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Más de 2.000 personas se informan sobre violencia sexual antes de los conciertos en Castrelos

La sumisión química, el acoso en el ocio nocturno o los recursos de atención a las víctimas centraron las demandas en el punto lila que se instaló por primera vez

Una de las técnicas del punto instalado en Castrelos dando información a jóvenes. FdV

“¿Qué es la violencia sexual?”, “¿Qué otro tipo de violencias machistas pueden existir en las fiestas?”, “¿Cuáles son los síntomas si me pinchan o me echan algo en la copa?", “Si nos pasa, ¿qué tenemos que hacer?”, “¿Por qué es necesario un punto como este?”, “Si vivo algunas de estas situaciones, en Vigo, ¿a dónde puedo ir?”. Son algunas de las preguntas a las que las agentes de Igualdade dieron respuesta en el punto lila instalado este verano por primera vez en la entrada al recinto del Auditorio de Castrelos, en el marco del programa municipal de información y concienciación a la juventud viguesa sobre violencia sexual y otro tipo de comportamientos machistas para con las mujeres en las zonas de ocio.

Con el proyecto “Enlaza Vigo” y las pulseras de la Concellaría de Igualdade como principal reclamo, por la carpa del Parque de Castrelos pasaron más de 2.000 personas entre los meses de julio y agosto, siendo los conciertos de Sebastián Yatra (478 personas), Tanxugueiras (332), Leiva (194) y Dani Martín (197) en los que mayor número de atenciones se registraron.

Si bien desde el Concello de Vigo destacaron que “os concertos foron tranquilos” en materia de violencia machista, las agentes de Igualdade no estuvieron exentas de actuar en momentos puntuales. Así, la única intervención in situ se produjo en el espectáculo de Hijos de la ruina, cuando las responsables del punto lila fueron alertadas de que un joven estaba agrediendo físicamente a su novia. Las agentes de Igualdade actuaron acompañando a la víctima en todo momento, ofreciéndole asesoramiento e información y derivándola posteriormente al Centro Municipal de Información dos Dereitos da Muller.

Por otra parte, indicaron que durante la celebración del concierto de Leiva detectaron “moita preocupación” por la sumisión química, así como intranquilidad entre las madres y las niñas que se acercaban hasta la carpa, ya que “tiñan medo e afirmaban que saían de festa sen sentirse libres, polo que viñeron a preguntar cales eran os síntomas e como podían facer en caso de que lles pasara”.

En el caso del concierto de Tanxugueiras, desde la Administración local apunta que muchas menores se acercaron al punto lila a compartir sus experiencias personales vinculadas a la violencia sexista a través de las redes sociales o cómo estando de fiesta se sintieron acosadas e incómodas por comportamientos machistas.

Moitas mozas viñeron a preguntar cales eran os síntomas da submisión química e como podían facer en caso de que lles pasara

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Un aspecto llamativo es que, antes de acceder a la platea del Auditorio de Castrelos, numerosas familias se acercaban hasta el punto lila con sus hijas para que tuvieran la oportunidad de conocer la información que allí se facilitaba y que les quedara claro en qué consiste la violencia sexual y la violencia machista, así como los recursos disponibles en la ciudad en caso de vivir algún tipo de estas situaciones: “Estas familias amosaban moita preocupación polas agresións en idades temperás e polo xeito que teñen as mozas e os mozos á hora de relacionarse”, apuntaron desde el Concello vigués.

Del total de las 2.113 personas que visitaron el punto lila antes de disfrutar de la fiesta en Castrelos, el 54,2% fueron mujeres y un 21,30% hombres. Asimismo, un 15,2% de las atenciones fueron dirigidas a chicas menores de edad y un 9,3% a chicos.

La carpa instalada en el parque olívico no fue la única que se habilitó durante la celebración de las fiestas de verano, puesto que también se estableció otro punto lila en la Praza de Compostela que prestó atención a un total de 183 personas. El público que acudía a los conciertos celebrados en el entorno no conformaban el público objetivo de la campaña municipal, por lo que, en este caso, su función fue meramente informativa.

Teniendo en cuenta que era la primera vez que se llevaba a cabo esta iniciativa en Castrelos, desde el Concello de Vigo señalaron que “a metodoloxía baseouse nas conversas e na escoita activa das persoas que se achegaron á carpa, ademais de facilitarlles información sobre os motivos da posta en marcha do programa e de que podían tela como referencia por se existía algún problema ou sufrían algunha agresión de calquera tipo. De ser así, podían acudir ás técnicas e se lles acompañaría en todo momento”.

Los resultados del balance facilitado por el gobierno local revelan que la iniciativa, más allá de intervenciones directas, tuvo sobre todo una función “pedagóxica” para fomentar la prevención de violencias machistas, especialmente, entre la gente joven que acudía a los conciertos de Castrelos.

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