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Radiografía del plagio universitario

El grupo Cudeco, que estudia este fenómeno en Galicia desde 2018, publica un estudio específico sobre las motivaciones de los alumnos de la UVigo a partir de 2.664 encuestas

Comienzo de curso en la Facultad de Ciencias Jurídicas y del Trabajo de la UVigo. // ALBA VILLAR

Las conductas de los compañeros, la preocupación de los profesores por la propiedad intelectual, la urgencia por entregar trabajos y la levedad de las sanciones o la tolerancia social ante la copia son algunas de las causas que explican las prácticas deshonestas de los alumnos de la UVigo. El grupo Cudeco, que estudia el plagio en las tres universidades gallegas desde 2018, acaba de publicar un estudio específico con 2.664 alumnos de grado y posgrado de la institución olívica.

El trabajo se basa en las respuestas al cuestionario elaborado por este equipo de expertos, que ya han contestado más de 12.000 alumnos en toda la comunidad. “O plaxio é un fenómeno moi complexo e interesábanos entrar neses resultados dunha maneira máis compresiva para poder facer plantexamentos máis constructivos ás administracións e que axuden a potenciar a integridade académica. É unha mirada diferente que permite adoptar medidas”, explica Camilo Ocampo, responsable del grupo en la UVigo.

Para lograr este objetivo, los investigadores utilizaron la triangulación de análisis, una metodología habitual en los estudios económicos pero muy poco empleada en el ámbito de las ciencias de la educación, y la completaron con un escalamiento multidimensional y un análisis de redes sociales. “Esta é unha das grandes aportacións do traballo porque quedou demostrada a súa idoneidade e foi unha idea de José Antonio Sarmiento, outro integrante do grupo”, apunta Ocampo.

Ambos expertos firman junto a María Dolores Castro un artículo sobre los resultados obtenidos en la Revista de Educación, editada por el ministerio y que es la número uno en España en su campo.

Sistema antiplagio Turnitin utilizado en la UVigo.

El cuestionario, que fue contestado por 2.383 alumnos de grado y 281 de posgrado, está integrado por 59 preguntas agrupadas en cinco dimensiones: profesorado, qué utilidad tiene citar para el alumno, su experiencia a lo largo de la carrera, las causas que le han llevado a copiar fragmentos o trabajos completos, y las conductas de los compañeros.

El estudio muestra de manera gráfica la importancia de los diferentes ítems. Y es evidente la “influencia grandísima” que juegan los profesores. “Se os docentes explican a razón pola que hai que citar e referenciar, aplican sistemas como Turnitin e informan aos alumnos dos resultados, en definitiva, si evalúan estas competencias, eles ven a utilidade dasboas prácticas. Hai unha relación directa evidente. O profesorado ten un papel importantísimo”, apunta Ocampo.

Por el contrario, la despreocupación por la propiedad intelectual o la falta de coordinación entre los profesores justifican, en opinión de los alumnos, las conductas de copia: “A honestidade, ademáis de ser un valor, require aprendizaxe e habituación, pero non todos os docentes o entenden da mesma forma. O estudo tamén detecta claramente queeles xustifican a copia porque teñen que entregar traballos para diferentes asignaturas en datas próximas. Traballan con présa e estrés e iso explica, din, que teñen que ir a internet a copiar e pegar. A igual que xa se fai cos exámenes dende hai tempo, deberiamos organizarnos con outro rigor no tema dos traballos”.

En este sentido, las tutorías y la atención individualizada a los alumnos aparecen como un valor positivo de gran importancia. Y entienden perfectamente la utilidad de utilizar citas para apoyar un argumento pero referenciándolas.

Facultad de Económicas, en el campus. ALBA VILLAR

Otro de los elementos a tener en cuenta es la conducta de los compañeros. “Curiosamente, a maioría de alumnos din que copiaron pouco e citaron sempre e case sempre, sen embargo, si viron estas prácticas moitas veces entre os outros estudantes”, apunta Ocampo.

En todo caso, las acciones de copia parcial obtienen los valores más elevados. Los alumnos responden que sus compañeros entregan trabajos de años anteriores o descargados de internet por la sobrecarga, la falta de tiempo y también por la facilidad de acceder a material en la red.

Y la copia total, aunque con mucho menos peso, también aparece en los gráficos del estudio como el valor más negativo.

Entre los valores medios negativos más altos se encuentran además el desconocimiento y la tolerancia social. Los alumnos interpretan que es un hecho aceptado y aducen que las sanciones que imponen las universidades por copiar son muy leves y que sus compañeros también lo hacen. “Todo o mundo copia, incluso as autoridades. Aí están os casos de ministros que dimitiron por plaxio. A falta de exemplo das persoas con responsabilidade tamén ten o seu peso”, añade Camilo Ocampo.

Los resultados obtenidos evidencian la necesidad de poner en marcha medidas de coordinación entre los profesores, así como facilitar el acceso a guías para hacer trabajos. “Nas bibliotecas pódese facer moito. Este ano organizamos grupos de discusión telemáticos entre profesores e cómpren accións que contribúan ao respeto riguroso da propiedade intelectual”.

“A metodoloxía que utilizamos de forma novedosa neste traballo permite ver a interrelación entre os diferentes elementos relacionados co plaxio, simplificar os bloques de preguntas e incrementar as posibilidades de facer propostas ás administracións”, concluye Ocampo.

Impulso de una red con Iberoamérica

El grupo Cudeco está integrado por expertos del área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de las tres universidades gallegas y coordinado por el catedrático Jesús Miguel Muñoz, de A Coruña.Desarrollan su trabajo con apoyo de la Secretaría Xeral de Universidades de la Xunta y en octubre entregarán su cuarto informe, centrado en la integridad académica.

Durante la pandemia, también elaboraron un estudio específico en el que profesores y alumnos dijeron percibir menos prácticas deshonestas durante los meses de teledocencia. “Este ano estamos facendo unha análise de todas as universidades españolas, a partir das súas webs, para coñecer que documentación inclúen para evitar e correxir o plaxio. É un traballo sobre conductas orientadas a integridade”, explica Camilo Ocampo.

El objetivo último de todos sus rabajos es proponer y facilitar la toma de medidas por parte de la Administración y las universidades. “O ano pasado fixemos un modelo de guía para que a Consellería de Educación faga recomendacións aos reitores”, añade. El grupo gallego mantiene relaciones con otro equipo de Baleares que también estudia el plagio y, de forma conjunta con ellos y otros expertos del país, se han propuesto iniciar “unha nova etapa” y crear una red que también involucre a profesores de Iberoamerica.

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