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Julio García Comesaña | Conselleiro de Sanidade

“Estamos trabajando para que haya una enfermera por cada médico de familia”

El responsable del Sergas manda un mensaje tranquilizador a los pacientes y a los trabajadores de Povisa tras el cambio de accionistas: “Nos han trasladado todas las garantías, y velaremos por ello”

El conselleiro de Sanidade, en la entrada del centro de salud de Rosalía de Castro. | // MARTA G. BREA

Julio García Comesaña fue nombrado conselleiro de Sanidade tras ser gerente del área sanitaria de Vigo y en plena pandemia. Ahora hace un balance de estos más de dos años al frente del Sergas, valora los cambios en Povisa y explica las medidas que se están tomando y se tomarán para paliar la falta de profesionales en Atención Primaria.

–El lunes se conoció el cambio en el accionariado de Povisa. ¿Les cogió por sorpresa o les habían informado previamente?

–Primero quiero destacar que la relación con el grupo actual es buena. Con los directivos de Ribera Salud la comunicación siempre ha sido fluida y positiva. Hace un tiempo nos comunicaron el fallecimiento de la persona que estaba al frente de la multinacional propietaria de Ribera [Centene Corporation], y una semana después nos informaron que se iban a centrar más en el ámbito del continente americano y menos en el europeo, y que por lo tanto se estaban buscando alternativas. Teníamos esa información. Sospechábamos que más pronto que tarde habría algún cambio. Creo que por algún motivo la comunicación de la venta se anticipó y nos lo dijeron cuando fue oficial. Nosotros les trasladamos que tenemos que defender la atención a todos los vigueses que voluntariamente han escogido estar en Povisa. Y la relación entre Povisa y el Cunqueiro además es excelente. Vamos a velar porque eso se mantenga así y nos han dado todas las garantías. En todo caso es una comunicación previa, porque hay un paso que es que Competencia lo autorice y que nuestros servicios jurídicos lo validen, porque es una operación empresarial compleja.

–¿Va a afectar al concierto público?

–Creemos que no, visto lo que nos han explicado.

–¿Creen que los nuevos accionistas podrían pedir un cambio en las condiciones del concierto?

–En un contrato como este de diez años, cambian muchas cosas. No es improbable que tengamos que hacer algún ajuste ahora mismo. Ya antes de esto habíamos planteado algunos. El uso de la historia electrónica corporativa, alguna posibilidad que queremos revisar, la cartera de servicios… Eso estaba encima de la mesa y seguirá.

–Hasta ahora Povisa era referencia en Cirugía Maxilofacial, pero el Cunqueiro abrirá próximamente una unidad de esta especialidad.

–Es una de las cosas que tenemos que estudiar. Nosotros queremos incorporar Maxilofacial y tenemos que ver cómo altera eso el ecosistema de esta especialidad con ellos.

–¿Envían por tanto un mensaje de tranquilidad a los pacientes de la sanidad pública atendidos en Povisa?

–Totalmente. Nuestra percepción general es que la atención sanitaria en Povisa es buena y la gente eso lo valora.

–Los profesionales de Povisa precisamente manifestaban cierto temor a pérdidas de puestos de trabajo después del cambio de accionista.

–No es el escenario que nos han trasladado desde Ribera ni el que nosotros tampoco contemplamos. En Sanidad, pese a lo que digan algunos, muy pocas veces disminuyen las plazas, lo que hacemos es incrementar servicios y plantilla, tanto en el ámbito público, como es nuestro caso, como en el ámbito privado. No creo que haya que temer por ningún puesto de trabajo.

–Esta semana se ha hablado mucho de las medidas adoptadas para mantener la asistencia en los Puntos de Atención Continuada (PAC). ¿Se descarta definitivamente suspender las vacaciones del personal?

–Sí. En general, en verano, en algunos sitios hay aumento de población. Cuando había facultativos para contratar poníamos refuerzo de costa, este año no lo podemos poner. Eso en algunos PAC está generando una presión importante. Hemos tenido un fin de semana complicado en los PAC de un área sanitaria concreta [la de Pontevedra], y en ese contexto nos planteamos suspender vacaciones. Pero no es una opción que tengamos encima de la mesa ahora mismo. Hemos intentado que colaboren otros compañeros de urgencias hospitalarias, del 061, de otras áreas sanitarias incluso…

–Entre las medidas planteadas incluso estaría que algún directivo que sea médico de familia pudiese trabajar en el PAC en caso de ser necesario.

–De hecho ya ha pasado, en el área Pontevedra algún directivo ya se ha ofrecido a hacer a algún turno.

