Redes Eléctricas del departamento de Ingeniería Eléctrica de la UVigo.

Se da la circunstancia, además, de que el Gobierno sí había incluido la subestación en la Planificación de la red de transporte de electricidad 2015-2020 de Red Eléctrica Española (REE), tasada entonces en 66,8 millones pero que nunca se llevó a término. “El PP dijo que no a esa conexión cuando se lo pedí al Gobierno central que presidía Mariano Rajoy”, recordó el alcalde, Abel Caballero, a preguntas de este periódico. “Lo vuelvo a plantear ahora, es imprescindible que Vigo tenga muy alta tensión y la acabaremos teniendo”. Eso sí, y ya con Pedro Sánchez en Moncloa, la conexión de la ciudad olívica a la muy alta tensión se borró por completo de la hoja de ruta de Red Eléctrica para el periodo 2021-2025. Reyes Maroto no aclaró si este proyecto se incluirá dentro de este plan estratégico de REE o puede ser asumido en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de manera independiente.

Cebreiros: “Es un elemento crítico, hay que ponerlo en marcha ya”

En cualquier caso, la enmienda a sí mismo del Ejecutivo fue recibida con optimismo por la patronal. “Es un elemento crítico para la sostenibilidad y futuro de la fábrica en Vigo, además de ser la única planta y el único fabricante en España que no dispone de la misma”, apuntó el presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), Jorge Cebreiros. “Si el Gobierno adopta esta decisión lo felicitaremos públicamente, pero hay que ponerlo en marcha ya”.

Solo hasta mediados de septiembre, como avanzó FARO, la factoría que dirige Ignacio Bueno había registrado 21 huecos de tensión. Las irregularidades en la tensión de la red de 132 kv no solo anula las líneas de producción, con la paralización de líneas, sino que causa graves averías en los sistemas de software y hardware y la desprogramación de unos dispositivos autómatas cada vez más importantes en la actividad. La red, como zanjó el clúster Ceaga –agrupa a 200 empresas, que facturan 11.200 millones de euros al año–, “permite unos niveles de calidad e interrumpibilidad que dañan seriamente la competitividad del sector del automóvil gallego”.

Marta G. Brea

La campa de O Porriño, también al límite

El atasco en las líneas marítimas y la saturación de otros puertos continúa tensionando la cadena logística del automóvil en Vigo. La terminal de Bouzas continúa al tope de capacidad, con unos 19.000 coches, y la campa de O Porriño es incapaz de asumir nuevos desvíos de producción. La dirección de Stellantis Vigo descarta que esto pueda provocar una parada en la factoría.

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