Mira Vigo

Miguel, Guillermo y Paco, tres venezolanos de acción Tex-Mex

Fernando Franco

Fernando Franco

Fernando Franco

Fernando Franco

Ya se sabe que un país se hace con el esfuerzo de los propios y el de los ajenos, que luego se convierten en propios como el que más. Digo esto para hablar de Miguel Torres y Guillermo Peña, dos venezolanos que salieron de su patria y allí hubieron de dejarlo todo, bienes y afectos, comodidades y trabajos, como tanto gallegos han hecho en sentido contrario y que tan bien fueron acogidos en Venezuela. Han tenido que levantarse otra vez de la nada (Guillermo llevaba 30 años en medios de comunicación venezolanos), edificar otro pequeño mundo para sostener a los suyos y, a la par, contribuir al desarrollo comercial de Vigo con sus impuestos. Sí, Vigo, porque llegados aquí hace 4 años, yo les vi reabrir un noviembre de 2018 en la Plaza de la Constitución un pequeño local, Platero Tex-Mex. Aquella lechería Nai de mi infancia, hace más de medio siglo, hoy local de “burritos”, nachos... y todo tipo de salsas. Ya sabéis, esa fuerza de supervivencia de los emigrantes, que es la que esta semana mismo les llevará a abrir en Bouzas, cuando comienzan sus fiestas, otro local de este género, tras unírsele otro venezolano, Paco Medina “Pancho”, que en su tierra era administrador de una clínica privada y aquí hubo de hacer hasta de repartidor. ¡Suerte en la nueva singladura!

José Domínguez, 60 de cura

Yo había preguntado hace dos o tres meses por este cura, que me había caído tan simpático en alguna comida en la que coincidí con él en que mostró su buen apetito a pesar de ser un ochentón bien cumplido. Hablo de José Domínguez, sacerdote jubilado de su última parroquia pero muy activo, del que por fin he sabido por mi colega Roberto Ledo, que le entrevista en Diario Luso Galaico. La última vez que coincidí con él fue en una comida con la Peña Chicago, la más antigua del Celta, pero ahora le veo sonriente en el colegio Montecastelo y me dice Ledo que sigue siendo un gran comunicador, y que, sonrisa por delante, maneja muy bien con la voz los tiempos, tan bien como administra los silencios. Normal, todavía es joven a sus casi 90 pero este fin de semana le hicieron un homenaje familias y amigos. Tiene historia este cura, nacido en Luneda (A Cañiza), que vivió en Lavadores cuando le llamaban “la Rusia chiquita” con un padre y hermano del Partido Comunista que, cuando les confesó que iba a ser cura, se llevaron las manos a la cabeza. Eso fue hace muchos años, fue después párroco en Lavadores y yo creo que acabó entre la parroquia viguesa de San Pablo y el colegio Montecastelo. Un cura conservador, escuchador y siempre cordial y sonriente.

Reuniones con encanto.

Reuniones con encanto. La reunión iba a ser privada, sin otras connotaciones que el encuentro entre amigos con un representante del arte, pero nosotros lo hacemos público para significar toda esa vida interior que mueve a la ciudad y no transciende. La comida fue en La Casa de Aldán que regenta Marisa Barrio y ahí veis a Silverio Rivas, del que yo vi obra en ese alojamiento con encanto, con amigos como, de izda. a dcha., Carmen Domínguez, Geli Mouriño, Lola Galovart, Marisa Barrio, Juan Baqueiro, Mara Costas y — aunque no en el momento de la foto— Ventura Pérez Mariño. Se sabe que hablaron de la antológica que Silverio prepara para Pontevedra. / Fernando Franco

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