–¿Por qué los nuevos médicos no quieren trabajar en Atención Primaria?

–Tenemos un problema importante: un médico, tras acabar la carrera, si quiere trabajar en las urgencias del hospital, tiene que hacer medicina familiar y comunitaria. Ese médico coge ese camino, y cuando acaba opta por las urgencias. El año pasado, el 50% de nuestros médicos que se formaron en familia, optaron por ir a trabajar a urgencias hospitalarias. Este año ha sido el 30%. Tenemos unas plazas formativas orientadas a Atención Primaria, pero cuando acaban la especialidad, su elección es urgencias, y es lícita. Queremos tener alternativas: lo fundamental es que el médico graduado que quiera trabajar en urgencias, que tenga una especialidad para ello y no consuma plazas de Atención Primaria. En los últimos 10 años, el 90% de los médicos MIR formados en Galicia, están trabajando en el Sergas. Es cierto que un número importante están trabajando en las urgencias hospitalarias. Lo que ahora pasa en Primaria, nos pasaba antes en urgencias, que ahora ya no están saturadas salvo picos puntuales. Las urgencias son un servicio tanto en estructura como en plantilla muy bien dotado, y eso ha hecho que sea un sitio atractivo, tanto vocacional como porque tiene un régimen de turnos más sencillo que el de los centros de salud.

–Todos los veranos sucede lo mismo: la falta de personal en los centros de salud y en los PAC. ¿Se plantean alguna medida estructural para paliar este problema?

–Lo que hace falta es que tengamos médicos suficientes para reforzar. No es un problema económico. Nunca se han cubierto los médicos en verano, es imposible. Tenemos 2.000 médicos en Atención Primaria, cubrirlos en verano sería tener unos quinientos en el paro para reemplazarlos en verano. El problema es que si hay un centro de salud con cuatro médicos, uno se jubiló en abril, no se ha podido sustituir porque no hay médicos, otro tenga problemas de COVID… Entre las medidas que estamos poniendo en marcha, es que si una persona está de vacaciones en una localidad con centro de salud, y necesita renovación de receta, podrá ponerse en contacto con su médico de cabecera habitual sin necesidad de ir a ese centro de salud. Por eso estamos pidiendo que la gente haga un uso razonable de esos puntos de atención primaria.

–La falta de enfermeras es otro problema con el que se están encontrando. ¿Qué está sucediendo?

–Aquí hay varias cuestiones. Hace unos años, el grado pasó de tres a cuatro años, y es una promoción menos que entra en el mercado laboral. Luego hay un número importante de enfermeras que optan por hacer la especialidad, que también es positivo. Esto, unido a los incrementos de plantilla en todos los hospitales, hace que el mercado de enfermeras disponibles sea muy justo. De hecho estamos trabajando ya con las escuelas de enfermería para incrementar el número de plazas nuevas.

–Ha habido episodios recientes de sobrecarga del servicio de urgencias de hospitales como el de Montecelo en Pontevedra o el Cunqueiro. ¿Creen que se está haciendo un mal uso por parte de la población de los servicios de urgencias?

–No. Creo que la población va donde necesita. Lo que ha pasado en julio es que la pandemia sigue ahí. Y hemos tenido una ola de calor, probablemente la más impactante de los últimos años en Galicia, que ha repercutido en la desestabilización sobre todo de pacientes crónicos pluripatológicos que han requerido ingreso y atención de urgencias. Y para rematar, todo esto ha coincidido en período vacacional de los profesionales. Ha sido un mes de julio con todas estas circunstancias y a pesar de algún problema puntual en algún hospital, los sanitarios han hecho una gran labor y la población ha estado bien atendida.

–Hablando del calor, precisamente en el Meixoeiro se está ya en la recta final de las obras de climatización que será un antes y un después tanto para los profesionales como para los pacientes.

–Por supuesto, es una demanda histórica del Meixoeiro. Yo que trabajé allí lo sufrí. Era una obra muy deseada, y crítica, porque hubo que suspender actividad, pero hemos conseguido que tenga el menor impacto en la atención sanitaria.

–Parece que ya se ha superado el pico de la séptima ola…

–Sí, los datos de incidencia acumulada y en hospitalización en críticos y planta nos indican que los números han bajado. En Galicia estamos entorno a cuatrocientos pacientes ingresados, 25 en la UCI. Desde enero no bajamos del umbral de entre 15 y 30 pacientes en UCI. Una cuestión importante que llevamos midiendo son los ingresos por COVID, y con COVID. El dato de esta semana es que por COVID están ingresados el 36%, y con COVID el resto. Vamos viendo una tendencia clara de que el coronavirus no requiere ingreso, pero cuando estás ingresado en el hospital y das positivo, se te etiqueta con COVID. Por tanto, de esos 400 pacientes que están ingresados en planta, más del 60% lo están por otro motivo, y además tienen COVID. Es un matiz importante.

