“Nuestro problema no es en agosto y septiembre, es en octubre y noviembre si no llueve”. De esta forma resumía el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, la situación en el abastecimiento de agua en el área de Vigo ante la alerta de sequía. Y es que a pesar de que el embalse de Eiras continúa al 91% de su capacidad, los temores ante un nuevo final de verano y comienzo de otoño secos –como ya ocurrió en 2017– han obligado al Concello a tomar medidas en su uso.

Es por ello que, al igual que en otros municipios que se abastecen de esta presa, se han suspendido los baldeos en las calles y otros usos lúdicos. El regidor llama a la población a hacer una “utilización razonable y eficiente” de este recurso para prevenir la imposición de medidas más severas en un futuro si la situación no mejora.

Al mismo tiempo, aprovechó para reprochar a la Xunta que no haya autorizado la toma de emergencia prevista en la confluencia de los ríos Verdugo y Oitavén prevista en el último informe técnico del Ministerio de Transición Ecológica.

Reducción de fugas

Caballero destacó que desde el 2012 se han ido tomando medidas para reducir el consumo y las fugas de agua en la ciudad, poniendo en valor las humanizaciones que además de adecentar las calles de la ciudad han reducido en un 20% estos escapes.

Según los datos del Concello, estas mejoras han permitido que el consumo de agua por habitante al día pasara de 165 litros en el año 1991 a unos 126 en la actualidad. El municipio vigués representa el 62% del consumo actual de la presa de Eiras, siendo el resto para Cangas, Moaña, Redondela, Mos y Porriño.

La Xunta califica de “preocupante” la situación en el Val Miñor

La situación es aún más grave en dos de los concellos que se abastecen directamente de la presa viguesa de Zamáns. En una entrevista en la Radio Galega, la conselleira de Infraestructuras calificaba de “preocupante” la situación en los municipios del Val Miñor, haciéndola extensible también a Baiona. Ethel Vázquez comparaba la situación con la decretada ayer mismo en Pontevedra y todo el área del Lérez al ser una “cuenca sensible con mucha población que se abastece sin tener un gran embalse de reserva”.

Según los datos de Augas de Galicia, tanto Zamáns como Baíña se encuentran un 20% por debajo de la capacidad que tenían a estas alturas el año pasado. Es por ello que desde la Xunta han vuelto a repetir a estos concellos una mayor “concienciación y sensibilización” ya que les preocupa “mucho”. El objetivo es que, mediante la adopción de medidas similares a las de Pontevedra y la supresión de las actividades lúdicas no se tengan que efectuar cortes nocturnos durante la temporada de verano; época en la que estos municipios multiplican su población y consumo de forma notable.