Jorge Juan Fernández Sangrador, natal de Cangas de Onís (1958) y actual vicario general de la Archidiócesis de Oviedo, se consagra este año como el predicador de la Novena del Cristo de la Victoria: este año libre de la COVID y todo tipo de restricciones. Hombre de fe, habla con FARO sobre su importante papel en esta típica festividad olívica que entremezcla tradición y religión, reconociendo que la devoción de los vigueses está más viva que nunca y confesando lo mucho que se espera la gran procesión.
–¿Cuándo y de qué manera supo que sería el predicador de la Novena de este 2022?
–Pues se debe a una invitación que me cursó el párroco de la Colegiata de Santa María hace ya unos meses. Acepté con mucho interés y de buen grado. Ya tenía algunas relaciones de tipo pastoral con la Diócesis de Tui-Vigo desde hace varios años y sobre este vínculo fue sobre el que se estableció la invitación.
–¿Y qué sintió, dado la magnitud que cobra este evento en Vigo?
–Es un acontecimiento que tiene eco nacional, sobre todo la multitudinaria procesión en el día de la fiesta, y bueno, ha habido predicadores que han sido ilustres. En ese sentido me siento muy agradecido y muy conmovido por el hecho de que hayan pensado en mi persona.
–¿Cómo está respondiendo la población a la Novena?
–Creo que sucede lo mismo que ocurre en casi todas partes, que es que la asistencia va in crescendo: va en aumento. Eso suele ser general, pues en las Novenas, en la medida en que se va acercando el día de la fiesta, va acudiendo más gente. Yo la impresión que tengo de estos días es que la Colegiata está completamente llena. Y además totalmente llena de personas de todas las edades, lo cual es también un indicativo que se debe seguramente a la devoción intergeneracional que existe hacia el Cristo de la Victoria.
–¿Una cuestión de fe o un tirón cada vez mayor de la tradición?
–Bueno, suelen ir siempre a la par... El hecho de que sea una tradición indica lo arraigada que está la devoción en la población. Pero no solamente es por tradición, el afecto que muestran las personas que acuden a la Novena y a los actos litúrgicos que tienen lugar a lo largo de todo el día evidencia lo arraigada que está también la devoción en el corazón de la sociedad.
–La Novena comenzó el pasado 29 de julio, ya van cuatro con la de este lunes, ¿se queda con alguna?
–No, esto es como un conocimiento mutuo en el que el predicador se va familiarizando con la feligresía y la feligresía con el predicador. Naturalmente el impacto que mayor produce es la del primer día, el encontrarse con tanta gente con tan buena actitud. Al ser unos días de verano acude muchísima gente.
–¿Cómo es el ambiente allí?
–Hay una cosa que resulta muy llamativa, positivamente, y es que cada jornada hay un coro y todos demuestran un nivel. Además, hay mucha gente que se confiesa, aprovechando también este contexto de la Novena. Y yo señalaría que algo que sorprende también gratamente es la participación de los jóvenes, algo que puede interpretarse como una esperanza de futuro.
–Precisamente sobre esa novedad que comenta, las corales que cada día amenizan la actual Novena... ¿Se sitúan como un atractivo añadido? ¿Está funcionando bien?
–Sí, además cada una de ellas es distinta. Poseen un matiz diferente, lo cual introduce una novedad diaria. Todas de muchísima calidad.
–El pasado mayo fue pregonero en las fiestas de San Antonio de Padua (Cangas de Onís). En ellas demandaba al patrón “esperanza para quienes se sienten ante un muro infranqueable”. ¿Le pide lo mismo ahora al Cristo de Vigo?
–Bueno, las personas que acuden a estos actos lo hacen naturalmente para expresar el afecto que tienen hacia el Cristo de la Victoria, pero también muchísimas personas vienen con infinidad de preocupaciones: dolores en el alma, situaciones que son difíciles en este momento… Se acude reclamando un futuro, pidiendo esperanza para las personas queridas… Y por eso mismo, ante una situación que es tan de “cambio de época”, en la vida de fe es donde existe un deseo de pedir a Dios que ese muro infranqueable caiga y podamos caminar todos hacia un futuro mejor... Así se lo pido también al Cristo de la Victoria.
–Al cierre de este fin de semana, el domingo, tendrá lugar la procesión. Después de que el año pasado la pandemia la arrebatase de las calles: ¿sorprenderá?
–Sí. Todo el mundo está deseoso de participar, de que se reanuden los actos de la Novena con normalidad; de que se pueda celebrar la procesión por la calle; y de volver a encontrarse con las personas habituales que acuden a estos actos y con las que durante tantos años se han compartido estas fiestas. Esto produce un entusiasmo y un grandísimo gozo en todos, y eso se aprecia no sólo en esta fiesta sino en todas y en todas partes del mundo.