–¿Llegará el momento en que se acaben las mascarillas en transporte público, farmacias…?

–Seguro que llegará, pero creo que ahora mismo no es un esfuerzo especialmente importante y que todos lo hacemos fácilmente.

–¿Ha habido retrasos en los diagnósticos de enfermedades como cáncer motivados por la atención al COVID?

–Creemos firmemente que no. Es más, la actividad en los ámbitos de oncología ha mejorado. Las intervenciones de prioridad 1, fundamentalmente oncológicas, mejoraron su tiempo de respuesta en pandemia.

–Lo que sí hay son pacientes crónicos que se han desestabilizado durante la pandemia.

–Ahora estamos viendo el efecto de eso. Estamos asistiendo a un incremento de la demanda asistencial en todos los niveles. En Atención Primaria hemos incrementado en casi 500.000 consultas en todo el Sergas. Estamos viendo ahora pacientes que durante la pandemia cambiaron sus hábitos, que ahora van al médico y tienen mayores problemas. Estamos trabajando en Primaria en un paso delante de la enfermería. Se acordó que enfermería pudiera tener su propio protocolo y ser autónoma. Hasta ahora ya trabajaban de forma autónoma con el protocolo de heridas, y desde octubre lo harán con los pacientes hipertensos, diabéticos y en los casos de quemaduras. En Primaria estamos trabajando en quitarle al médico tareas burocráticas. Estos protocolos de enfermería son un claro ejemplo, e intentamos que ya no tengan que pasar por el médico todos los pacientes. Estamos trabajando para que por cada facultativo haya una enfermera, y estamos cerca ya de ese ratio 1-1. Creemos que en patología crónica la enfermería tiene que dar ese paso. También queremos reforzar la figura de los administrativos. Hemos incorporado 370 administrativos más de los que había antes de la pandemia y estamos poniendo en marcha herramientas para que cuando un paciente llame al centro de salud, se le devuelva la llamada en las dos horas siguientes.

–¿Preocupa la transmisión de la viruela del mono en Galicia?

–Tenemos una situación contenida respecto a otras comunidades autónomas [50 casos confirmados según los últimos datos], pero es verdad que los números, aunque lentamente, siguen creciendo. Nos preocupa frenar esa transmisión, y de ahí la importancia de las medidas preventivas a todos los casos activos que vamos conociendo. Estamos trabajando con el Ministerio en la vacunación, pero las cantidades de vacunas que llegan son muy pequeñas. Tenemos 132 disponibles, y hemos puesto cuatro hasta ahora. Si la estrategia fuese vacunar a la gente con factores de riesgo, con este volumen de dosis no se puede hacer. De momento estamos proponiendo la vacuna a los contactos estrechos de los casos activos en unas condiciones muy determinados.

–La lista de espera quirúrgica en Vigo es menor que la media gallega. Si se sigue mejorando, ¿se plantean reducir las derivaciones de operaciones a la sanidad privada?

–Estamos en los años de menor derivación, y normalmente son casos de menor complejidad. La sanidad privada está ahí, aporta mucha flexibilidad, innovación y es un sector importante en el tejido social.

–Falta un año para las elecciones municipales y la sanidad está muy politizada. ¿Cree que se esperan meses de llamadas a las movilizaciones sociales?

–Tenemos una sanidad pública de primer nivel, los que llevan años anticipando ese deterioro y desmantelamiento van a seguir, y más en un contexto electoral. Insisto, más allá de los problemas puntuales, la población es consciente de que la sanidad pública mejora día a día y los profesionales están en mejores condiciones. A nadie se le ha recortado ningún servicio, más allá de la falta de profesionales, que es evidente y la venimos tratando de compensar de todas las maneras posibles.

–¿Cuándo podrá contar Moaña con su ansiado nuevo centro de salud?

–Tras el acuerdo plenario de Moaña en el que por fin se ha aprobado la cesión de los terrenos al Sergas, tenemos todo preparado para que en Consello de la Xunta de este jueves, si nos llegan los documentos en tiempo y forma, poder aprobar la licitación de las obras. Una vez licitemos la obra, vamos a agilizar los plazos para que se resuelva en el mayor tiempo posible. Uno de los criterios que se valora en la selección de empresas es el tiempo de ejecución.Es una obra que vamos a licitar, con los incrementos de los costes de los materiales, por 9,3 millones.

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