La vida sigue pero vamos cayendo por el camino, dicho sin ánimo dramático porque lo más normal de la vida es la seguridad de la muerte. Pero hay quienes se van antes de lo previsto y dejan una huella especial. Hace un año mañana que se nos fue el periodista Gerardo González Martín, del que muchos aprendimos mucho periodismo, que acumuló a lo largo de su oficio muchos cargos y aún más amigos que le queríamos por su maestría, cercanía, su voz o su pluma. El lunes 18, a las 7 de la tarde, el páter Alberto Cuevas oficiará una misa en su memoria en la iglesia de la Soledad. Gerardo dirigió Radio Popular en Vigo y fue delegado de la COPE para Galicia, director de El Correo Gallego, jefe de sección en Faro de Vigo, director de Televisión de Galicia, delegado en Pontevedra de Antena 3, director de Televigo e investigador prolífico de la historia de Vigo, con un trabajo monumental y sin precedentes por ningún otro cronista oficial de la ciudad sobre sus apellidos. No basta. La Fundación Vigueses Distinguidos solicitó hace tiempo al concello una calle con su nombre pero ni siquiera les han contestado.
Los adictos a Deep Purple en la cantina de San Miguel
¡Hombre, Carlos Fernández! Me lo encuentro en una esquina de la vida y me cuenta la comida que ese Club de Adictos a Deep Purple que preside celebró en la cantina de la Asociación de Vecinos de San Miguel de Oia, que con tanto mimo llevan Begoña y Carlos Leiro. Era el 28 aniversario del club, presentaron allí el número 55 de su revista, Hush, y pasaron allí nada menos que seis horas: una sesión vermú con pulpo á feira en la terraza, una comida en el reservado con socios de Vigo, Redondela, Chapela, Nigrán, Tomiño y Pontevedra, una sesión musical con vídeos, un photo-call y un brindis por la buena salud del club, fundado en Vigo en 1994. Seis intensas horas muy bien acogidas, según Carlos Fernández.
Y los Sangiao junior
Y si hoy La Casa de la Abuela estará cerrada, no es porque sí. En la sala Komisnky (c/ Churruca) actúan (22 h.) dos de los hijos de Luis Sangiao, que anima y tutela esta casa de Canido que heredó de su padre y, que todos recordamos, hace la peste de años, como Linterna Roja. Replegado Luis tras una intensa carrera como promotor, son sus hijos los que siguen a la zaga en el mundo de la música que fue el suyo, pero con este grupo, Implosion trío, con Yago y Carolina Sangiao en el bajo y la batería.
