Varias actuaciones en polígonos industriales (sobre todo la ampliación del Parque Tecnológico y Logístico de Valladares y de A Pasaxe) y la construcción tras años de retraso –para darle encaje urbanístico– del edificio en Portanet del World Car Center (WCC) concentran el grueso de la inversión de Zona Franca para el próximo año, que alcanzará los 74 millones de euros. El delegado del consorcio, David Regades, destacó que las inversiones ayudarán “al fortalecimiento de la economía y a la creación de empleo para apuntalar el necesario crecimiento en un entorno internacional complejo”. En 2024, la inversión se elevará hasta los 102 millones y ahí ya aparecen nuevos proyectos de calado como la construcción del circuito de alta velocidad para pruebas del vehículo autónomo, en el que están involucradas otras administraciones como la Xunta y el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG).
En cuanto a suelo industrial, destacan partidas como los 10,3 millones que se destinan a la última ampliación del PTL, así como 6,6 millones para mejoras en el polígono de Balaídos, otros 2,9 millones para mejoras en el parque de Bouzas, además de los 10,1 millones para el proyecto del Polígono de A Pasaxe, en Gondomar. A todo ello se suma una partida de 8,5 millones para actuaciones en eficiencia energética en los parques.
En otras actuaciones para fortalecer los sectores del área de Vigo, los presupuestos contemplan una partida de 12,2 millones para la construcción del edificio del World Car Center. Entre las novedades está medio millón de euros asignado para poner en marcha un nuevo centro de negocios de Redondela. Asimismo, las cuentas incluyen el aparcamiento de camiones de la VG-20, que dará servicio sobre todo a los transportistas de Stellantis.
En varias actuaciones se puede apreciar en los presupuestos plurianuales que en 2023 se comienza con pequeñas partidas como simiente y preparación de grandes obras que luego llegan a requerir grandes inversiones, como es el caso del circuito de pruebas del coche autónomo, la ampliación del polígono de Balaídos, la planta de producción de semiconductores, que ya aparece en los presupuestos; o el acondicionamiento de los edificios de la calle López Mora.
En las intervenciones urbanas destacan las obras del edificio de la calle Real para sede de Down Vigo, con 1,2 millones, así como las obras de conversión del aparcamiento robotizado en uno convencional.
Como es habitual, ahora estos presupuestos se remitirán a Madrid para ser incluidos en los Presupuestos Generales del Estado.
La solvencia de esta institución, que se sigue distinguiendo por ser el principal agente inversor de la comarca, se remarca con el hecho de que el Consorcio financiará sus programas de inversión en 2023 con recursos propios, sin necesidad de financiación ajena ni ninguna clase de endeudamiento. Los principales ingresos del Consorcio proceden de la gestión del suelo (venta y alquiler de naves y parcelas) y de Stellantis: del canon de producción y del recurso financiero que se obtiene del Impuesto de Sociedades que paga el grupo en España.
La plataforma logística del automóvil, a la espera
La plataforma logística integrada del sector del automóvil, el proyecto que buscaba crear un macroalmacén automatizado y compartido por los fabricantes de componentes para ahorrar costes de desplazamiento y maximizar cargas, se encuentra ahora mismo en stand-by. Diferencias entre los socios y la necesidad de reenfocar el diseño integral del complejo –y de los sistemas de gestión–, para el que Zona Franca incluso compró una parcela en Porriño con acceso ferroviario, han llevado a postergar su puesta en marcha. Se trata de una de las iniciativas más ambiciosas del sector del automóvil, que incluso llegó a captar una ayuda de más de 4 millones de euros que ha quedado sin ejecutar. Fuentes de la sociedad que pilota la plataforma apuntan que el proyecto volverá a ser presentado en septiembre, a la vuelta de las vacaciones del sector, y que optará nuevamente a financiación europea para su puesta en marcha. Esta iniciativa supone una nueva vuelta de tuerca en la optimización de costes de la cadena de valor de la industria gallega del automóvil, en la que la logística juega cada vez más un papel determinante; en algunos casos, incluso mayor que la mano de obra.
