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El primer vigués encarcelado por ser objetor de conciencia

Se cumple medio siglo de la condena a Ángel Rey, que pasó casi 4 años entre rejas por negarse a hacer la “mili” por motivos religiosos

El vigués Ángel Rey Custodia, estudiando la Biblia durante su estancia en prisión. Cedida

“Fallamos que debemos condenar y condenamos al procesado Ángel Rey Custodia (...) a la pena de un año de prisión militar”. Esta fue la primera de las dos sentencias en contra que Ángel, testigo de Jehová vigués, tuvo que sufrir. El delito: su negativa a prestar el servicio militar por convicciones religiosas. Ahora se cumple medio siglo desde que entró a prisión, el 20 de julio de 1972, cuando solo tenía 21 años.

Inicialmente estuvo recluido en los calabozos del cuartel de San Fernando, en Pontevedra, posteriormente en Figueirido y finalmente en el Castillo de San Felipe, en Ferrol. Tras cumplir íntegramente la primera condena, un nuevo consejo de guerra lo sentenció a cuatro años y tres meses de cárcel en Ferrol, de los cuales únicamente tuvo que cumplir una parte. En total pasó tres años y medio entre rejas.

Ángel Rey defendió la postura de los testigos de Jehová como objetores de conciencia desde el principio “con firmeza y convicción”. Pudo hacerlo ante otros presos, soldados y oficiales. Tanto es así que, tal y como el afirma, “la segunda vez que declaré ante el juez instructor, un brigada me comentó que el año anterior, al expresar mi postura como objetor usando la Biblia, casi convierto en testigos de Jehová al teniente, al comandante castrense y a él”.

Ángel Rey, en la actualidad.

Fue el primer testigo en prisión durante su primer año. “Pero en mi segunda condena llegamos a ser ocho, dos de los cuales se bautizaron en la cárcel. Se nos permitió estar juntos en una celda aparte, que acondicionamos como pudimos para dedicar tiempo al estudio profundo de la Biblia y celebrar nuestras reuniones semanales”, recuerda ahora, a sus 71 años. Al darse cuenta de que no suponían ninguna amenaza, las autoridades penitenciarias les concedieron libertades que por aquel entonces eran insólitas.

“Durante un mes y medio pude viajar solo en barco a Ferrol para recibir tratamiento dental. Incluso en una ocasión en la que nadie podía salir del castillo, a nosotros se nos permitió ir al pueblo”, explica. En total, Ángel logró identificar a otros 31 testigos de Jehová que pasaron por la prisión de Ferrol.

El caso de Ángel Rey no fue el primero. La historia de la objeción de conciencia en España está estrechamente ligada a las convicciones religiosas. Ya en los años treinta del siglo pasado Antonio Gargallo, testigo de Jehová, murió fusilado por su negativa a empuñar las armas. En el transcurso del tiempo, 825 testigos fueron condenados a un total de 3.218 años de cárcel, de los cuales cumplieron 1.904 en prisiones militares y civiles en España.

En la actualidad, el artículo 16 de la Constitución Española garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de todos los ciudadanos. “Los testigos de Jehová estamos muy contentos de poder llevar a cabo en libertad nuestras actividades religiosas, que siempre hemos realizado de manera pacífica. Sin embargo, nos preocupa la situación de nuestros compañeros en otros lugares, como Rusia y Corea del Sur”, indica Josué Tizón, portavoz local de los testigos de Jehová en Galicia.

Y es que por ejemplo en Corea del Sur se está castigando a aquellos que rechazan realizar el servicio militar por motivos religiosos o de otra índole a trabajar en un centro penitenciario durante tres años.

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