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El edificio de Zona Franca en López Mora acogerá también un centro de formación

El consorcio convoca un concurso para elegir el mejor proyecto para el nuevo polo TIC | El lugar acogerá el laboratorio cuántico, una planta de chips y un espacio de negocios

Manuel Reigosa (i) y David Regades (d), durante la firma de un convenio. ALBA VILLAR

“En Zona Franca vamos a recuperar el proyecto que teníamos para López Mora como centro para el impulso de startups y nuevos proyectos (...) Paramos a petición de la Universidad porque creíamos que era de interés para la ciudad”. Con esas palabras, su delegado, David Regades, avanzaba la idea de retomar los planes para la antigua sede informática de Caixanova. La gigantesca parcela, que cuenta con unos 9.336 metros cuadrados, fue comprada a Abanca por 12,3 millones en 2020 y posteriormente se interesó la UVigo, que estuvo cerca de adquirirla aunque al final no cuajase tal intención. Ahora, un concurso se postula como la clave para dar una nueva vida a este conjunto de cuatro inmuebles hoy en día vacíos. El objetivo del consorcio, que ya lo ha convocado, es elegir el mejor proyecto para este nuevo polo TIC que además de contar con un laboratorio cuántico, la planta de chips y un centro de negocios (de los que ya se había informado en su momento) incluirá un centro de formación que precisamente tendrá como socio a la institución académica que dirige Manuel Joaquín Reigosa.

Este concurso de Zona Franca, que busca atraer y reconocer el trabajo de los arquitectos interesados, premiando a los cuatro finalistas con 80.000 euros (40.000 al primero, 25.000 al segundo, 10.000 al tercero y 5.000 al cuarto), concederá al ganador el derecho a ser adjudicatario de la citada remodelación, cuyos honorarios alcanzarán como máximo la cantidad de 650.000 euros.

Laboratorio cuántico. Centrará su actividad en las comunicaciones especiales y terrestres, aunque con aplicaciones abiertas al campo de la automoción, banca e incluso industria farmacéutica.

El plazo de la presentación de las candidaturas está abierto hasta el 16 de septiembre y después el jurado elegirá a cuatro equipos que trabajarán en la propuesta de programa y gráfica para el complejo. El vencedor será el responsable de redactar el proyecto de ejecución, pero compartirá con los servicios técnicos del consorcio la dirección de las reformas llevadas a cabo.

En lo relativo a la ejecución de la futura obra, cabe destacar que el presupuesto máximo estimado por el consorcio para habilitar el conjunto de la parcela e inmuebles es de 13 millones de euros (sin IVA).

Fábrica de chips. La planta de circuitos fotónicos integrados ampliará la oferta de los semiconductores en un mercado que demanda cada vez más estos productos para múltiples aplicaciones.

La superficie de actuación –situada entre las calles López Mora, Tomás A. Alonso y Arquitecto Pérez Bellas– comprende la totalidad de la parcela (unos 9.336 metros cuadrados según datos catastrales). Por otro lado, la superficie construida (de 18.604 metros cuadrados) está compuesta por cuatro inmuebles que fueron construidos en 1985 para convertirse posteriormente en el centro de informática de la extinta Caixanova. La propiedad pasó a manos de Abanca, descartando el uso de los inmuebles para la finalidad original o para otras, no habiéndose realizado ninguna modificación hasta el momento actual y encontrándose inoperativo sin ningún tipo de uso o de ocupación.

En este sentido, el objetivo del consorcio es “volver a reactivar el conjunto edificatorio en su totalidad” priorizando “el mantenimiento de los volúmenes o estructuras existentes”. Con ese propósito por delante, el conjunto de edificios alojará la sede de un centro de negocios y emprendimiento, un centro de formación, un centro de desarrollo de I+D para semiconductores, una biblioteca, así como zonas de aparcamiento o cualquier otra instalación que en el estudio de necesidades elaborado para la propuesta del programa, se considere precisa, sea de utilidad o cubra alguna carencia de determinados espacios o actividades en la zona.

Centro de formación. A este nuevo espacio dedicado a la enseñanza se suma la creación de una biblioteca que también acogerá López Mora. Contará como socio a la Universidade de Vigo.

El concurso se regirá por el principio de libre concurrencia y podrán presentar sus propuestas todas las personas físicas o jurídicas, ya sean españolas o extranjeras, que acrediten los requisitos exigidos.

Por lo que respecta al jurado, estará compuesto por el propio delegado de Zona Franca, David Regades (que actuará como presidente), su vicesecretario general, Santiago López-Guerra (secretario) y siete vocales (de ellos, dos arquitectos nombrados por el consorcio, una persona perteneciente al departamento de promoción económica del consorcio, un arquitecto nombrado por la Diputación de Pontevedra, dos arquitectos nombrados por el COAG y un último arquitecto que será nombrado por el Concello de Vigo).

Centro de negocios. Se prevé ofrecer en este edificio instalaciones enfocadas a la nueva economía, con el objetivo de potenciar el emprendimiento y las nuevas iniciativas empresariales.

“Este nuevo polo TIC se convertirá en un espacio abierto a la ciudadanía y a los emprendedores. Un nuevo punto de encuentro para la economía y la empresa en el centro de la ciudad, que recuperará la vanguardia que en su día supuso el centro de informática. Se pretende además que sea un espacio sostenible con las últimas tendencias en eficiencia energética”, manifiestan fuentes de Zona Franca en un comunicado dirigido a los medios.

Cooperación con la Universidade de Vigo tras la fallida adquisición de las instalaciones

En junio de 2021, Zona Franca volvía a la casilla de partida ante la negativa del claustro de la Universidade de Vigo a hacerse con el complejo de López Mora. Tras estar “bastante cerca” de un pacto con el consorcio, el máximo órgano de representación y control de la comunidad universitaria respondía negativamente a la consulta para tantear la adquisición de los inmuebles.

Pese a cerrarse entonces la puerta a este proyecto –que tenía como propósito que el edificio pudiese acoger actividad de la UVigo ya en el curso 2022-2023 y que las instalaciones se pudiesen inaugurar con el título de Filología Aplicada Gallega y Español– ahora se ha abierto una nueva ventana para la institución académica olívica, pues el nuevo centro de formación que se plantea para la antigua sede informática de Caixanova tendrá a la UVigo como socio.

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