Flautas, oboes, clarinetes, trompetas y tubas –entre numerosísimos instrumentos de viento– así como violonchelos, contrabajos y mucha percusión sonaron este miércoles con fuerza –desde las 20.30 horas– en la Plaza de la Princesa, donde ayer tocó la Unión Musical de Valladares en el marco de la nueva entrega del Mar de Bandas. El evento promovido por el Concello de Vigo, que se celebrará a lo largo de los meses de julio y agosto, acogió un tsunami de diferentes estilos que sumergió a la ciudad olívica bajo el compás de unos setenta músicos.

El concierto, dirigido por César Posada Figueiras, incluyó ocho canciones muy variadas a fin de abarcar “a un público muy extenso”. Entre ellas, Música i Poble (de Ferrer Ferrán), Cantigas de Orense (F. Molina/arr. José Iglesias), El Príncipe Igor (A. Borodin), El Baile de Luis Alonso (Gerónimo Giménez), Homenaje a Serrano (arr. José Iglesias), Rodrigo el Trompa (Ferrer Ferrán), Temas Galegos para Xilófono y Cantos da Terra (arr. José Iglesias).

Según reconoció en declaraciones a FARO, a escasos minutos de comenzar la interpretación, la banda estaba muy ilusionada. “Siempre es agradable tocar en Vigo”, manifestó, señalando que hacerlo este año en zona peatonal haría que la música sonase y se escuchase mucho mejor al evitar la contaminación acústica de los coches. Así fue.

En relación a las canciones y la variedad de los estilos que improvisaron, destacó que intentan hacer “programas diferentes” y que el de ayer no tenía un nexo común para adaptarse a todos los gustos. “Tocamos un poco de todo porque hay a gente que prefiere un tipo de música y gente que prefiere otro”, dijo.

El director de la banda –fundada en el año 1902 por un grupo de 16 aficionados, que poco a poco fueron impulsando y renovando la misma sin dejar que en ningún momento desapareciera– resaltó además que momentos como el de este miércoles sirven para “retroalimentar” a sus integrantes. “Te dan ganas de seguir trabajando”, indicó.

La actividad socio-cultural de la Unión Musical de Valladares gira en torno al Centro Veciñal e Cultural de Valladares, en el que se gestionan todas las acciones culturales, deportivas y vecinales de la parroquia viguesa, pese a que alguna de ellas tenga propia autonomía: como es el caso de esta agrupación por ser la entidad más antigua. Ya van doce décadas a sus espaldas.